Según el biogeógrafo Jared Diamond, por el daño infligido por ellos mismos a un entorno que llegó a acoger a 15 000 individuos.
Entre los siglos XIII y XIX, no cesaron de esquilmar los recursos arbóreos de la isla - usaban los troncos para transportar los moáis, que llegaban a pesar 82 toneladas-, de modo que en apenas 600 años ya no había ni un árbol más alto de tres metros por talar.
Consecuencias: hambruna, canibaliso, violencia y la práctica extinción (en 1877 quedaban sólo 110 habitantes).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.