Aldea cuyo nombre bíblico se reencuentra en Modiím, designación antigua del pueblo cisjordano de Al-Midya, que ocupa hoy el lugar: a menos de 10 km al sureste de Lod (Lydda), en el límite del país bajo. Al pie de la colina que domina la localidad una serie de tumbas fue excavada en la roca, quizás desde la época helenística. Una tradición ve ahí las "tumbas de los Macabeos".
Es en Modín en efecto donde se estableció con los suyos el sacerdote Matatías (1M 2,1-4), padre de los cinco hijos que fueron, después de él, héroes de la revuelta judía contra los perseguidores seléucidas (véase Antíoco), y de los que el más célebre, Judas, legó a toda la familia su propio nombre de guerra: Macabeo ("el Martillo"). Y es en Modín donde Simón, uno de esos "Macabeos", levantará en memoria de sus parientes (cf. 1M 2,70) y de sus hermanos muertos antes que él (Jdas -cf.1M 9,19- y Jónatan -cf. 1M 13,23-25-) un suntuoso monumento funerario (1M 13,27-30) (del que las simples fosas que se muestran hoy a los peregrinos no dan la menor idea).
En la propia historia de la resistencia del pueblo judío a la helenización, Modín permanecerá como el lugar alto en el que frente a las "gentes del rey" y a su altar pagano, Matatías escogió peligrosamente "irse a la guerrilla" antes que sacrificar a los falsos dioses (1M 2,15-28). Cuatro o cinco años más tarde, Judas Macabeo obtenía sobre sus muros un fulgurante éxito sobre el ejército real del opresor (Finales del 163 a.C o principios del 162; "el opresor" es entonces Antíoco V Eupátor, 2M 13,14-17). Y Simón Macabeo aún, convertido en etnarca de su nación, estableció allí sus cuarteles con sus hijos (1M 16,4) en la víspera de otra victoria sobre un ejército sirio: el que mandaba Kendebeo, gobernador militar de la zona costera de Palestina (1M 16,8-10).
Es en Modín en efecto donde se estableció con los suyos el sacerdote Matatías (1M 2,1-4), padre de los cinco hijos que fueron, después de él, héroes de la revuelta judía contra los perseguidores seléucidas (véase Antíoco), y de los que el más célebre, Judas, legó a toda la familia su propio nombre de guerra: Macabeo ("el Martillo"). Y es en Modín donde Simón, uno de esos "Macabeos", levantará en memoria de sus parientes (cf. 1M 2,70) y de sus hermanos muertos antes que él (Jdas -cf.1M 9,19- y Jónatan -cf. 1M 13,23-25-) un suntuoso monumento funerario (1M 13,27-30) (del que las simples fosas que se muestran hoy a los peregrinos no dan la menor idea).
En la propia historia de la resistencia del pueblo judío a la helenización, Modín permanecerá como el lugar alto en el que frente a las "gentes del rey" y a su altar pagano, Matatías escogió peligrosamente "irse a la guerrilla" antes que sacrificar a los falsos dioses (1M 2,15-28). Cuatro o cinco años más tarde, Judas Macabeo obtenía sobre sus muros un fulgurante éxito sobre el ejército real del opresor (Finales del 163 a.C o principios del 162; "el opresor" es entonces Antíoco V Eupátor, 2M 13,14-17). Y Simón Macabeo aún, convertido en etnarca de su nación, estableció allí sus cuarteles con sus hijos (1M 16,4) en la víspera de otra victoria sobre un ejército sirio: el que mandaba Kendebeo, gobernador militar de la zona costera de Palestina (1M 16,8-10).
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