miércoles, 16 de diciembre de 2015

Ebner.

Nombre de dos místicas alemanas, quienes la investigación histórica ha demostrado que no estuvieron relacionadas de ningún modo.

Cristina Ebner

Nació de una familia patricia el Viernes Santo de 1277 en Nuremberg; murió en Engelthal el 27 de diciembre de 1355. De su madre heredó un espíritu profundamente religioso, que pronto se manifestó en una afición por la oración y la mortificación. Apenas había hecho su Primera Comunión, cuando sus padres accedieron al deseo que ella había expresado ya desde los siete años, de entrar en el convento dominico de Engelthal en las cercanías de Nuremberg. Al final de su año de noviciado fue afectada por una peligrosa enfermedad, que reapareció tres veces al año desde los trece hasta los veintitrés años. Cada año, durante el resto de su vida, sufrió una recaída de esta misteriosa enfermedad. Sin embargo, esto no logró que Cristina suavizara sus prácticas penitenciales, ni fallara en sus deberes como superiora, a la que ya había sido elegida.
A sus trece años empezó a disfrutar de las visitas frecuentes del Maestro, de cuyas palabras obtuvo la luz y el consejo para su propia dirección. Como resultado de ello fue incomprendida por todos, salvo su confesor, el Padre Conrado de Füssen, OP, a cuya orden, en el Adviento de 1317, ella empezó a escribir un diario de sus experiencias espirituales en orden cronológico. Después de una introducción en la que reseña de forma sencilla y natural toda la historia de su vida hasta 1317, lleva esta pieza conmovedora de la literatura mística hasta el año 1353. Habla de sí misma en tercera persona, como von dem menschen. La mayor parte de este diario fue escrito por su propia mano, excepto cuando lo dictó debido a su enfermedad, y se conserva, en una versión completa del siglo XV, en un manuscrito (cod. 90) en Nuremberg. También se hallan extractos en el mismo lugar (cód. 89, 91), en Stuttgart (cod. 90), y Medingen. Por esta fuente conocemos que Cristina desempeñó un papel importante por sus oraciones en la solución de las dificultades surgidas a raíz de los disturbios en Nuremberg en 1348, desde el terremoto de ese mismo año, la Muerte Negra, las procesiones de los flagelantes de 1349, y el largo pleito entre Luis de Baviera y la Santa Sede. También nos cuenta de la ausencia de un director desde la remoción de Konrad a Friburgo en 1324 hasta 1351, cuando Enrique de Nördlingen la visitó y le dio consejo suficiente para que el resto de su vida. Probablemente no es obra suya el tratado "Von der genaden uberlast" que la Sociedad Literaria Stuttgart editó con su nombre en 1871.

Margarita Ebner

Nació de padres ricos en 1291 en Donauwörth; murió el 20 de julio de 1351. Recibió una educación clásica completa en su casa, y más tarde entró al convento dominico en Maria-Medingen cerca de Dillingen, donde hizo profesión solemne en 1306. Estuvo gravemente enferma desde 1312 durante tres años, y, posteriormente, por un período de casi siete años, estuvo la mayor parte del tiempo a punto de morir. De ahí que pudiera ejercer su deseo de penitencia, sólo por la abstinencia de vino, frutas y el baño. A su regreso de su casa, adonde había ido durante la campaña de Luis de Baviera, su enfermera murió y Margarita sufrió desconsoladamente, hasta que Enrique de Nördlingen asumió su dirección espiritual en 1332. La correspondencia entre ellos es la primera colección de este tipo en el idioma alemán. Bajo sus órdenes, escribió con su propia mano un informe completo de todas sus revelaciones y sus relaciones con el Niño Jesús, como también todas las respuestas que recibió de Él incluso en sueños. Este diario se conserva en un manuscrito del año 1353 en Medingen. De sus cartas y el diario nos enteramos de que nunca abandonó su adhesión a Luis de Baviera, cuya alma se había salvado, según supo por una visión.

Fuente: Schwertner, Thomas. "Ebner." The Catholic Encyclopedia. Vol. 5. New York: Robert Appleton Company, 1909. <http://www.newadvent.org/cathen/05244a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina.

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