N. el 22 feb. 1857 en Londres y m. el 8 en. 1941 en Nyeri (Kenia). General
inglés fundador del movimiento Scout; su genial intuición de la psicología
del adolescente ha sido la clave del éxito mundial de este tipo de
organización juvenil, tanto en la rama masculina como en la femenina.
Vida. Era nieto de un almirante y biznieto del explorador Joseph Brewer. A los 13 años ingresó en la escuela Charterhouse de Londres. En 1877 había adquirido méritos suficientes para entrar a formar parte del ejército sin haber pasado por la Academia y se le destinó al 13º batallón de Húsares, que en aquellos momentos se trasladaba a la India. La vida militar, eminentemente activa en la época victoriana, le ofreció muy distintos campos donde ejercer su valentía y magníficas cualidades de estratega. En Asia tuvo que prestar servicios en distintos puntos de la India y el Afghanistán. Después pasó a Africa, donde terminó de modelarse su personalidad en las sangrientas luchas contra tribus tan batalladoras y despiadadas como los zulús y los ashanti. Su mayor éxito militar lo adquirió en el sitio de Mafeking (Africa del Sur). El 13 oct. 1899 se vio al frente de la ciudad sitiada por los Boers con un ejército enormemente superior a las pocas fuerzas con las que él contaba. Privado de toda ayuda exterior, organizó a los muchachos que allí habitaban y ellos fueron el principal elemento del éxito. Resistió hasta el 18 mayo 1900 en que el ejército inglés liberó la ciudad. Fue ascendido en ese momento a general mayor y proclamado Héroe del Imperio británico.
Su sorpresa cuando volvió a Londres fue conocer que tenía casi más fama como autor del libro Aids lo Scouting que como héroe de Mafeking. Dicho libro era usado como texto en muchas escuelas, pese a que él tan sólo lo había concebido como guía para los soldados. De esta realidad extrae consecuencias legítimas y empieza a pensar en la creación de una organización juvenil que dé a los adolescentes las satisfacciones que desean y por las cuales luchan ciegamente sin encontrar la comprensión necesaria.
En el verano de 1907 decidió experimentar sus ideas con veinticuatro muchachos en la isla de Brownsea, en la costa de Dorsct. Triunfó en la prueba y en 1908 publicó de manera quincenal su obra más famosa: Scouting for boys. Editada enseguida en forma de libro entero, pronto la vio traducida a cinco idiomas, y antes de terminar el año surgieron en distintos sitios varias organizaciones Scout.
En 1910 abandonó el ejército y se entregó al escultismo. Con la ayuda de su hermana Inés fundó también la organización paralela para muchachas, el guidismo, en el mismo año. De todas las partes del mundo empiezan a consultarle y los scouts le obligan a que esté directamente al frente de ellos. En 1916 surgen los lobatos, a petición de los hermanos pequeños de los scouts que querían pertenecer al mismo movimiento. En 1920 tiene lugar en Londres la primera Jamboree, una reunión scout para apretar más los vínculos internacionales; es proclamado jefe mundial de los exploradores.
Obra. En el escultismo la unidad es la patrulla, que se compone de 6 a 8 varones o chicas colocados bajo la vigilancia permanente y responsable de uno de ellos, que tiene el título de guía de patrulla. Cuatro o cinco - no más- de esas patrullas están agrupadas y constituyen una tropa, bajo la dirección de un instructor o jefe. Éste es un número suficiente para que un solo instructor pueda ocuparse efectiva e individualmente de cada uno: esta última cuestión es esencial desde el punto de vista de la educación y del carácter. Las relaciones del instructor con sus jóvenes subordinados son como las de un hermano o una hermana mayor, más que las de un oficial o de un maestro. Los guías de patrulla de la tropa forman el tribunal de honor, o comité que administra los asuntos de la tropa. Las tropas están divididas en tres categorías según la edad de los miembros: los Lobatos varones (wolfs cubs) y las Alitas niñas (brownies) de 8 a 11 años, a los que hay que orientar en la buena dirección; los exploradores (scouts) y las exploradoras (guías) de 12 a 16 años, que practican la autoeducación, el desarrollo de sí mismo; los rovers y los rangers, de 17 años en adelante, que se preparan para sus tareas de padres y para los otros deberes de la vida, entre los cuales está el servicio cívico. En cada uno de los tres grupos mencionados la instrucción se dirige hacia cuatro objetivos principales: 1.º, el carácter y la inteligencia, es decir, la virilidad y el sentido de la responsabilidad individual; 2.º, la destreza en los trabajos manuales, es decir, una habilidad y un espíritu de inventiva personal; 3.º, la salud y el vigor físico, es decir, la energía individual, la resistencia y la alegría de vivir; 4.º, el hábito de servir al prójimo, es decir, la cooperación y la buena voluntad colectiva. (R. Hubert, Tratado de pedagogía general, Buenos Aires 1957, 541.)
B. P. ha sabido encontrar el catalizador que necesitaban los muchachos. Siempre dentro de una pedagogía positiva, esencial para la época de la adolescencia, les ha ofrecido lo que sus intereses demandaban y les ha proporcionado los medios legítimos para desarrollarlos. El juego y la actividad colectiva en los lobatos, la lucha y el deseo de organizar en los scouts, son las coordenadas psicológicas que enmarcan estos dos grupos de edades. Teniéndolas en cuenta se puede contar con los muchachos y ayudarles a realizarse a sí mismos, sin enfrentamientos ni carencias que los destruyan o den sentido negativo a su caudal inagotable de potencialidad.
El adolescente, en parte como el niño, necesita estar constantemente haciendo algo. Si el guía de patrulla o el jefe de tropa le suministra tareas a realizar a lo largo de toda la jornada, se considerará satisfecho y nacerá en él el sentido de la responsabilidad. Poco a poco irá perfeccionando su manera de actuar y los nuevos éxitos le traerán una satisfacción que signifique el tener un auténtico sentido la vida que está cubriendo en esos años. Al paso será consciente de que no es un ser aislado contra muchos distintos, sino que como él hay otros muchos niños con problemas semejantes a los suyos, unos que ya los han superado y le enseñarán a resolverlos a él, otros que los tienen más agudizados y a los que hay que ayudar con todas las fuerzas de uno, aunque sean más o menos diestras. Precisamente en esa entrega total al otro, en ese vivir para el prójimo, quedará justificada la razón de vivir y se alcanzará la felicidad real.
Prójimo, Dios y naturaleza son los motivos definitivos para el movimiento juvenil de B. P. y el prójimo y la naturaleza como medios para llegar a Dios, puesto que son obra suya. El conocimiento del campo y todo su rico contenido elevan al muchacho hacia una fe más profunda y de un mayor amor a su Creador. Su salud corporal se beneficiará enormemente de este vivir en la naturaleza, y la espiritual se confortará y no encontrará los obstáculos que la ciudad ponía a sus buenas intenciones.
B. P. dio un sentido profundamente religioso a su organización, pero eliminó de ella toda confesionalidad pensando en reforzar al máximo los lazos de unión universal. Aconsejado por el Cardenal Bourne, de Westminster, permitió que los católicos cumplieran con sus obligaciones de forma particular. Actualmente se ha llegado a una situación especial caracterizada por la presencia de ramas con autonomía propia en las naciones de distintas religiones, o declaradamente católica la única existente, como en España.
Vida. Era nieto de un almirante y biznieto del explorador Joseph Brewer. A los 13 años ingresó en la escuela Charterhouse de Londres. En 1877 había adquirido méritos suficientes para entrar a formar parte del ejército sin haber pasado por la Academia y se le destinó al 13º batallón de Húsares, que en aquellos momentos se trasladaba a la India. La vida militar, eminentemente activa en la época victoriana, le ofreció muy distintos campos donde ejercer su valentía y magníficas cualidades de estratega. En Asia tuvo que prestar servicios en distintos puntos de la India y el Afghanistán. Después pasó a Africa, donde terminó de modelarse su personalidad en las sangrientas luchas contra tribus tan batalladoras y despiadadas como los zulús y los ashanti. Su mayor éxito militar lo adquirió en el sitio de Mafeking (Africa del Sur). El 13 oct. 1899 se vio al frente de la ciudad sitiada por los Boers con un ejército enormemente superior a las pocas fuerzas con las que él contaba. Privado de toda ayuda exterior, organizó a los muchachos que allí habitaban y ellos fueron el principal elemento del éxito. Resistió hasta el 18 mayo 1900 en que el ejército inglés liberó la ciudad. Fue ascendido en ese momento a general mayor y proclamado Héroe del Imperio británico.
Su sorpresa cuando volvió a Londres fue conocer que tenía casi más fama como autor del libro Aids lo Scouting que como héroe de Mafeking. Dicho libro era usado como texto en muchas escuelas, pese a que él tan sólo lo había concebido como guía para los soldados. De esta realidad extrae consecuencias legítimas y empieza a pensar en la creación de una organización juvenil que dé a los adolescentes las satisfacciones que desean y por las cuales luchan ciegamente sin encontrar la comprensión necesaria.
En el verano de 1907 decidió experimentar sus ideas con veinticuatro muchachos en la isla de Brownsea, en la costa de Dorsct. Triunfó en la prueba y en 1908 publicó de manera quincenal su obra más famosa: Scouting for boys. Editada enseguida en forma de libro entero, pronto la vio traducida a cinco idiomas, y antes de terminar el año surgieron en distintos sitios varias organizaciones Scout.
En 1910 abandonó el ejército y se entregó al escultismo. Con la ayuda de su hermana Inés fundó también la organización paralela para muchachas, el guidismo, en el mismo año. De todas las partes del mundo empiezan a consultarle y los scouts le obligan a que esté directamente al frente de ellos. En 1916 surgen los lobatos, a petición de los hermanos pequeños de los scouts que querían pertenecer al mismo movimiento. En 1920 tiene lugar en Londres la primera Jamboree, una reunión scout para apretar más los vínculos internacionales; es proclamado jefe mundial de los exploradores.
Obra. En el escultismo la unidad es la patrulla, que se compone de 6 a 8 varones o chicas colocados bajo la vigilancia permanente y responsable de uno de ellos, que tiene el título de guía de patrulla. Cuatro o cinco - no más- de esas patrullas están agrupadas y constituyen una tropa, bajo la dirección de un instructor o jefe. Éste es un número suficiente para que un solo instructor pueda ocuparse efectiva e individualmente de cada uno: esta última cuestión es esencial desde el punto de vista de la educación y del carácter. Las relaciones del instructor con sus jóvenes subordinados son como las de un hermano o una hermana mayor, más que las de un oficial o de un maestro. Los guías de patrulla de la tropa forman el tribunal de honor, o comité que administra los asuntos de la tropa. Las tropas están divididas en tres categorías según la edad de los miembros: los Lobatos varones (wolfs cubs) y las Alitas niñas (brownies) de 8 a 11 años, a los que hay que orientar en la buena dirección; los exploradores (scouts) y las exploradoras (guías) de 12 a 16 años, que practican la autoeducación, el desarrollo de sí mismo; los rovers y los rangers, de 17 años en adelante, que se preparan para sus tareas de padres y para los otros deberes de la vida, entre los cuales está el servicio cívico. En cada uno de los tres grupos mencionados la instrucción se dirige hacia cuatro objetivos principales: 1.º, el carácter y la inteligencia, es decir, la virilidad y el sentido de la responsabilidad individual; 2.º, la destreza en los trabajos manuales, es decir, una habilidad y un espíritu de inventiva personal; 3.º, la salud y el vigor físico, es decir, la energía individual, la resistencia y la alegría de vivir; 4.º, el hábito de servir al prójimo, es decir, la cooperación y la buena voluntad colectiva. (R. Hubert, Tratado de pedagogía general, Buenos Aires 1957, 541.)
B. P. ha sabido encontrar el catalizador que necesitaban los muchachos. Siempre dentro de una pedagogía positiva, esencial para la época de la adolescencia, les ha ofrecido lo que sus intereses demandaban y les ha proporcionado los medios legítimos para desarrollarlos. El juego y la actividad colectiva en los lobatos, la lucha y el deseo de organizar en los scouts, son las coordenadas psicológicas que enmarcan estos dos grupos de edades. Teniéndolas en cuenta se puede contar con los muchachos y ayudarles a realizarse a sí mismos, sin enfrentamientos ni carencias que los destruyan o den sentido negativo a su caudal inagotable de potencialidad.
El adolescente, en parte como el niño, necesita estar constantemente haciendo algo. Si el guía de patrulla o el jefe de tropa le suministra tareas a realizar a lo largo de toda la jornada, se considerará satisfecho y nacerá en él el sentido de la responsabilidad. Poco a poco irá perfeccionando su manera de actuar y los nuevos éxitos le traerán una satisfacción que signifique el tener un auténtico sentido la vida que está cubriendo en esos años. Al paso será consciente de que no es un ser aislado contra muchos distintos, sino que como él hay otros muchos niños con problemas semejantes a los suyos, unos que ya los han superado y le enseñarán a resolverlos a él, otros que los tienen más agudizados y a los que hay que ayudar con todas las fuerzas de uno, aunque sean más o menos diestras. Precisamente en esa entrega total al otro, en ese vivir para el prójimo, quedará justificada la razón de vivir y se alcanzará la felicidad real.
Prójimo, Dios y naturaleza son los motivos definitivos para el movimiento juvenil de B. P. y el prójimo y la naturaleza como medios para llegar a Dios, puesto que son obra suya. El conocimiento del campo y todo su rico contenido elevan al muchacho hacia una fe más profunda y de un mayor amor a su Creador. Su salud corporal se beneficiará enormemente de este vivir en la naturaleza, y la espiritual se confortará y no encontrará los obstáculos que la ciudad ponía a sus buenas intenciones.
B. P. dio un sentido profundamente religioso a su organización, pero eliminó de ella toda confesionalidad pensando en reforzar al máximo los lazos de unión universal. Aconsejado por el Cardenal Bourne, de Westminster, permitió que los católicos cumplieran con sus obligaciones de forma particular. Actualmente se ha llegado a una situación especial caracterizada por la presencia de ramas con autonomía propia en las naciones de distintas religiones, o declaradamente católica la única existente, como en España.
BIBL.: R. S. BADEN-POWELL,
Escultismo para muchachos, México 1957; ÍD, Manual de Lobatos, México
1958; ÍD, Guía para el jefe de Tropa, México 1958; ÍD, Roverismo hacia el
éxito, 2 ed. México 1962; ÍD, Boy Scouts y Girl Guides, en Oxford junior
encyclopaedia, vol. IV, Londres 1964; P. BOVET, Baden-Powell, educador de
juventudes Madrid 1935; P. BERTOLINI, Educación y escultismo, Barcelona
1960; I. MAUDIT, Baden-Powell, fundador de los scouts, Madrid 1963; M. D.
FORESTIER, Escultismo, ruta de libertad, 2 ed. Barcelona 1965; M. DE
PAILLERETS, Los muchachos y el escultismo, Barcelona 1965.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.