|
La Fiesta del Pésaj (o Pascua)[1] |
Pésaj es la primera y más importante fiesta del calendario
judío; comienza el día de Nisán, y se celebra durante
siete días (ocho en la diáspora), de los cuales el
primero y el último son días de reposo, y en
los que está prohibido el trabajo cotidiano. En ella se
festeja la liberación del pueblo judío de la esclavitud de
Egipto obrada por Dios a través de Moisés.
A) Pesaj:
Su aspecto histórico
En el libro del Éxodo se relata la
vocación de Moisés, elegido por Dios para salvar a su
pueblo. (Ex 6). Dios envía a Moisés ante el Faraón
para que deje partir a su pueblo al desierto para
darle culto. (Ex 5,3)
Los egipcios no permitieron a los hebreos
salir de sus dominios a celebrar la fiesta, a pesar
de las señales que Dios le daba al Faraón por
medio de las distintas plagas.
Entonces Dios dio instrucciones a Moisés
para que la comunidad realice el sacrificio de pascua: al
atardecer se matará un cordero o cabrito de un año,
macho y sin defecto; se rociará con su sangre las
jambas y el dintel de la puerta de sus casas;
de noche se comerá la cena de la liberación: cordero
y pan ácimo (los pies calzados, ceñida la cintura y
un bastón en la mano, en plan de marcha desde
aquella tierra de esclavitud hacia otro país de libertad).
Más tarde,
el Señor, que herirá de muerte a los primogénitos de
los egipcios, pasará de largo o se saltará las puertas
de los hebreos, marcadas con la sangre del cordero. De
allí el significado del término Pésaj que significa “saltear”, “pasar
por encima”, ya que el ángel de la muerte enviado
por Dios “salteó las casas de los hijos de Israel”
(Ex 12, 27) preservando a los primogénitos hebreos.
A pesar de
que existen discrepancias al respecto entre los estudiosos, generalmente se
acepta como época de esta salida de Egipto la segunda
mitad del siglo XIII a.C, en tiempos del faraón Ramsés
II. Con éste, entonces, habría tenido Moisés sus gestiones para
obtener la liberación del pueblo de Israel sometido a trabajo
de esclavos, tratativas reforzadas cada vez por una nueva plaga
que sobrevenía a Egipto, porque el rey se negaba a
concederles la libertad. Hasta que con la décima y última,
la muerte de los primogénitos, el monarca ordenó en horas
de la noche que los hijos de Israel abandonaran su
país de inmediato. (Ex 12,31).
Esta salida de Egipto se menciona
innumerables veces en la Biblia, en las plegarias y en
las tradiciones judías. También en las palabras iniciales de los
Diez Mandamientos o Decálogo, Dios se presenta al pueblo de
Israel anunciándole que “Yo soy el Eterno tu Dios, que
te he sacado de Egipto, de la casa de los
esclavos” (Ex 20,2 y Deuteronomio 5,6), vinculando su identidad con
este éxodo. De allí la importancia de esta Fiesta.
B)
Elementos básicos: El sacrificio del Cordero y los panes ácimos
La
costumbre de ofrecer sacrificios a Dios, se remonta a etapas
anteriores a la estancia de los hebreos en Egipto. Es
mediante este acto que el hombre reconoce su dependencia de
Dios.
Así, el Libro del Génesis, relata la oblación hecha
por Caín de los frutos de la tierra, y de
Abel, de los primogénitos de su rebaño (Gen. 4, 3-4);
a Noé que ofreció holocaustos sobre el altar después del
diluvio (Gen.8,20); también a Melquisedec sacerdote del Dios Altísimo
que presenta a Dios pan y vino (Gen.14,18); a Abraham
cuando sacrifica el cordero en lugar de su hijo Isaac
(Gen 22,13), etc.
Pero en el contorno del éxodo, el sacrificio
del cordero y los panes ácimos, adquieren una nueva significación
que tendrá su culmen en el sacrificio de Jesucristo por
los pecados del mundo, cual Cordero sobre el ara de
la Cruz.
* El cordero pascual
La víctima debía ser "macho"
(considerado la fuente de vida), "sin defecto" (a fin de
que sea aceptable a Dios), "de un año" (primicia), "lo
guardaréis" (la separación del rebaño como señal de santificación). (cf.
Ex 12,5-6).
En lo sucesivo, el sacrificio del cordero de Pésaj
se siguió celebrando cada año, en recuerdo de aquel ofrendado
en Egipto. (cf. Ex 12,14).
Con la destrucción del Templo de
Jerusalén, cuando forzosamente quedó abolido el culto de sacrificios en
el pueblo de Israel, dejó de celebrarse el rito del
cordero pascual. Solo queda hoy un recuerdo simbólico del mismo,
el trozo de hueso con carne asada que se coloca
en al fuente alegórica de la noche del Séder.
*
Los panes ácimos
A la repentina orden de salida se debe
la tradición de los panes ácimos o Matzot, que también
caracterizan a esta fiesta: el tiempo no alcanzó para cocer
en los hornos el acostumbrado pan de cada día, sino
que hubo que dejar la masa al sol para que
se cociera al calor de éste. Resultaron unas galletas chatas
y sin fermentar, en recuerdo de las cuales se come
hasta el día de hoy, las tradicionales matzot de Pèsaj
durante los siete (u ocho) días de fiesta.
Por lo tanto
“los panes ácimos que Israel come cada año en la
Pascua conmemoran la salida apresurada y liberadora de Egipto.”[2] La
Fiesta de los panes ácimos seguía a la de la
Pascua, como se puede ver en Levítico 23,5.
Durante los
siete días de la fiesta estaba prohibido comer pan con
levadura, porque la levadura era símbolo de corrupción y del
pecado.
También “en la fiesta de los ácimos estaba significado
Cristo como Pan de vida, que no está sometido a
la corrupción sino que, al contrario es germen de la
vida eterna “pues el que come este pan vivirá eternamente”(Jn.6,58)”
[3].
C) Tradiciones y preparativos de la cena pascual.
Copa y plato usado en Pésaj En recuerdo de esta
salvación de los primogénitos de Israel, posteriormente quedó establecido para
estos un día de ayuno, taanit bejorim, en vísperas de
Pésaj.
Pero este ayuno los primogénitos pueden evitarlo, si ese
día estudian la parte final de algún tratado del
Talmud: cada vez que se concluye un estudio semejante, ello
da lugar a una comida festiva, en mérito de la
cual puede levantarse el ayuno de la fecha.
Durante los días
de la fiesta se evita el consumo de todo alimento
fermentado o leudado (jametz). También los platos, cubiertos, tazas, ollas,
etc.; usados durante todo el año se consideran jametz por
el contacto que tuvieron con alimentos de ese tipo, y
se los reemplaza por otros, especiales para Pésaj. O bien
puede convertírselos en aptos para Pésaj, mediante un proceso especial
de limpieza que se les aplica unos días antes de
la fiesta.
* El Séder de Pésaj: Séder significa “orden” en
hebreo, y con este nombre se denomina la cena festiva
de la primera noche de Pésaj, debido al orden preestablecido
que deben guardar todas las bendiciones, ceremonias, alimentos, bebidas, etc.,
de esa celebración.
Ya al iniciarse la cena, quien la preside
tiene delante de sí, sobre la mesa, la keará o
“fuente” con los símbolos del Pésaj. Entre ellos se destacan
el maror o hierba amarga (generalmente un rábano picante que
evoca la amarga vida de esclavos que los hijos de
Israel vivieron en Egipto); el zeróa (un hueso con carne
asada, en recuerdo del cordero que se sacrificaba en el
Templo de Jerusalén); el jaróset (una mezcla de manzanas y
nueces picadas y amasadas con vino, semejante a la pasta
de ladrillos que elaboraba el pueblo judío en Egipto); el
carpás (verduras que se mojan en agua salada antes de
comerlas –símbolo de las lágrimas de los esclavos israelitas en
Egipto, o bien de las aguas saladas del Mar Rojo-);
un huevo (recuerdo de uno de los sacrificios de la
fiesta) y jazeret, otra verdura más (que varía según las
diversas costumbres).
Complementan la mesa del Séder tres mazot (panes ácimos)
colocadas una encima de la otra (símbolo de los tres
sectores del pueblo judío: los “sacerdotes” o descendientes de Aarón;
los levitas, hijos de la tribu de Leví; e Israel,
todo el resto del pueblo), una copa de vino especialmente
reservada para el “profeta Elías”, de quien se cree que
también llega simbólicamente a cada hogar judío para participar junto
con los presentes de la noche del Seder, y finalmente
las copas de vino para todos de las cuales se
beberá, sucesivamente, cuatro veces a lo largo de toda la
noche. Estas cuatro copas celebran la liberación de los hijos
de Israel de la esclavitud de Egipto, que esta definida
en la Biblia con cuatro verbos diferentes, cuando Dios la
promete a los israelitas: “Os sacaré de los sufrimientos de
Egipto, os salvaré de su esclavitud, os redimiré con brazo
extendido…y os tomaré para Mí como pueblo”. (Éxodo 6,6-7).
* La
Hagadá de Pésaj: La Hagadá o “Relato” de Pésaj es
el texto tradicional que se lee en la mesa del
Séder, como marco que rodea la cena festiva de esa
noche.
La Hagadá contiene textos de muchas épocas diferentes, que van
desde los tiempos bíblicos y la salida de Egipto al
mando de Moisés pasando por la época del Talmud y
la Edad Media, y llega hasta los tiempos modernos mediante
un capítulo especial con el que muchos hogares judíos evocan
en un momento del Séder también el Holocausto y la
rebelión del guetto de Varsovia contra los nazis, iniciada en
la primera noche del Pésaj del año 1943. También hay
otras variantes de Hagadot modernas que agregan otras citas de
la Biblia y de poetas hebreos medievales y modernos.
Imagen
del texto de la Haggadá El estilo de la Hagada
de Pesaj, y su nombre mismo, están en consonancia con
el mandato bíblico que dice: “Y le relatarás a tu
hijo (la historia del éxodo de Egipto)” (Ex. 13,8).
Quien
provoca el relato de esta noche es el menor de
la familia, quien se dirige solemnemente a su padre para
formularle las conocidas cuatro preguntas que empiezan con las palabras
Má nishtaná, "¿En qué se diferencia (esta noche de Seder
de otras noches del año)?” y con eso da lugar
a que el padre le comience a contar toda la
historia de la liberación del pueblo judío por obra de
Dios.
* Shirat Haiam, el himno del Cruce del Mar: Para
Pésaj se han establecido diversos fragmentos del Pentateuco como lectura
de la Torá.
En las sinagogas de Tierra Santa se
leen dos de ellos (en el primero y en el
séptimo día de Pésaj, que son feriados). Y además hay
una lectura especial para el sábado intermedio que suele haber
en Pésaj.
De todas estas lecturas sobresale por su majestuosidad la
del séptimo día, en la que se refiere la historia
del éxodo de Egipto, y también figura el himno que
los hijos de Israel cantaron al Señor después del milagroso
cruce del mar (Éxodo 15,1-19).
Conclusión
En aquel cordero Pascual
estaba prefigurado el Cordero de Dios Inmaculado que quiso sacrificarse
en la cruz y se nos ofrece por alimento en
la Eucaristía.
Como el Cordero Pascual libró a los israelitas
del Ángel exterminador que traía la muerte, así Jesucristo nos
rescató del poder del diablo y de la muerte eterna.
De ahí que en el Nuevo Testamento Jesús sea llamado
“Cordero”: “He aquí el cordero de Dios, que lleva el
pecado del mundo” (Juan 1,29); en otro pasaje dice: …
“fuisteis redimidos, no con cosas corruptibles, plata u oro, sino
con la preciosa sangre de Cristo, como de Cordero sin
tacha y sin mancha” (I Pe.18-19), (Hech.8, 32), etc.
“ El
cordero, dice S. Cirilo, se entiende, según la ley, como
un sacrificio puro e inmaculado; mas los cabritos son ofrecidos
siempre en el altar por los pecados. Esto mismo lo
encontrarás en Cristo. Pues El era también como un sacrificio
inmaculado, que se ofrece a sí mismo al Dios y
Padre en olor de suavidad (cf. Efe.5, 2) y que
fue degollado como un cabrito por nuestros pecados. Después de
inmolado manda untar con la sangre las puertas y el
dintel de las casas (Ex. 12,7); con lo cual
no quiere significar otra cosa, a mi parecer, sino el
que fortifiquemos nuestra casa terrena, esto es, nuestro cuerpo, con
la sangre adorable y preciosa de Cristo, apartando la muerte
causada por la transgresión con la participación de la vida.
Pues vida y santificación es la participación de Cristo”[4].
Afirma el Catecismo de la Iglesia Católica: “Al celebrar
la Última Cena con sus apóstoles en el transcurso del
banquete pascual, Jesús dio su sentido definitivo a la pascua
judía. En efecto, el paso de Jesús a su Padre
por su muerte y su resurrección, la Pascua nueva, es
anticipada en la Cena y celebrada en la Eucaristía que
da cumplimiento a la pascua judía y anticipa la pascua
final de la Iglesia en la gloria del Reino”[5].
“…Cristo,
nuestra Pascua, ha sido inmolado” (I Cor.5, 7).
Preguntas
y comentarios al autor de este artículo
Notas: [1] Algunos
datos de este artículo fueron extraídos del libro Fiestas y
Tradiciones Judías. H. Haber. Ed. Aurora. Tel Aviv.
[2] Catecismo de
la Iglesia Católica. N. 1334
[3] Mons. Straubinger, comentario a Lev.23,5
[4]
Acerca del sacrificio del cordero n.2, Textos Eucarísticos primitivos. Ed.
BAC, pag. 360.
[5] Catecismo de la Iglesia Católica, N. 1340.
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.