“La historia de los dos hermanos” es un antiguo relato egipcio escrito a finales de la dinastía XII ( siglo XIII a.C.) que ha llegado en muy buen estado hasta nuestros días en el llamado Papiro D´Orbiney, conservado en el Museo Británico de Londres. Fue escrito por el escriba Ennana -aunque son citados también los escribas Hori y Meremope- y relata la historia de dos hermanos, Anubis el mayor y Bata el más pequeño. Aparte ser un cuento maravilloso -mágico-fantástico-, con referencias mitológicas y seguramente políticas, su importancia se debe a la descripción de caracteres y tipos humanos, y curiosamente muestra en su primera parte una notable similitud con la historia bíblica que narra el intento de seducción de José por parte de la esposa de Putifar (Génesis, 39).
Miguel Díez R.
RELATO DE LOS DOS HERMANOS
Cuento del antiguo Egipto
Anubis tenía un hermano pequeño, llamado
Bata, al que quería como a un hijo y que vivía con él y su esposa. Bata
era muy trabajador, colaboraba en las tareas de la casa y de las
tierras y además cuidaba de los animales.
Un día en el que estaban los dos
trabajando la tierra, Anubis pidió a su hermano que fuese a casa por más
semillas para la siembra, él, obediente como siempre, se dispuso a
realizar el encargo pero al llegar a la casa, la esposa de Anubis se le
insinuó con proposiciones deshonestas. Bata se enfadó y le recordó a su
cuñada que además de ser como una madre para él, era la esposa de su
hermano y que para que éste no sufriera si se enteraba del asunto,
olvidaría lo sucedido y nunca más se volvería a hablar de ello.
Al llegar la noche y dar por terminadas
las labores del campo, regresaron a casa y allí Anubis se encontró a su
mujer en la cama simulando haber sido agredida, y, al preguntarle su
esposo qué era lo que le había pasado, ella le dijo que Bata la había
atacado y golpeado porque no había accedido a sus pecaminosos deseos.
Anubis, sin pensarlo dos veces, cogió un
cuchillo y se dirigió al establo con la intención de matar a su hermano
que, al verlo llegar y temiendo lo que podría haber sucedido, huyó. Su
hermano corría tras él y entonces Bata rogó a Ra (dios del cielo, del
sol y del origen de la vida en la mitología egipcia,
así como responsable del ciclo de la muerte y la resurrección. Se le
representaba con cabeza de halcón sobre la cual portaba el disco solar)
que le escuchase y le ayudase porque era inocente. Ra, como sabía que
era cierto, formó entre ambos hermanos un lago lleno de cocodrilos que
impidió que Anubis alcanzara a su hermano. A la mañana siguiente, más
calmados ambos, se sometieron al juicio de Ra y Bata contó a su hermano
lo que en realidad había sucedido y le dijo que pensaba marcharse muy
lejos, hasta el Valle de los Cedros, donde se arrancaría el corazón y lo
dejaría sobre una flor de cedro. Le dijo también que cuando el árbol se
cortara, él moriría y que si realmente lo quería tendría que ir a
recoger su corazón y meterlo en un vaso de agua fresca para que pudiera
resucitar y vengar el trato recibido. La señal de que esto habría
sucedido sería la cerveza derramada de una jarra. Así pues, Bata se
encaminó al Valle de los Cedros y Anubis a su casa en donde mató a su
mujer.
En el valle de los cedros, Bata
construyó un bonito palacio que fue visitado por la Enéada (grupo de las
nueve divinidades unidas normalmente por lazos familiares y
relacionados todos ellos con la creación) quienes, al verlo tan solo,
decidieron crear a la mujer más bella del mundo para que fuera su
esposa.
Pero lo que parecía representar la
felicidad de Bata resultó ser su problema, pues al enterarse el faraón
de la existencia de esa bellísima mujer, mandó que la trajeran para
convertirla en la esposa preferida de su harén. Así sucedió, pero la
favorita era muy malvada y le contó al faraón quién era su esposo
anterior y cómo podía destruirlo, así que el faraón, que estaba
encaprichado de ella, mandó que cortaran la planta de cedro que guardaba
el corazón de Bata y, al hacerlo, éste murió al instante.
Anubis, que había continuado con su vida
normal, al llegar cansado a casa ese día, pidió que le sirvieran una
jarra de cerveza bien fría y al serle servida se desbordó derramándose
sobre la mesa; esto hizo que recordara las palabras de su hermano y
rápidamente se puso en marcha hacia El Valle de los Cedros en donde lo
halló muerto.
Durante años buscó su corazón con la
intención de poder resucitarlo y, al encontrarlo tras ímprobos
esfuerzos, lo metió en un vaso de agua fresca y de esta manera consiguió
resucitarlo.
Bata solicitó la ayuda de su hermano
para vengar la traición de su esposa, se convirtió en un toro y Anubis
lo condujo al palacio del faraón. Este, nada más verlo, se lo cambió a
Anubis por una buena cantidad de oro con la que regresó a su casa
siguiendo las instrucciones de Bata.
Una vez en el palacio, Bata, en forma de
toro, le hizo saber a la favorita que no estaba muerto y ella
enfurecida le pidió al faraón que matara al toro. El faraón que seguía
muy encaprichado con ella, accedió y lo mandó matar, pero, al darle
muerte, dos gotas de sangre cayeron a la puerta del palacio y al momento
crecieron dos perseas (grandes arbustos).
Volvió Bata a comunicarse con la
favorita para hacerle saber que seguía vivo y ésta de nuevo pidió al
faraón que mandara cortar las preseas porque quería acabar con su vida
definitivamente. Accedió de nuevo el faraón y, al cortarlas, una astilla
se clavó en la favorita que quedó embarazada sin sospechar que el bebé
sería la reencarnación de Bata.
Cuando nació el niño, el faraón estaba
encantado y rápidamente lo nombró heredero del reino y a su muerte se
convirtió en su sucesor. Bata contó a sus consejeros todo lo que había
sufrido a causa de la maldad de la favorita y esta fue castigada con la
muerte. Reinó durante muchos años y nombró heredero a Anubis.
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