domingo, 29 de julio de 2012

MILCÓN.

Dios nacional de los amonitas, cuyo nombre, como Mélec, significa "rey". Es también el Mólec de ciertos textos hebreos, el Melcol, Molecol o Moloc de los textos griegos, y Moloc de la Vulgata. Milcón o Mólec, su culto exigía sacrificios de niños, generalmente quemados en su honor (cf. Lv 18,21 cf. Dt 12,31 y 18,10; 2R 16,3; 17,17; 21,6, etc.: Jr 32,35, cf 7,31; Ez 16,21; 20,31; etc). Para el israelita fiel, esta divinidad es por excelencia "la basura de los hijos de Amón (1R 11,5 y 7; cf. 2R 23,13)". Y Jeremías hará de él una personificación de ese pueblo, enemigo tradicional de Israel, al que maldecirá en sus oráculos contra las naciones (Jr 49,1-3).

Cuando David se apoderó de Rabá, la capital de los amonitas, confiscó en su provecho la corona de oro adornada con una piedra preciosa que llevaba la estatua del falso dios (2S 12,30 y 1Cró 20,2. Corona "que pesaba un talento de oro": más de 34 kg). Pero Salomón, ya senil, bajo la influencia de sus esposas extranjeras levantó para ese mismo Milcón, sobre los altos lugares cercanos a Jerusalén, uno o varios altares (1R 11,4-5,7 y 33)... que no serían destruidos más que por su lejano sucesor Josías (Hch 20,24-38); el profeta Sofonías, que fue contemporáneo de éste, había denunciado su culpable frecuentación (So 1,5).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.