|
Conrado de Ascoli, Beato |
Sacerdote de la Primera Orden
Tradicional - Su nombre no consta
en el actual Martirologio Romano.
En Acoli Piceno, Italia, beato Conrado
Miliani, sacerdote de la primer orden franciscana, fraile tranquilo y
penitente, dotado de gran sabiduría, estimado enseñante en cátedras prestigiosas,
incansable predicador, acérrimo misionero, paciente mediador de paz, apóstol de
la Santísima Trinidad. († 1289)
Nació
en Ascoli Piceno, de la familia Miliani, el 18 de
septiembre de 1234. Junto con Jerónimo Masci, el futuro
Nicolás IV, se hizo religioso en Ascoli y estudió en
el Sacro convento de Asís y en Perusa, donde obtuvo
el título de doctor.
Siempre en compañía de su amigo Jerónimo
Masci, enseñó luego en las escuelas de la Orden en
Roma, Y cuando Jerónimo fue hecho Ministro general de la
Orden, Conrado obtuvo de él licencia para ir como misionero
al Africa. Recorrió evangelizando varias regiones de Libia y fue
el primer misionero y explorador de Cirenaica.
Cuando Nicolás III encargó
a Masci inducir al rey de Francia a desistir de
la guerra contra España, le asignó por compañero a Conrado.
Resuelta felizmente la misión de paz, regresaron a Roma, donde
Masci en 1278 fue nombrado cardenal.
Conrado, después de una permanencia
de dos años en Roma, fue enviado a París para
enseñar teología en la Universidad de dicha ciudad, donde se
mostró como insigne maestro. En 1288, Jerónimo Masci fue elevado
al trono pontificio con el nombre de Nicolás IV, y
llamó a su lado a Conrado para aprovechar sus luminosos consejos.
Cuando
oyó rumores de su inminente elevación al cardenalato, que se
habían difundido en el ambiente parisino, él respondió en el
discurso de despedida en una plaza pública exhortando a todos
a amar las virtudes cristianas, sobre todo la vida oculta.
Extenuado por el largo viaje, a principios de marzo llegó
a Ascoli, donde fue recibido con grandes honores. Un mes
después enfermó y predijo el día y hora de su
muerte.
Cuando se agravó el mal, recibió con angelical fervor los
últimos sacramentos, se hizo colocar sobre el desnudo suelo y
se durmió serenamente en el Señor. Era el 19 de
abril de 1289. Tenía 55 años.
Nicolás IV sintió profundamente su
muerte, y, confirmando que había tenido la intención de hacerlo
cardenal, ordenó que se levantara un solemne mausoleo sobre su
tumba en San Lorenzo delle Piagge. Después sus despojos mortales
fueron transportados a la iglesia de San Francisco (mayo 28
de 1371).
Entre las virtudes practicadas por Conrado, fue característica la
de la penitencia: revestido de un áspero hábito, caminaba con
los pies descalzos, descansaba solamente unas pocas horas en una
dura tabla, ayunaba a pan y agua cuatro de los
siete días de la semana. Como base de su apostolado
había puesto la devoción a la Santísima Trinidad, gracias a
la cual obtuvo curaciones de toda clase y dos casos
de resurrección de muertos.
Florecieron mientras vivía aún, muchas leyendas
sobre su santidad. Se le rindió culto popular desde tiempo
inmemorial en las Marcas y en las diversas familias de
la Orden minorítica.
Pío VI concedió Oficio y Misa en su
honor el 30 de agosto de 1783.
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.