Los primeros entierros humanos variaron ampliamente, pero la mayoría eran simples
Reproducción de un entierro neandertal en Shanidar (Irak). Imagen: JohnConnell, Flickr
Fuente: University of Colorado, Denver | David Kelly | 21 de febrero de 2013 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)
Un nuevo estudio de la Universidad de Colorado, en Denver, muestra que las primeras prácticas funerarias humanas en Eurasia variaron ampliamente, con algunas tumbas lujosas y ornamentadas, mientras que la gran mayoría eran bastante sencillas.
"No sabemos por qué algunos de estos entierros fueron hechos con ornamentos, pero lo que es sorprendente es que son posteriores a la llegada de los humanos modernos a Eurasia hace casi 10.000 años", dijo Julien Riel-Salvatore, Dr. y profesor asistente de antropología en la Universidad de Colorado y autor principal del estudio.
"Cuando aparecen alrededor de 30.000 años atrás, algunas tumbas son lujosas, pero muchas otras no lo son, y con el tiempo las más elaboradas casi desaparecen. Por tanto, el comportamiento de los seres humanos no siempre va de lo simple a lo complejo, sino que a menudo sufre altibajos en términos de complejidad en función de las condiciones bajo las que la gente vive".
El estudio, que examinó 85 enterramientos del Paleolítico Superior, encontró que los hombres eran enterrados con más frecuencia que las mujeres. Los niños eran enterrados de manera esporádica, y, en todo caso, en períodos posteriores, una diferencia que podría estar relacionada con los cambios en la subsistencia, el clima y la capacidad de mantener a los bebés con vida, dijo Riel-Salvatore.
También se demuestra que los pocos entierros ornamentados hallados en Rusia, Italia y la República Checa, y que se remontan a hace casi 30.000 años, son anómalos y no son representativos de la mayoría de las prácticas funerarias de los primeros Homo sapiens en Eurasia.
Enterramiento del Paleolítico Superior en Sunghir, Rusia. Imagen: Wikimedia Commons / José-Manuel Álvarez Benito, utilizada bajo un 3,0 CC
"El problema es que estos entierros son tan escasos -hay poco más de tres en mil años en toda Eurasia- que es difícil sacar conclusiones claras sobre lo que significaban para sus sociedades", subraya Riel-Salvatore.
De hecho, la mayoría de los enterramientos son bastante sencillos e incluyen en su mayoría objetos de la vida cotidiana, en contraposición con los bienes encontrados en las tumbas ornamentadas. De esta manera, muchos entierros eran similares a las tumbas neandertales. Ambos, los primeros seres humanos y los neandertales, ponían los cuerpos en fosas a veces con objetos hogareños o familiares. Durante el Paleolítico superior, esto incluía los adornos usados por los fallecidos mientras estaban vivos. Cuando están presentes adornos de piedra, dientes y conchas, a menudo se encuentran en las cabezas y los torsos de los muertos, en lugar de en la parte inferior del cuerpo, en consonancia con la forma en que fueron usados probablemente en vida.
"Algunos investigadores han empleado las prácticas funerarias para separar a los humanos modernos de los neandertales", dice Riel-Salvatore. "Pero nosotros estamos desafiando la ortodoxia de que todos los entierros de los humanos modernos eran necesariamente más sofisticados que los de los neandertales".
Muchos científicos creen que la capacidad de comportamiento simbólico separa a los humanos de los neandertales, los cuales desaparecieron hace unos 35.000 años.
"Se piensa que ello es una expresión del pensamiento abstracto", aduce Riel-Salvatore. "Pero a medida que avanza nuestra investigación, estamos encontrando pruebas de que los neandertales incurrían en prácticas generalmente consideradas como propias de los humanos modernos".
Riel-Salvatore es un experto en los primeros humanos modernos y en los neandertales. Su último estudio propone que, contrariamente a la creencia popular, los primeros seres humanos no acabaron con los neandertales, sino que hibridaron con ellos, quedando influidos genéticamente.Otro de sus estudios demuestra que los neandertales del sur de Italia se habían adaptado, innovado y creado una tecnología, antes del contacto con los humanos modernos, algo que antes se consideraba poco probable.
Este último estudio, "Prácticas mortuorias en el Paleolítico Superior en Eurasia: una mi..., co-escrito con Claudine Gravel-Miguel (derecha), de la Universidad Estatal de Arizona, se publicará en el Manual de Oxford de "Arqueología de la Muerte y Entierros" en abril .
Dicho estudio revela la intrigante variación de la costumbres funerarias de los primeros humanos hace entre 10.000 y 35.000 años, y plantea la cuestión de por qué había tanta variabilidad en las prácticas funerarias de los primeros humanos.
"Parece que hay poca lógica o razón para ello", dijo Riel-Salvatore. "El punto principal aquí es que tenemos que tener más cuidado con el uso de ejemplos excepcionales de entierros adornados para caracterizar las prácticas funerarias del Paleolítico Superior en su conjunto".
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