Breve semblanza de Hans Urs von Balthasar
Diác Jorge Novoa
Este pequeño
trabajo, es solamente una semblanza, del gran teólogo suizo Hans Urs von
Balthasar. Hace pocos días, un sacerdote me decía, los bienes eclesiales son
bienes comunes. En estos años, en que intenté acercarme a la obra del P.
Balthasar, descubrí cuanto trabajo de investigación, reflexión y estudio, hay
detrás de estos grandes pensadores cristianos. Parte de ese patrimonio común,
son las investigaciones sobre Balthasar, ojalá algún católico interesado en su
teología, se sirva de estos datos.
I -ALGUNOS TESTIMONIOS
- Con motivo de la muerte de Balthasar, el Santo
Padre dirigió estas palabras al cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la
Congregación para la Doctrina de la Fe:
"Todos los que hemos tenido la dicha de conocer al
Padre von Balthasar lamentamos profundamente la pérdida de tan insigne hijo de
la Iglesia, un eminente teólogo y hombre de ciencia que ocupa un lugar de honor
en la vida eclesial y cultural del momento presente".
La participación del cardenal Ratzinger en las
exequias, dice Juan Pablo II,
"quiere ser la expresión de la alta estima en que la Santa Sede tiene a la
persona y obra de este gran sacerdote y teólogo"(1).
- El 20 de setiembre de 1992, Communio cumplía 20
años, y "Ratzinger era el único
superviviente de aquel trío que concibió la idea. Los otros dos eran nada menos
que Balthasar y De Lubac, ambos ya fallecidos".
"Al principio
la idea surgió de una iniciativa de Hans Urs. von Balthasar, que no pretendió
directamente la fundación de una revista". Al repasar los orígenes, Ratzinger,
recuerda; "Tengo clavada en mi alma la frase de Hans Urs von Balthasar: No se
trata de hacerse el valiente con fanfarronería, sino de tener el verdadero valor
cristiano para exponerse"(2).
- Monseñor André Léonard analiza la teología
de Balthasar, ubicándola en la vía teologal,
"procede toda ella de la adoración de la Gloria de Dios. Es uno de esos
rarísimos teólogos contemporáneos cuyos libros dan el gusto de arrodillarse para
rezar a Aquél que es su solo tema…los libros de von Balthasar están habitados
por una pasión devoradora". Su pensamiento, busca incansablemente hacer volver
todo a su centro: la majestad sumamente adorable de la Gloria de Dios
manifestada en la cruz de Jesús". " Balthasar escribe para la Iglesia de todos
los tiempos, para la Iglesia eterna y, manifiestamente, se preocupa muy poco de
halagar las opiniones y las interrogaciones de este tiempo particular"(3).
- El Pbro. Alberto Sangunetti (Doctor en
teología, con más de 25 años de docencia y actual rector de la Facultad de
Teología del Uruguay Monseñor Mariano Soler) en la lección inaugural del 3 de
marzo de 1997, agradecía a los que consideraba como los grandes teólogos del
siglo.
"No puedo dejar de mencionar a grandes de este
siglo. Sobre todo debo un homenaje de gratitud a De Lubac, en cuestiones de
gracia y al gran von Balthasar, tan difícil, tan inabarcable, siempre abriendo
la mente. De éste quisiera destacar su búsqueda de presentar el misterio de
Cristo desde dentro, en su armonía, y en su aporte invalorable al reintroducir
la estética teológica, la belleza que enamora, que eleva, que dinamiza toda
acción plena, que abre a una teología llena de esplendor de la Gloria de Dios"
(4).
¿Quién
es Hans Urs von Balthasar?
HANS URS VON BALTHASAR (1905-1988)
Es "verdaderamente imposible separar la producción
teológica de la experiencia del sujeto que la ha producido"(5). En el caso de
von Balthasar esto se hace patente al entrar en su vida. La vocación y su
vivencia, el ingreso y la salida de la Compañía de Jesús, la influencia de sus
amistades, de manera particular Adrienne von Speyr, determinarán sus opciones y
decisiones, todo ello está presente y actuante en la reflexión y oración de este
pensador católico.
Nació en Lucerna el 12 de agosto de 1905. Estudió
con los benedictinos de Engelbert y luego, con los jesuitas de Feldkirch. Su
amor por la literatura y la música lo acompañaron desde muy joven. Cursó sus
estudios universitarios en Viena, Berlín y Zurich.
Estudió Germanística, (Filosofía y Literatura
Germánica) alcanzando el doctorado con su laureada tesis; "La historia del
problema escatológico en la moderna literatura alemana", contó con la
participación activa de su amigo Rudolf Allers , siendo el director de la misma
R. Faesi . Esta obra se publicó más tarde con el título, "Apocalipsis
del alma alemana". Comparte en este período de su vida diálogos profundos y
fecundos con Allers y Guardini. En 1929 con 24 años, ingresa en la Compañía de
Jesús.
LA VOCACIÓN
Cuando él mismo habla de su vocación, todo lo
refiere a lo ocurrido en los senderos de la selva negra, bajo el árbol en que
"sentí el impacto de algo así como un relámpago[…]lo que entonces me vino a la
cabeza de repente no fue ni la teología, ni el sacerdocio. Fue sencillamente
esto: Tu no tienes que elegir nada; tú has sido llamado. Tú no tendrás que
servir. Tú serás tomado para servir" (6).
Esta disponibilidad para la acción de Dios en su
vida, expresada en la mística ignaciana como indiferencia, será la actitud que
asuma ante la misión que deba realizar. Indiferencia, nunca comprendida como
pasividad, "hay una Providencia que me llevó derecho al sacerdocio. Y que al
prepararme para la ordenación sacerdotal me hizo comprender esa manera de estar
disponible, esa prontitud para dejarme llevar de cualquier modo al servicio de
Dios y de su Iglesia". (7)
Balthasar describirá en sus escritos la indiferencia
como "como la única colocación metódica posible para la recepción del amor
divino, que es absoluto, aparta todos los intereses y es fin en sí mismo "
(8). Por lo cual la misión, no podía ser "pre-pensada sino sólo e
íntegramente recibida"(9). Esta experiencia de Dios, fundante en su vida,
Balthasar,la profundizará al desarrollar el papel del Hijo en el Teodrama (sobre
el concepto misión, persona; ver, Teodramática Vol III).
LA COMPAÑÍA DE JESÚS
Estudia Filosofía en Munich, y después Teología en
Lyon (Fourviére) con un grupo de compañeros que luego ocuparán un papel
destacadísimo en la reflexión teológica eclesial, entre otros; J, Daniélou,
H,Buillard, D. Mollat, P. Lyonnet y F. Varillon. De Lubac residente en Fourviére,
los introducía en la lectura de los Padres de la Iglesia, a este caldo de
cultivo teológico en el que Balthasar completa sus estudios, se le agregaban las
visitas que a su regreso de China realizaba el P. T. De Chardin. La impronta de
Fourviére y la pasión por los Padres que le imprimió De Lubac, permanecerán en
su vida y en su teología de manera permanente.
Fue ordenado sacerdote el 26 de junio de 1936, en la
iglesia de San Miguel de Mónaco (Baviera) por el cardenal Faulhaber junto con
otros 21 compañeros. Hizo grabar como recordatorio de su primera misa, la imagen
del discípulo amado estrechando el brazo de Jesús agregándole estas tres
palabras:
Benedixit, fregit, deditque.
(Bendijo, partió y dió)
Estas palabras tomadas del canon romano, eran para
Balthasar el "modo discreto de asumir la parte del criado en la parte del
Señor, sin que nadie tuviera que fijarse en mí"(10).
ADRIENNE VON SPEYR
En 1940 cuando trabaja como capellán de estudiantes,
conoce a Adrienne von Speir, una laica, medico de profesión. Balthasar ayuda a
desentrañar algunos nudos en la vida de fe de Adrienne, que se convierte al
catolicismo y es bautizada por el propio Balthasar. Los fenómenos místicos en la
vida Adrienne, de los cuales Balthasar se declara testigo, no son comprendidos
por los superiores en la Compañia de Jesús. En 1949 funda con ella, el Instituto
secular "Johannes Gemeinschaft". Para seguir en este proyecto debe alejarse de
la Compañía. (Debo confesar que al leer la biografía (11) que Balthasar escribe
sobre Adrienne, algunos pasajes me provocaron un cierto desconcierto, tal vez,
ello se deba a mi escasa estatura espiritual. Espero poder en otro trabajo
presentar los reparos que he hallado en tal escrito). Sale de la Compañía de
Jesús en 1950, esta instancia dolorosa marca su vida, siempre llamará a la
Compañía su "patria espiritual". Siguiendo "una orden formal de San Ignacio,
hube de abandonar - contra los dictados de mi corazón - mi patria espiritual, la
Compañía de Jesús, para realizar una especie de prolongación en el mundo".
Como consecuencia, sufre un cierto aislamiento de los círculos de influencia
teológica, quedando incluso al margen del Concilio Vaticano II. El desconcierto
se apodera de los que lo conocen, para ellos resulta sorprendente "que,
tras el primer anuncio del concilio por Juan XXIII hasta el presente, nadie se
haya preocupado de invitar al P. H. Urs. von Balthasar para que trabaje en su
preparación"(12).
Ciertamente, los grandes temas que se trataron en el
Concilio, fueron objeto de la atención del teólogo de Basilea. Se puede afirmar
con De Lubac, que él, anticipó los temas centrales, aportando mucha luz. Luz que
luego sería tomada por muchos de los participantes del Concilio.
" El gran teólogo de Basilea no había participado en
el Concilio. Considerando lo útiles que hubieran sido sus aportaciones. El hecho
resulta ciertamente lamentable. Pero tuvo también su lado bueno, pues la
distancia desde la que von Balthasar pudo observar el fenómeno del Concilio le
proporcionó una independencia y una claridad de juicio que hubiesen sido
imposibles de haber participado durante cuatro años en los trabajos
conciliares"(13).
Miembro de la Comisión Teológica Internacional desde
su creación en 1969, recibe de manos de Juan Pablo II, el premio Pablo VI a la
labor teológica en 1984.
SU OBRA TEOLÓGICA
Ante el intento de presentar el corazón de su
pensamiento, declara que lo voluminoso de su obra, dificulta la búsqueda, de
cualquier forma su teología tiene un centro hacia el cual todo tiende;
Jesucristo.
¿Cómo define su teología Balthasar? "Considero mi
teología como una especie de dedo de Juan el Bautista que remite a la plenitud
de la revelación en Jesucristo" (14).
Al hablar de su obra, la divide en tres grandes
grupos: Las traducciones, las obras de
Adrienne von Speyr y finalmente las suyas.
Incluye las traducciones de los que según él, son:
" los más grandes y más espirituales de nuestros hermanos y hermanas en la
fe", trabajó incansablemente para dar a conocer, la gran tradición
teológica: los Padres Apostólicos, los Capadocios, Agustín y Tomás, la Edad
Media; los grandes místicos ingleses y flamencos. Llegó hasta nuestros días para
elaborar trabajos sobre; Teresa de Lisieux (la editorial Herder, ante el
reconocimiento que la Iglesia tributó a Teresa de Lisieux, nombrándola doctora,
reeditó esta bellísima obra; "Historia de una misión") Magdalen Delbrel, Claudel,
Péguy, Bernanos y otros.
Dirá el Cardenal Ratzinger "La antigüedad
clásica, las grandes literaturas europeas, la tradición metafísica, la historia
de las religiones, los ensayos multiformes del hombre de hoy, que se busca a sí
mismo; y por encima de todo, la ciencia sagrada, con Santo Tomás, san
Buenaventura, la patrística, sin hablar por ahora de la Biblia…, no hay nada
grande que no encuentre acogida y vitalidad en este gran espíritu. Escritores y
poetas, filósofos y místicos, antiguos y modernos: a todos los llama para que
den su nota: todas sus voces le son necesarias para realizar la sinfonía
católica, para mayor Gloria de Dios"(15).
Un punto esencial lo ocupa la obra de Adrienne von
Speyr, en múltiples oportunidades hablará de la misión común que tienen (nuestra
misión), según su propio testimonio, todo intento por individuar lo que viene de
uno, de lo que viene del otro, genera una incorrecta interpretación. Esta única
obra, movida por una común misión eclesial, será muchas veces incomprendida.
"Desde 1943
habían comenzado las introducciones nocturnas al evangelio de Juan, que Adrienne
me dictaba (16)…me dictaba de ordinario por la tarde, después de volver de su
trabajo (17)…durante cerca de diez años, ella comentaría los libros de la
escritura. Desde 1950, estaba tan agotada que yo no osaba sino en contadas
ocasiones rogarle que me dictara sus pensamientos. Habida cuenta que hacia 1953
su obra se componía de sesenta volúmenes, me pareció haber llegado al límite,
incluso desde el punto de vista de una eventual lectura de los textos y, para mí
en particular, de la abundancia de su transcripción estenográfica; para Adrienne,
que penetraba siempre más profundamente en las verdades divinas, esta
restricción que yo le impuse era una especie de freno y fue la causa de una
decepción" (18).
Por último, al recibir el premio Pablo VI, destaca
sus propios libros, la bibliografía realizada por la Sra. Cornelia Capol (
colaboradora de Balthasar, actual directora de la comunidad San Juan y de la
editorial que lleva su nombre) que comprende el período 1925-1988, completaba
con sus títulos sesenta carillas.
En la década de los setenta, los trabajos de
Balthasar toman un reconocimiento cada vez mayor. Algunos trabajos sobre su
teología comienzan a aparecer en español. Al buscar al autor de una obra tan
vasta, no podemos quedarnos anclados únicamente en la humanidad de Balthasar,
aunque ciertamente, nos encontramos con un hombre de una cultura asombrosa,
debemos ir más allá y elevarnos, hacia la acción de Dios en su Iglesia.
Realizando un trabajo novedoso y monumental, concluye su obra magna; la
Trilogía, (Estética Teológica (Belleza) , Teo-Dramática (Bien) y Teo- Lógica
(Verdad) Epílogo).
La belleza de Cristo lo ha cautivado, su teología
nace de una adoración y conduce a ella, se nutre de la
impresión de esta percepción, de la huella que Dios
ha dejado en su espíritu nace su Teología.Es la expresión de la impresión de la
Gloria de Dios.
Juan Pablo II le nombró cardenal, dos días antes del
acto, murió en Basilea mientras se preparaba para acudir a Roma.
Agrego a continuación la respuesta enviada por H.
Urs von Balthasar, a la pregunta realizada sobre las razones de su opción
sacerdotal.
El P. Jorge Sans Vila, fue encargado de la
publicación que se realizaba en el Seminario, siendo que le dificultaba mucho
escribir, decidió enviar una serie de cartas a distintos presbíteros,
preguntádoles por las razones de la opción sacerdotal. Este documento que en su
origen fue pensado como una encuesta para ser aprovechada por los seminaristas,
es hoy, también útil para los estudiosos de los presbíteros encuestados.
¿Por qué me hice sacerdote?
Responde Hans Urs von Balthasar
Jorge y Ramón Sans Vila; Sígueme, Salamanca,1989,pp-13-15.
¿Por qué me hice sacerdote? No podría decirlo. Yo no quería en realidad hacerme
sacerdote. Ha salido así.
En las instrucciones para la elección de estado, san Ignacio distingue " tres
tiempos para hacer sana y buena elección": el primero es, cuando Dios nuestro
Señor así mueve y atrae la voluntad que, sin dudar ni poder dudar, la tal ánima
devota sigue a lo que es mostrado, así como Pablo y san Mateo lo hicieron en
seguir a nuestro Señor.
Ahora se ha difundido, no sé como, la opinión de que ese ¨ Primer Tiempo ¨ es
algo que sólo se da a las ¨ almas superiores, mientras que las almas ordinarias
deben contentarse con el segundo o más bien con el tercero donde todo depende de
leves consolaciones o simplemente de reflexiones racionales.
Pero se pueden también considerar las cosas de otra manera, y esto es lo que
hace el mismo san Pablo cuando rechaza toda participación en el mérito de su
vocación apostólica: ¨ El hecho de predicar no es para mí motivo de soberbia. No
tengo más remedio y ¡ ay de mí si no anuncio el evangelio! Si yo lo hiciera por
mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero si lo hago a pesar mío es que me
han encargado este oficio.
Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el evangelio,
anunciándolo de balde ¨ (1 Cor 9,16-18).El que elige el sacerdocio según el
tercer tiempo, lo ha elegido por sí mismo y ha podido considerar las razones por
las cuales lo hace: ha medido por adelantado la altura de los valores a
conseguir, la hondura de su propia dignidad, el carácter urgente de la llamada y
la gracia que le atrae. Ha llegado a las puertas del seminario tras una
evolución que le ha llevado interiormente a cierta madurez, a cierto
conocimiento experimental.
Pero Leví, al levantarse de su mesa de recaudador, a la señal del Señor, es
ignorante como un recién nacido. No sabe que le ocurre.
Y el sabio rabino a quien derribó del caballo el rayo de la gracia, reconoce su
ignorancia: "Señor, ¿qué quieres que haga?".
Y así podría parecer que el primer tiempo es precisamente para los tontos del
todo, y desde luego para aquellos a quienes les va mejor no examinar nada de
antemano ni gloriarse por ninguna actuación propia.
Ambos autores, Mateo y Pablo, adquirirán después de mucha gloria por sus
acciones, pero para empezar ha habido en ellos una radical humillación. De la
nada no sale nada. Esta escueta experiencia personal de Pablo ha terminado por
constituir toda su doctrina, por lo que toca a obras y gracia, ley y evangelio;
y análoga fue también la experiencia de Mateo, que le permitió confrontar
Antiguo y Nuevo Testamento con inexorable y afilada claridad.
Hoy, al cabo de treinta años, podría volver a encontrar, en aquella vereda
intrincada de un bosque, en la selva Negra, cerca de Basilea, el árbol junto al
cual sentí como un relámpago.
Era yo estudiante de germanística y seguía un curso de ejercicios de mes para
estudiantes seglares. En aquel ambiente se consideraba realmente como una
desgracia que alguien desertara para ponerse a estudiar teología.
Pero no fue la Teología ni el sacerdocio, lo que me entró por los ojos, sino
simplemente esto: no tienes nada que elegir, has sido elegido; no necesitas
nada, se te necesita; no tienes que hacer planes, eres una piedrecita en un
mosaico ya existente.
Solo tenía que dejarlo todo y seguir, sin intenciones, deseos, expectaciones;
sencillamente quedarme quieto, esperando a ver en qué me usaban.
Y así ha sido desde entonces.
Pero si pensara que Dios me ha instalado en una seguridad, dotándome de una
misión especial, en cualquier momento podría hacerse evidente que él es libre
para cambiarlo todo de arriba abajo, aún contra la opinión y costumbres de su
instrumento.
Lo único sorprendente es que esta ley de la vida, que rompe y rompiendo cura
(como el hueso de la pierna de S. Ignacio), se me presentara tan inmediatamente
como consigna invisible de vida. Posiblemente lo mismo le pasaría al impaciente
Saulo.
¿Qué tiene que ver todo esto con el sacerdocio?
Quizá nada, y quizá mucho. Quizá nada, porque si entonces hubiera conocido la
vida de los institutos seculares, acaso hubiera considerado posible la solución
dentro del trabajo secular.
Per quizá mucho, porque hay una Providencia que me llevó derecho al sacerdocio.
Y que al prepararme para la ordenación sacerdotal me hizo comprender que el
sacerdocio era exactamente esa manera de estar disponible, esa prontitud para
dejarme llevar de cualquier modo al servicio de Dios y de su Iglesia.
Y así se me ocurrió poner atrevidamente en el recordatorio de mi primera misa
esta palabras tomadas del canon romano ( comprensibles para pocos de los
lectores, y durante mucho tiempo escasamente transparentes para mí mismo en sus
consecuencias): Benedixit, regit, deditque" (Bendijo, partió, dio). Entonces me
pareció esto un modo discreto de asumir la parte del criado en la parte del
Señor, sin que nadie tuviera que fijarse en mí.
NOTAS
1.Communio, Revista Católica Internacional; Año 10,
Julio/ Agosto IV/88 p.279.
2. Joseph Ratzinger, Ser cristiano en la era
Neopagana, Encuentro, 1995, Madrid, 51-66.
3. André Léonard, Pensamiento contemporáneo y fe en
Jesucristo, Encuentro, Madrid, 1985, pp 312-318.
4. Alberto Sanguinetti; Amor verdad, gratuidad.
Reflexiones teológicas; Pbro. Dr. Alberto Sanguinetti Montero, Ediciones
Paulinas, 1977,387.
5. Angelo Scola; Hans Urs von Balthasar: Un estilo
teológico, Encuentro, Madrid, 1997,23. Excelente trabajo para introducir en la
obra, el pensamiento y la personalidad de H. Urs von Balthasar. Monseñor Scola
mantuvo una relación cercana con Balthasar, conocedor y estudioso de su obra,
sintetiza con un alto contenido pedagógico la estructura de un pensamiento que
resulta difícil al hombre latino. Todo ello con anécdotas e impresiones
personales muy sabrosas. Mons. Scola, tuvo una destacada participación del
proyecto " Communio" en Italia.
6. Jorge yRamón María Sans Vila, ¿Por qué me hice
sacerdote?, Sígueme, Salamanca, 1989, pp 13-15.
7. Ibid pág. 15.
8. Hans Urs von Balthasar, Sólo el amor es digno de
fe, Sígueme, Salamanca, 1990,pp11-12.
9. H. Urs von Balthasar, un estilo teológico ; ibid
p. 21.
10.¿Por qué me hice sacerdote?; ibid p 15..
11.Hans Urs von Balthasar, Adrienne von Speyr, vida
y misión teológica, Encuentro, Madrid, 1986. He leído algún material disperso
que ha llegado a mis manos, sobre el congreso celebrado en Roma, en torno a su
figura, por lo cual, no puedo aportar mayor información.
12.Henri de Lubac, Paradoja y misterio de la
Iglesia, Sígueme, Salamanca,1967,p.183.
13. Joseph Ratzinger, Ser cristiano en la era
neopagana, Encuentro, Madrid, 1995,p52.
Publicación que reúne una serie de conferencias y
entrevistas del cardenal.Habla de Balthasar, en una conferencia que realiza con
motivo de un aniversario de la Revista Communio.
14. Entrevista publicada en "France catholique" 17
de enero de 1986, p.10.
15. Adrienne von Speyr, vida y misión teológica,
p31.
16. Ibid p 32.
17 Ibid pp 39-40.
18. Ser cristiano en la era neopagana pp.51-66.
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