Sinesio Madrona Ródenas
Es decir, lo importante no sería la "influencia" planetaria (sea ésta lo que sea: imagen sincrónica o realidad física) sino lo que nosotros hacemos con ella. Esta teoría de Laszlo está apoyada en todos los descubrimientos actuales no integrados de la Física, la Química, la Biología, la Neurología, la Psicología...
Creo que más importante que difundir la astrología es difundir una manera diferente de pensar y estructurar el mundo (que, no obstante, nace de ella) que facilita las visión global de las cosas, pues cada vez nos desconectamos más del Todo a nivel racional. Es algo que digo claramente en el artículo sobre la espiral (www.fcgjung.com.es). En él afirmo que la teoría espiral es un reflejo claro y exacto de la experiencia mística desde el lado racional del cerebro humano.
En esta concepción de la realidad no existe el "punto", pues cada "punto" es, al mismo tiempo, todos los demás y tiene la información que tienen todos ellos pues es parte del campo (campo "psi", campo akásico), y como campo y en el campo no existen puntos (las ondas en el agua) sino interrelaciones. Cualquier cambio en el campo repercute intantáneamente en todo él por lo que la información es inmediata.
En este sentido nosotros somos Urano, Júpiter, Marte, Piscis, Géminis, Capricornio..., la casa II, la VII... No podemos "decir" que "Urano nos influye" porque nosotros somos Urano, pero tampoco lo podemos negar en el sentido de que formamos parte de la información global, y esta se refiere al mismo tiempo a Urano-nosotros. Y hablar de ,sincronicidad tampoco es procedente en el sentido de que Urano no tiene ,nada que ver con nosotros sino que está ahí como símbolo paralelo, porque, como digo, nosotros somos Urano y la realidad de Urano (física, psíquica, conceptualmente...) nos compete. Entonces si hay algo que podemos identificar como realidad e intercambios físicos (sea en el nivel de conciencia que sea) también formamos parte de ello.
No se trata de hacer un "trasvase" de una realidad a otra sino de buscar las "homologías estructurales" entre distintas ciencias, conceptos, símbolos... (lo que en astrología llamamos analogías, pero en "rollo racionalista").
El hecho de que tengamos que explicarnos esos fenómenos es parte de la naturaleza humana, debido al desarrollo de su racionalidad, pues de eso se trata. Pero más allá de sus diversas explicaciones existe el hecho común de ser una particularidad y una necesidad de la naturaleza humana. Si la existencia de ese campo cuántico (común a todos estos fenómenos, como común es la base química del LSD) nos ayuda a dejar por sentado que lo que vale no es tanto la explicación como el fenómeno asociado a ella y de que la explicación de esa experiencia es una "necesidad" de la racionalidad humana en su desarrollo hacia la conciencia individual, es eso lo que para mi vale. Todo lo que nos ayude a darnos cuenta que el binomio experiencia-explicación es un mecanismo de evolución, y que como tal tiene su realidad; pero que no es una conclusión definitiva acerca de lo que es la realidad, como siempre se pretende desde distintas concepciones de la misma.
El "campo psi" sería
una respuesta a eternas preguntas y cuestiones de la astrología, en
particular a la de si los astros nos influyen o son sincrónicos con
nuestros eventos. Este campo hace irrelevante dicha cuestión y pasamos
entonces a preguntarnos qué es lo que hacemos nosotros con el "material"
que recibimos, sea natal o presente. Según esta teoría la más mínima
vibración (humana en este caso) queda registrada para siempre en el
citado campo e influye instantáneamente en la disposición del campo a
miles de millones de años luz de distancia.
Es decir, lo importante no sería la "influencia" planetaria (sea ésta lo que sea: imagen sincrónica o realidad física) sino lo que nosotros hacemos con ella. Esta teoría de Laszlo está apoyada en todos los descubrimientos actuales no integrados de la Física, la Química, la Biología, la Neurología, la Psicología...
Creo que más importante que difundir la astrología es difundir una manera diferente de pensar y estructurar el mundo (que, no obstante, nace de ella) que facilita las visión global de las cosas, pues cada vez nos desconectamos más del Todo a nivel racional. Es algo que digo claramente en el artículo sobre la espiral (www.fcgjung.com.es). En él afirmo que la teoría espiral es un reflejo claro y exacto de la experiencia mística desde el lado racional del cerebro humano.
Si el ser
humano es un Todo no podemos pensar (como hacen muchos místicos) que es
imposible crear una imagen en el lado racional del ser humano que sea
capaz de reflejar tal experiencia. Pero perdidos en un mar de erudición y
referencias parciales hemos olvidado la unidad del ser humano con el
Universo y con la realidad de su entorno, y la única manera de
recuperarla es a través de un saber que nunca ha dejado (desde hace
miles de años) de tenerla. Creo que es una cuestión vital para nuestro
tiempo, pues cada vez tengo una sensación mayor que, de otra manera,
vamos hacia "un desastre anunciado".
La nueva concepción
del Universo, y de nosotros en él, que se abre paso actualmente en la
filosofía (Whitehead: Proceso y realidad) la ciencia (Laszlo: El cosmos
creativo) y la psicología (Keeney: Estética del cambio) no nos ve como
un punto newtoniano sujeto a la acción y reacción causa-efecto sino como
inmersos en un campo de información formado por una red de
interrelaciones que llega a todos los rincones del Universo.
En esta concepción de la realidad no existe el "punto", pues cada "punto" es, al mismo tiempo, todos los demás y tiene la información que tienen todos ellos pues es parte del campo (campo "psi", campo akásico), y como campo y en el campo no existen puntos (las ondas en el agua) sino interrelaciones. Cualquier cambio en el campo repercute intantáneamente en todo él por lo que la información es inmediata.
En este sentido nosotros somos Urano, Júpiter, Marte, Piscis, Géminis, Capricornio..., la casa II, la VII... No podemos "decir" que "Urano nos influye" porque nosotros somos Urano, pero tampoco lo podemos negar en el sentido de que formamos parte de la información global, y esta se refiere al mismo tiempo a Urano-nosotros. Y hablar de ,sincronicidad tampoco es procedente en el sentido de que Urano no tiene ,nada que ver con nosotros sino que está ahí como símbolo paralelo, porque, como digo, nosotros somos Urano y la realidad de Urano (física, psíquica, conceptualmente...) nos compete. Entonces si hay algo que podemos identificar como realidad e intercambios físicos (sea en el nivel de conciencia que sea) también formamos parte de ello.
Hay que cambiar la
forma de pensar. No podemos seguir aferrándonos a la idea de que somos
partículas y de que, como tales, sufrimos la influencia de otras
partículas, esto es sólo circunstancial. Pero tampoco podemos decir que
esas "otras partículas" sólo sean un símbolo de lo que nos ocurre sin
realidad física operante. Somos un campo y como tal la identidad
particular en un momento del espacio-tiempo es irrelevante.
Ya hay "científicos"
(lo de las comillas es porque dudo que los científicos ortodoxos lo
consideren tal) que tienen teorías que conjeturan (mejor dicho afirman)
que esto es posible dentro de las leyes de la ciencia física. Laszlo es
un autor (con decenas -o centenares no me acuerdo bien-, de artículos y
libros en su haber) estudioso y divulgador de la teoría sistémica,
reconocido mundialmente, y con el que tuve el honor de participar en un
seminario sobre el tema en la Universidad Menendez Pelayo de la Coruña
en 1995. Es creador del Club de Budapest y del General Evolutionari
Research Group, en el que hay figuras como el Dalai Lama y eminentes
científicos de fama mundial. Es decir no es un pelagatos del tres al
cuarto al que nadie hace caso por venir de esa "New Age" populachera que
ha perdido el respeto de todo el mundo. Creo que su propuesta es mucho
más arriesgada y fascinante que la de muchos que se titulan a sí mismos
transpersonales.
Mi línea de
investigación va por un camino intermedio. Desde el momento en que puedo
introducir en la descripción del desarrollo humano (biología y
conciencia) una fórmula matemática, aspiro a poder describir este
desarrollo desde el exterior y desde el interior al mismo tiempo. Mi
aspiración última sería poder conectar esta fórmula con otras que
emplean la física, la biología y la neurología; pero estoy a años luz de
poder hacerlo, al menos en la actualidad, pues no descarto que algún
día (quizá cuando "me jubile") pueda estudiar física.
De todas formas la astrología también ve a la persona desde el exterior, pues todos los acontecimientos que suceden a su alrededor son,"sincronicidades" características de su estado interior. Reducido todo ello (¿quizás?) a "transformadas de Fourier" (ecuaciones diferenciales que se usan, sobre todo, para describir los movimientos ondulatorios de la materia y que tienen sus correspondencias -eso es lo que me ha parecido entender- en física cuántica, biología, neurología, psicología, sociología...) ¿podría llegar a demostrarse una correspondencia ondulatoria específica entre unas posiciones planetarias y un determinado suceso y onda en el cerebro de la persona que lo vive? Hasta ahí llegan mis aspiraciones.
De todas formas la astrología también ve a la persona desde el exterior, pues todos los acontecimientos que suceden a su alrededor son,"sincronicidades" características de su estado interior. Reducido todo ello (¿quizás?) a "transformadas de Fourier" (ecuaciones diferenciales que se usan, sobre todo, para describir los movimientos ondulatorios de la materia y que tienen sus correspondencias -eso es lo que me ha parecido entender- en física cuántica, biología, neurología, psicología, sociología...) ¿podría llegar a demostrarse una correspondencia ondulatoria específica entre unas posiciones planetarias y un determinado suceso y onda en el cerebro de la persona que lo vive? Hasta ahí llegan mis aspiraciones.
En la Era Acuario,
como no podía ser de otra manera, a "dios" se le verá a través del nuevo
lenguaje; es decir del lenguaje de la ciencia, su explicación será
racional y el ser humano podrá "intervenir" en la "esfera divina" (algo
que, de todas formas, hacía y hace de una manera natural el hombre
primitivo, y también los animales, pues no ha perdido la conexión por
culpa de su desarrollo racional). Esta "intervención" habrá de ser,
desde la perspectiva del nuevo lenguaje de la ciencia, planificada
-esperemos- de una manera más global, racional y emocional al mismo
tiempo.
Dos libros de Laszlo
especulan con la evidencia de que existe una información a todos los
niveles sustentada en el vacío cuántico (o punto cero como se le llama
en la entrevista de más abajo), cuya energía es casi infinita (más de un
decacuatrillón -1 seguido de 84 ceros- de toneladas por cm3). Esta
información en virtud de esa energía cuasi infinita, y de otros
parámetros, se propaga e interactúa a todos los niveles que nosotros
conocemos de la realidad: cuántico, cósmico, físico, biológico,
psicológico, social y ecológico, conteniendo toda la información
producida hasta la fecha en todos esos niveles y siendo un depósito con
el que se puede conectar para obtener conocimiento e información a una
velocidad casi infinita (los parámetros físicos en los que se basa esta
teoría son admitidos por la ciencia y han sido calculados por distintos
físicos). Ese depósito sería la "fuente de Dios" en el que han bebido
todos los seres humanos hasta ahora.
Tal como yo lo
entiendo no es que "ese vacío cuántico explique a Hamlet"; es que Hamlet
es TAMBIÉN vacío cuántico. Hamlet no es sólo... vacío cuántico; es una
forma superior de entender determinadas relaciones del vacío cuántico a
través de la superior organización de ese vacío que nosotros entendemos
por conciencia. Hamlet es vacío cuántico, pero también es Hamlet... Las
relaciones ondulatorias del vacío cuántico no nos dicen nada sobre
Hamlet, si no las interpretamos con la conciencia humana tal como ésta
es más allá de explicaciones meramente físicas, químicas o neurológicas.
Lo que no quiere decir que, para determinadas personas entre las que me
encuentro, estas explicaciones no sean en sí mismas una manera
fascinante e inefable de acercarse a la verdad.
B. P. Keeney
("Estética del cambio", Ed. Paidós) dice en su libro algo así como que
la realidad es unitaria. Para entenderla racionalmenrte nosotros la
dividimos (en esto consiste, a la postre, la espistemología). Luego nos
olvidamos que la hemos dividido y nos quedamos sólo con una parte de
ella y hablamos de lo que sólo fue en principio un mecanismo de
conocimiento como si fuera la realidad misma.
No se trata de hacer un "trasvase" de una realidad a otra sino de buscar las "homologías estructurales" entre distintas ciencias, conceptos, símbolos... (lo que en astrología llamamos analogías, pero en "rollo racionalista").
La fórmula
matemática de mi la Espiral Evolutiva y la estructura dodecanaria que
sustenta mi teoría del desarrollo de la conciencia, no son la
conciencia, pero nos dicen mucho acerca de ella. Para mi lo fundamental
que me dice es que lo más seguro es que existe una estructura universal
en el Universo (valga la redundancia) que da cuenta de la realidad a
distintos niveles (hay doce quarks en la materia y el 12 aparece en
muchas formaciones naturales y humanas de distintas formas) y que es,
entonces, esencial en la comprensión de la realidad toda, desde los
niveles cuánticos a los terrenos de la conciencia y de las experiencias
inefables.
No se trata, pues,
de decir que el nivel físico vaya más allá de su terreno sino de
encontrar el substrato físico (que existe, así como el neurológico y
otros) a una realidad psíquica, espiritual y de conciencia. No se trata
de "mezclar niveles" sino de encontrar correspondencias, homologías y
explicaciones mutuamente reforzantes. ¿O no hacemos eso los astrólogos
cuando utilizamos la analogía y la aplicamos a distintos niveles de la
realidad? Un mismo símbolo nos habla ,de la realidad, física, química,
biológica, psicológica, social, política... ¿No nos dice eso que hay una
"base Común" de algún tipo en toda la realidad?
Por ejemplo los
efectos químicos de drogas alucinógenas como el LSD son los mismos para
todo el mundo, pero nadie tiene visiones iguales. Es más unos las tienen
sublimes y otros horrorosas. Pero eso no quiere decir que la base
química del LSD no tenga nada que ver con la experiencia, ni, en el polo
opuesto, que todo sea química del LSD.
El hecho de que el
campo del vacío cuántico (campo "psi" o campo akásico) pueda explicar la
transmisión de información a una velocidad superior a la de la luz (de
hecho casi infinita) daría una base física a los fenómenos de
precognición, clarividencia, telepatía... y a las experiencias
inefables. El que una partícula asociada se "entere" de lo que le vamos a
hacer a su otra parte incluso antes de que exista una transmisión de
datos vía velocidad de la luz se debe a esta transmisión a velocidad
casi infinita que tiene lugar en el mencionado campo. Y el hecho de que
este campo cuántico pueda explicar esa transmisión tanto en las
partículas elementales como en la conciencia no le quita valor a las
jerarquías implícitas en esos distintos niveles de la realidad. Pero
existe una homología (analogía) entre esos distintos niveles de realidad
que a los astrólogos no nos debería asombrar, pues nuestro trabajo
cotidiano se basa en ella.
Hay una cosa que
para mi es importante en este nuevo enfoque de la base física de la
experiencia mística (a través del los componentes neuronales). Lo
fundamental de la ciencia para mi es que desarrollo un lenguaje
universal que es el mismo para todo y a través del cual logramos un
acuerdo común sobre la realidad. Siempre he pensado que la realidad
humana: psíquica, consciente, social..., podría ser explicada
"científicamente". Y esto lo que quiere decir en el fondo, es que en
algún momento alcanzaríamos en la misma un lenguaje común.
Si hacemos con el
ejemplo-símbolo del LSD una analogía más amplia aplicada a las creencias
religiosas, podremos aventurar la hipótesis de que lo importante en sí
es el fenómeno de "apertura de la conciencia" a nuevos niveles de
información (sean sublimes u horrorosos), no la información personal o
cultural con que interpretemos esos niveles o esas experiencias. Así
pues en el terreno religioso lo importante es la experiencia en si misma
y la oportunidad de satisfacer ese nivel de necesidad afectiva
religiosa (Piscis), como los otros de necesidad afectiva de familia y
grupo (Cáncer) y necesidad afectiva de conciencia individual (Escorpio).
Cuando interpretamos
la realidad de acuerdo con nuestra idiosincrasia personal y/o cultural
tendemos a creer que la realidad que interpretamos es única, debido a
las fijaciones que producen los vínculos afectivos.
El hecho de que tengamos que explicarnos esos fenómenos es parte de la naturaleza humana, debido al desarrollo de su racionalidad, pues de eso se trata. Pero más allá de sus diversas explicaciones existe el hecho común de ser una particularidad y una necesidad de la naturaleza humana. Si la existencia de ese campo cuántico (común a todos estos fenómenos, como común es la base química del LSD) nos ayuda a dejar por sentado que lo que vale no es tanto la explicación como el fenómeno asociado a ella y de que la explicación de esa experiencia es una "necesidad" de la racionalidad humana en su desarrollo hacia la conciencia individual, es eso lo que para mi vale. Todo lo que nos ayude a darnos cuenta que el binomio experiencia-explicación es un mecanismo de evolución, y que como tal tiene su realidad; pero que no es una conclusión definitiva acerca de lo que es la realidad, como siempre se pretende desde distintas concepciones de la misma.
* Textos publicados en la Lista Astrocuántica y en la Lista Iberoamericana de Astrología
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