Santa Blandina, virgen y mártir, pertenece al grupo de los mártires de Lyon, que, después de que algunos de ellos soportaron las torturas más terribles, sufrieron un glorioso martirio en el reinado de Marco Aurelio (177) y sobre cuya muerte tenemos el conmovedor informe enviado por la Iglesia de Lyon a las Iglesias de Asia Menor ( Eusebio, Hist. Eccl., V, 2).
En Lyon se había despertado el fanatismo del populacho pagano contra los cristianos, de modo que éstos, cuando se aventuraban a mostrarse en público, eran hostigados y maltratados. Mientras el legado imperial estaba ausente, el tribuno, un comandante militar, y el duunviro, un magistrado civil, encarcelaron a un número de cristianos que confesaron su fe. Cuando el legado regresó, los creyentes encarcelados fueron llevados a juicio. Entre estos cristianos estaba Blandina, una esclava, que había sido detenida junto con su amo, también cristiano. Sus compañeros temieron que a causa de su fragilidad corporal no pudiese permanecer firme bajo tortura. Sin embargo, a pesar de que el legado la mandó a torturar de una manera horrible, por lo que incluso los verdugos se agotaron", ya que no sabía qué más podían hacerle", todavía se mantuvo fiel y repetía a cada pregunta: "Soy cristiana y no cometemos nada malo."
Por miedo a la tortura los esclavos paganos habían testificado contra sus amos que cuando los cristianos se reunían cometían actos escandalosos de los que fueron acusados por el populacho pagano, y el legado deseaba arrancarle la confesión de esta mala conducta a los prisioneros cristianos. En su informe al emperador el legado declaró que aquellos que se aferraban a sus creencias cristianas iban a ser ejecutados y los que negaran su fe serían absueltos. Por lo tanto, Blandina y un número de compañeros fueron sometidos a nuevas torturas en el anfiteatro en la celebración de los juegos públicos. Fue atada a una estaca y las bestias salvajes se fijaron en ella; no obstante, no la tocaron. Después de esto durante varios días fue llevada a la arena para ver los sufrimientos de sus compañeros. Finalmente, como la última de los mártires, fue azotada, colocada en una parrilla al rojo vivo, encerrada en una red y tirada delante de un buey salvaje que la lanzó al aire con sus cuernos, y al final fue asesinada con una daga. Su fiesta se celebra el 2 de junio.
Bibliografía: Acta SS., June, I, 161 sqq.; ALLARD, Histoire des persécutions (París, 1892), I, 397 ss.
Fuente: Kirsch, Johann Peter. "St. Blandina." The Catholic Encyclopedia. Vol. 2. New York: Robert Appleton Company, 1907. 22 Dec. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/02594a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina.
En Lyon se había despertado el fanatismo del populacho pagano contra los cristianos, de modo que éstos, cuando se aventuraban a mostrarse en público, eran hostigados y maltratados. Mientras el legado imperial estaba ausente, el tribuno, un comandante militar, y el duunviro, un magistrado civil, encarcelaron a un número de cristianos que confesaron su fe. Cuando el legado regresó, los creyentes encarcelados fueron llevados a juicio. Entre estos cristianos estaba Blandina, una esclava, que había sido detenida junto con su amo, también cristiano. Sus compañeros temieron que a causa de su fragilidad corporal no pudiese permanecer firme bajo tortura. Sin embargo, a pesar de que el legado la mandó a torturar de una manera horrible, por lo que incluso los verdugos se agotaron", ya que no sabía qué más podían hacerle", todavía se mantuvo fiel y repetía a cada pregunta: "Soy cristiana y no cometemos nada malo."
Por miedo a la tortura los esclavos paganos habían testificado contra sus amos que cuando los cristianos se reunían cometían actos escandalosos de los que fueron acusados por el populacho pagano, y el legado deseaba arrancarle la confesión de esta mala conducta a los prisioneros cristianos. En su informe al emperador el legado declaró que aquellos que se aferraban a sus creencias cristianas iban a ser ejecutados y los que negaran su fe serían absueltos. Por lo tanto, Blandina y un número de compañeros fueron sometidos a nuevas torturas en el anfiteatro en la celebración de los juegos públicos. Fue atada a una estaca y las bestias salvajes se fijaron en ella; no obstante, no la tocaron. Después de esto durante varios días fue llevada a la arena para ver los sufrimientos de sus compañeros. Finalmente, como la última de los mártires, fue azotada, colocada en una parrilla al rojo vivo, encerrada en una red y tirada delante de un buey salvaje que la lanzó al aire con sus cuernos, y al final fue asesinada con una daga. Su fiesta se celebra el 2 de junio.
Bibliografía: Acta SS., June, I, 161 sqq.; ALLARD, Histoire des persécutions (París, 1892), I, 397 ss.
Fuente: Kirsch, Johann Peter. "St. Blandina." The Catholic Encyclopedia. Vol. 2. New York: Robert Appleton Company, 1907. 22 Dec. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/02594a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina.
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