Trentren-Vilu (Tenten-Vilu en Chiloé) y Caicai-Vilu o simplemente Trentren o Tenten y Caicai, (del mapudungun Trengtreng filu y Kaykay filu), son seres mitológicos de la mitología mapuche y en las últimas décadas del siglo XX fueron también reintroducidos en la mitología chilota.
La apariencia de Caicai sería la de un ser mitad culebra y mitad pez; y la apariencia de Trentren, la de una culebra gigante.
Se dice que cuando Caicai despertó de su gran sueño de varios años, a causa del desagradecimento que tuvieron los hombres por todo lo dado por el mar; Caicai se enfureció y usó su cola en forma de pescado para golpear el agua. Con ello inició un gran cataclismo que empezó a inundar y crear un diluvio en todo el territorio; ya que tenía el deseo de castigar al ser humano y de incorporar toda la vida terrestre a sus dominios. Caicai ordenó a las aguas que inundaran los valles y cerros, y que llevasen a todos los habitantes al fondo del mar.
Al ver Trentren, que los habitantes y animales estaban desesperados y que los hombres la invocaron, y como por órdenes de su padre, ella era quien debía proveerles de sabiduría y protección; decidió ayudar a los seres humanos. Así ayudó a escapar a los habitantes y a los animales subiéndolos en su lomo y llevándolos a los cerros; y a los que quedaban atrapados por las aguas, los transformó en aves para que escaparan volando; a los que se ahogaban en peces y mamíferos marinos (siendo uno de ellos el origen del cahuelche), y a los ahogados en sumpall. Los seres humanos que quedaron inmóviles por el terror que sentían, se habrían transformado en mankial. Pero como el mar seguía subiendo de nivel, Trentren tuvo que ordenarles a los cerros que aumentaran de altura para contrarrestrar el poder de Caicai. Enojada, Caicai empezó a luchar contra Trentren en una titánica batalla que duró mucho tiempo, hasta que ambas serpientes se cansaron, con lo cual Trentren venció parcialmente al no haberse inundado toda la tierra, sin embargo, las aguas no volvieron totalmente a su nivel antiguo; con lo que Chile obtuvo su actual geografía.
Posteriormente, según la tradición chilota, Caicai se conformó con la porción de tierra obtenida que logró inundar, y delegó sus funciones referente al mar, al gran Millalobo.
Según la tradición mapuche, luego del cataclismo, todos siguieron su vida tranquila; hasta que un día fue Trentren quien posteriormente se encolerizó por la actitud que tenían los hombres, e hizo que todos los volcanes entraran en erupción y la población tuvo que mudarse a otros lugares más seguros. Desde ese momento, Trentren continúa manifestándose mediante temblores, terremotos y erupciones volcánicas, mientras que Caicai causa los maremotos e inundaciones cuando se revuelve en medio de su sueño.
Algunas comunidades huilliches de Chiloé, dicen que la batalla se habría originado producto de que una hija del Trauco rechazó al pillán Peripillán, y por este motivo su hijo habría decidido tomar venganza.
Versiones posteriores del mito suelen también describir equivocadamente a las serpientes Trentren Vilu y Caicai Vilu como espíritus femeninos.
En Argentina existen otras versiones posteriores del mito, las cuales cambian a los padres originales de ambas serpientes míticas, indicando que serían hermanos y/o hijos de los dioses Nguenechèn (Ngenechén) y Kushe (Kuyén Kushe).
Índice
Descripción
Ambos son seres poderosos con forma de míticas serpientes (en mapudungun, filu); Caicai-Vilu es la "serpiente marina" que tiene poder para dominar el poder del mar y todo lo relacionado a él y Trentren-Vilu es la "serpiente terrestre" que tiene poder para dominar la tierra, y sus volcanes.La apariencia de Caicai sería la de un ser mitad culebra y mitad pez; y la apariencia de Trentren, la de una culebra gigante.
Explicación de la geografía de Chile de acuerdo al mito
La tradición mapuche dice que en la antigüedad el territorio insular de Chiloé habría sido una única franja de tierra plana unida completamente al territorio continental de Chile; Un día apareció una serpiente monstruosa, Caicai Vilu, e inundó las tierras bajas, valles y montañas, sumergiendo toda la flora y la fauna. Sin demora, Trentren Vilu comenzó un enfrentamiento con su enemigo, elevando la tierra y protegiendo a sus habitantes del desastre. La batalla persistió un largo tiempo. Trentren Vilu alcanzo una victoria costosa: ganó la batalla, pero fue incapaz de restaurar la tierra a su estado primitivo, dejándola en la forma desmembrada que todavía tiene hoy en día. Al final de las hostilidades, Caicai Vilu dejó como rey, representante y propietario de todos los mares, al Millalobo, que fue concebido durante la gran inundación, cuando una hermosa mujer fue salvada de ahogarse por un lobo marino.Relación con los cataclismos
En los alrededores de cada comunidad mapuche hay un cerro considerado Trengtreng, es decir, el lugar en que vivía la serpiente de la tierra y en el que se refugió la vida terrestre durante el cataclismo.Mito
Según los mapuches, estas dos serpientes serían originalmente los hijos de los pillanes más poderosos, que como castigo habrían sido convertidos en estos seres. Así que el hijo de Peripillán fue convertido en una inmensa serpiente que sería Caicai y el hijo de Antu convertido en una inmensa serpiente que sería Trentren. Ambas serpientes serían adversarias, así como fueron adversarios Antu y Peripillán. Caicai habría sido mandada a vivir en el mar para ayudar a cuidarlo junto a los Ngen-ko, y Trentren habría sido mandada a vivir en la tierra para ayudar a cuidar junto a los demás Ngen a la tierra, y para ayudar al ser humano; Siendo así como estas dos culebras son usadas como un instrumento a través del cual también se cumple la voluntad de los antiguos espíritus mapuche.Se dice que cuando Caicai despertó de su gran sueño de varios años, a causa del desagradecimento que tuvieron los hombres por todo lo dado por el mar; Caicai se enfureció y usó su cola en forma de pescado para golpear el agua. Con ello inició un gran cataclismo que empezó a inundar y crear un diluvio en todo el territorio; ya que tenía el deseo de castigar al ser humano y de incorporar toda la vida terrestre a sus dominios. Caicai ordenó a las aguas que inundaran los valles y cerros, y que llevasen a todos los habitantes al fondo del mar.
Al ver Trentren, que los habitantes y animales estaban desesperados y que los hombres la invocaron, y como por órdenes de su padre, ella era quien debía proveerles de sabiduría y protección; decidió ayudar a los seres humanos. Así ayudó a escapar a los habitantes y a los animales subiéndolos en su lomo y llevándolos a los cerros; y a los que quedaban atrapados por las aguas, los transformó en aves para que escaparan volando; a los que se ahogaban en peces y mamíferos marinos (siendo uno de ellos el origen del cahuelche), y a los ahogados en sumpall. Los seres humanos que quedaron inmóviles por el terror que sentían, se habrían transformado en mankial. Pero como el mar seguía subiendo de nivel, Trentren tuvo que ordenarles a los cerros que aumentaran de altura para contrarrestrar el poder de Caicai. Enojada, Caicai empezó a luchar contra Trentren en una titánica batalla que duró mucho tiempo, hasta que ambas serpientes se cansaron, con lo cual Trentren venció parcialmente al no haberse inundado toda la tierra, sin embargo, las aguas no volvieron totalmente a su nivel antiguo; con lo que Chile obtuvo su actual geografía.
Posteriormente, según la tradición chilota, Caicai se conformó con la porción de tierra obtenida que logró inundar, y delegó sus funciones referente al mar, al gran Millalobo.
Según la tradición mapuche, luego del cataclismo, todos siguieron su vida tranquila; hasta que un día fue Trentren quien posteriormente se encolerizó por la actitud que tenían los hombres, e hizo que todos los volcanes entraran en erupción y la población tuvo que mudarse a otros lugares más seguros. Desde ese momento, Trentren continúa manifestándose mediante temblores, terremotos y erupciones volcánicas, mientras que Caicai causa los maremotos e inundaciones cuando se revuelve en medio de su sueño.
Variaciones de Mito
Una variante del mito cuenta que la ira de Caicai contra los seres humanos comenzó porque una muchacha rechazó a su hijo, el Trauco.Algunas comunidades huilliches de Chiloé, dicen que la batalla se habría originado producto de que una hija del Trauco rechazó al pillán Peripillán, y por este motivo su hijo habría decidido tomar venganza.
Versiones posteriores del mito suelen también describir equivocadamente a las serpientes Trentren Vilu y Caicai Vilu como espíritus femeninos.
En Argentina existen otras versiones posteriores del mito, las cuales cambian a los padres originales de ambas serpientes míticas, indicando que serían hermanos y/o hijos de los dioses Nguenechèn (Ngenechén) y Kushe (Kuyén Kushe).
Trentren Vilu y Caicai Vilu en el arte
- «Caicaivilú» (1972), canción de Víctor Jara.
- «Sólo nos salva Tentén» (2011), canción de Chilhué.
Véase también
Referencias
- Mitos y supersticiones , estudios del folklore Chileno recogidos de la tradición oral (1947) Editorial Nascimento , Santiago Chile, Autor Julio Vicuña Cifuentes .
- Alberto Trivero (1999), Trentrenfilú, (in Spanish). Proyecto de Documentación Ñuke Mapu.
- Martinez Vilches, Oscar, Chiloe Misterioso. Pub. Ediciones de la Voz de Chiloe (circa 1998)
- Narciso García Barría. Tesoro mitológico del archipiélago de Chiloé: bosquejo interpretativo. Andres Bello, 1997 ISBN 9561315165, 9789561315167
- Colombres, Adolfo (1984). Seres sobrenaturales de la cultura popular argentina. Buenos Aires: Ediciones Del Sol. p. 47. ISBN 9509413003.
- " Chiloe misterioso coleccion la voz de Chiloé , turismo mitologia Chilota leyendas " Autor Chilote Martinez Vilches,
- " Treg Treg y Cai Cai " Tomo # 14 , Zona de Arauco coleccion mitos y leyendas de Chile (2009) Icarito La Tercera
- Soldano, Alejandro Horacio (2006). Leyendas nativas argentinas de la Patagonia: recopilaciones. Buenos Aires: Dunken. ISBN 9870220363.
- Koessler-Ilg, Bertha (2000). Cuentan los araucanos. Buenos Aires: Del Nuevo Extremo. ISBN 9509681962.
- En busca de la tierra sin mal: mitos de origen y sueños de futuro de los pueblos indios. Quito: Abya Yala. 2004. ISBN 9978223754.
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