Luis IX de Francia | |
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Rey de Francia | |
Luis IX el Santo, por El Greco. |
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Información personal | |
Reinado | 8 de noviembre de 1226 - 25 de agosto de 1270 |
Coronación | 29 de noviembre de 1226 (Catedral de Reims) |
Nacimiento | 25 de abril de 1214 Poissy |
Fallecimiento | 25 de agosto de 1270 Túnez |
Predecesor | Luis VIII de Francia |
Sucesor | Felipe III de Francia |
Familia | |
Padre | Luis VIII de Francia |
Madre | Blanca de Castilla |
Consorte | Margarita de Provenza |
Descendencia | Blanca (1240-43) Isabel de Francia y de Provenza (1242-71) Luis de Francia(1244-60), Príncipe heredero Felipe III de Francia (1245-85) Juan de Francia (1248) Juan-Tristán de Francia (1250-70) Pedro de Francia y de Provenza (1251-84) Blanca de Francia (1252-1320]) Margarita de Francia y de Provenza (1254-71) Roberto de Clermont (1256-1317) Agnes de Francia y de Provenza (1260-1327) |
Escudo de Luis IX de Francia |
Índice
Biografía
Fue proclamado rey a la muerte de su padre, a finales de 1226, y durante los primeros años estuvo bajo la regencia de su madre. Poco más tarde, en 1235, contrajo matrimonio con Margarita de Provenza, hija de Ramón Berenguer V, conde de Provenza, nieto de Alfonso II de Aragón y bisnieto de Alfonso VII de Castilla. La pareja real tuvo once hijos:- Blanca (1240-1243).
- Isabel (1242-1271), casada en 1258 con Teobaldo II de Navarra.
- Luis de Francia (1244-1260).
- Felipe el Atrevido (1245-1285), rey de Francia.
- Juan (nacido y muerto en 1248).
- Juan-Tristán (1250-1270), conde de Valois.
- Pedro (1251-1284), conde de Alençon.
- Blanca (1252-1320), casada en 1269 con el infante de Castilla Fernando de la Cerda.
- Margarita (1254-1271), casada en 1270 con el duque Juan I de Brabante.
- Roberto (1256-1317), conde de Clermont, casado con Beatriz de Borbón. Su hijo, el duque Luis I de Borbón, fue el fundador de la Dinastía Borbón.
- Agnes ó Inés (1260-1327), casada en 1279 con el duque Roberto II de Borgoña.
Educación y vida devota
Educado en la devoción y el misticismo por su madre, Luis IX combinó su tarea de gobierno con un ascetismo que ha sido destacado tanto por la hagiografía católica como por comentaristas laicos (Voltaire llegó a decir que "No es posible que ningún hombre haya llevado más lejos la virtud"). Por momentos parecía un anacoreta, entregándose a prácticas de mortificación como el hacerse azotar la espalda con cadenillas de hierro los días viernes, o actos de autohumillación como lavar los pies a los mendigos o compartir su mesa con leprosos.Perteneció a la Orden franciscana seglar, fundada por San Francisco de Asís. Fundó muchos monasterios y construyó la famosa Santa Capilla en París, cerca de la catedral, para albergar una gran colección de reliquias del cristianismo.
Asistió al Concilio Ecuménico latino de Lyon I, (convocado en 1245 y presidido por el Papa Inocencio IV); donde, además de deponer y excomulgar al emperador Federico II se convocó una cruzada (la séptima) de la que se designó a Luis IX al mando.
Como Carlomagno tuvo en Eginardo su biógrafo, Luis IX lo tuvo en Jean de Joinville (1224-1317), amigo suyo y camarada en sus campañas de armas. Sus escritos han creado la tan popular imagen pacífica y piadosa del Rey, y el propio Joinville prestó testimonio ante el Papa Bonifacio VIII, que canonizaría a Luis IX en 1297.
Gobierno
En un aspecto más terrenal, Luis IX tuvo que enfrentarse a Enrique III de Inglaterra, a quien venció en Taillebourg en 1242, firmando luego el Tratado de París de 1259, lo que trajo la paz, que se prolongó por todo su reinado. Gracias a este tratado confirmó sus conquistas de Anjou, Turena y Maine, conservando solamente el monarca inglés la Guyena.Más tarde la rebelión de los nobles ingleses contra Enrique III, conocida como Segunda Guerra de los Barones, repercutió en Francia. Con la derrota y prisión de Enrique en la Batalla de Lewes (1264), su esposa, la reina Leonor de Provenza, y su hijo mayor, el príncipe heredero Eduardo, heredero del trono, se refugian en Francia, al lado de la reina Margarita -hermana mayor de Leonor-, la cual convence a su esposo Luis IX que apoye a Eduardo con un ejército para reconquistar el poder y liberar a su padre.
Luis IX fue el último monarca europeo que emprendiera el camino de las Cruzadas contra los musulmanes. La primera vez, entre 1248 y 1254, en lo que luego se llamó la Séptima Cruzada, San Luis desembarcó en Egipto y llegó a tomar la ciudad de Damieta, pero poco después sus tropas fueron sorprendidas por la crecida del Nilo y la peste. Combatiendo en terreno desconocido para ellos, los franceses, junto con su rey, cayeron prisioneros de sus enemigos y sólo se salvaron pagando un fuerte rescate. Irónicamente, la séptima cruzada de Luis IX corrió una suerte similar a la quinta cruzada de Andrés II de Hungría, quien un par de décadas antes también arribó a Egipto y al poco tiempo se vio forzado a regresar a su hogar.
La Octava Cruzada, en 1270, llevó a San Luis frente a Túnez, ciudad a la que puso sitio. Si bien al rey lo impulsaban móviles religiosos, no era el caso de su hermano, el bastante más terrenal Carlos de Anjou, Rey de Nápoles, cuyos intereses en Italia, que lo vincularon estrechamente al papado, lo pusieron en situación de acabar con la competencia de los mercaderes tunecinos del Mediterráneo.
La expedición fue un desastre. Buena parte del ejército fue atacado por la disentería, o según el historiador Fernand Destaing de fiebre tifoidea2 ), al igual que el propio San Luis, que murió durante el sitio, sin haber conseguido su objetivo, el 25 de agosto de 1270.
A su muerte le sucedió en el trono su hijo, Felipe el Atrevido.
Legado
Con su muerte, remate de una expedición carente de todo sentido militar, político y religioso salvo el antes mencionado de favorecer a Carlos de Anjou, se extinguieron las Cruzadas. La lenta consolidación de los Estados monárquicos y el desarrollo cultural y comercial de la época gótica eran un hecho incontrastable que alejaron de preocupaciones místicas a los gobernantes de aquel tiempo. Por otro lado, la Europa Occidental había llegado ya a su techo militar y no pudo desalojar a los musulmanes del Norte de África y del Cercano Oriente. Apenas veinte años después de la muerte de San Luis, los cristianos perdieron su última plaza fuerte en Tierra Santa, al caer en manos de los musulmanes San Juan de Acre, en 1291.San Luis de Francia | |
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Santuario Maria Witterschnee (Viena), pintura del techo August von Wörndle |
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Rey de Francia | |
Nombre | Louis IX Capet |
Nacimiento | 25 de abril de 1214 Poissy |
Fallecimiento | 25 de agosto de 1270 frente a Túnez |
Venerado en | Iglesia católica |
Canonización | 1297 por el papa Bonifacio VIII |
Festividad | 25 de agosto |
Atributos | corona, cetro, espada, |
Patronazgo | Francia, La Granja de San Ildefonso, San Luis (E.U.A.), San Luis Potosí (México), Salcajá (Guatemala). |
Testamento espiritual de San Luis a su hijo
(Acta Sanctorum Augusti 5 [1868]1, 546)Hijo amadísimo, lo primero que quiero enseñarte es que ames al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas; sin ello no hay salvación posible.
Hijo, debes guardarte de todo aquello que sabes que desagrada a Dios, esto es, de todo pecado mortal, de tal manera que has de estar dispuesto a sufrir toda clase de martirios antes que cometer un pecado mortal.
Además, si el Señor permite que te aflija alguna tribulación, debes soportarla generosamente y con acción de gracias, pensando que es para tu bien y que es posible que la hayas merecido. Y, si el Señor te concede prosperidad, debes darle gracias con humildad y vigilar que no sea en detrimento tuyo, por vanagloria o por cualquier otro motivo, porque los dones de Dios no han de ser causa de que le ofendas.
Asiste, de buena gana y con devoción, al culto divino, mientras estés en el templo, guarda recogida la mirada y no hables sin necesidad, sino ruega devotamente al Señor con oración vocal o mental.
Ten piedad para con los pobres, desgraciados y afligidos, y ayúdalos y consuélalos según tus posibilidades. Da gracias a Dios por todos sus beneficios, y así te harás digno de recibir otros mayores. Obra con toda rectitud y justicia, sin desviarte a la derecha ni a la izquierda; ponte siempre más del lado del pobre que del rico, hasta que averigües de qué lado está la razón. Pon la mayor diligencia en que todos tus súbditos vivan en paz y con justicia, sobre todo las personas eclesiásticas y religiosas.
Sé devoto y obediente a nuestra madre, la Iglesia romana, y al sumo pontífice, nuestro padre espiritual. Esfuérzate en alejar de tu territorio toda clase de pecado, principalmente la blasfemia y la herejía.
Hijo amadísimo, llegado al final, te doy toda la bendición que un padre amante puede dar a su hijo; que la Santísima Trinidad y todos los santos te guarden de todo mal. Y que el Señor te dé la gracia de cumplir su voluntad, de tal manera que reciba de ti servicio y honor, y así, después de esta vida, los dos lleguemos a verlo, amarlo y alabarlo sin fin. Amén.
Lugares que llevan su nombre
Multitud de ciudades, accidentes geográficos, instituciones educativas y edificios religiosos llevan su nombre.Referencias
- Ir a ↑ «Louis IX 1226-1270» (en inglés). Foundation for Medieval Genealogy. Consultado el 15 de enero de 2014.
- Ir a ↑ Destaing Fernand, El fin de los hombres ilustres. La ayuda para el diagnóstico de la historia , Presses de la Cité, 1977 , 270 p.
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Luis IX de Francia.
- Ficha genealógica Fundación Casa Ducal de Medinaceli
Predecesor: Luis VIII |
Rey de Francia
1226 – 1270 |
Sucesor: Felipe III |
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