Orden de Predicadores | ||
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Nombre latino | Ordo Praedicatorum | |
Siglas | O.P. | |
Nombre común | Orden de Santo Domingo | |
Gentilicio | Dominicos | |
Tipo | Orden mendicante | |
Regla | Regla de San Agustín | |
Fundador | Santo Domingo de Guzman | |
Fundación | 1215 | |
Aprobación | 1216 | |
Superior General | Bruno Cadoré | |
Lema | Laudare, benedicere, praedicare | |
Religiosos | 6109 | |
Curia | Piazza Pietro d'Illiria, Roma Italia | |
Presencia | 50 países | |
Sitio web | www.op.org | |
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La orden dominica se destacó en el campo de la teología y doctrina al abrigo de figuras como Alberto Magno o Tomás de Aquino. Muchos de sus miembros integraron la Inquisición medieval. La orden fundó la Escuela de Salamanca de teología, filosofía y economía. Alcanzó su mayor número de miembros durante la expansión del catolicismo en los territorios de América, África y Asia incorporados a las coronas de Portugal y de España, donde se reconoce la labor de personajes como Bartolomé de las Casas por su contribución temprana a la defensa de los derechos humanos. La orden tuvo un declive en la modernidad hasta el siglo XIX, pero pudo recuperar su influencia con el impulso de teólogos como Enrique Lacordaire, participando activamente en el Concilio Vaticano II y, desde entonces, contribuyendo al desarrollo del catolicismo contemporáneo. El lema de la orden es Laudare, benedicere, praedicare (‘alabar, bendecir y predicar’).
Índice
Historia
Los dominicos nacen en el contexto de la cruzada albigense, guerra emprendida por iniciativa de la Iglesia católica y la nobleza del reino de Francia en contra de los cátaros y la nobleza de Occitania a comienzos del siglo XIII. Domingo de Guzmán, natural de Caleruega (Burgos, España), era un clérigo que integraba el capítulo de la catedral de Osma. Durante un viaje diplomático realizado con su obispo Diego de Acevedo al norte de Europa, fue encargado del intento de conversión de los cátaros instalados en el sur de Francia. Hacia 1206, organizó ―con la aprobación del Papa― un grupo de predicación que imitaba las costumbres de los cátaros, viviendo pobremente, sin criados ni posesiones, pero sus intentos fueron un fracaso, lo que decidió el uso de la fuerza y el inicio de la llamada cruzada contra los cátaros.Santo Domingo continuó madurando su idea y se fue a vivir a la diócesis de Toulouse, donde fundó un monasterio femenino en Prohuille. Finalmente, hacia 1215 organizó la primera comunidad formal de «hermanos predicadores», como fue llamada la orden naciente. Se componía de 16 integrantes. Dicha comunidad se guiaba bajo la regla de san Agustín y vivía en conventos o casas urbanas, bajo una espiritualidad a la vez monástica y a la vez apostólica. El lema escogido fue «Contemplari et contemplata aliis tradere» (‘contemplar y dar a otros lo contemplado’). Todo esto fue novedoso para la época, pues hasta entonces, los religiosos vivían en monasterios y no se dedicaban a la predicación, la cual era oficio propio de los obispos. Los dominicos tomaron como ejes de su carisma el estudio y la predicación, unidos a la pobreza mendicante.
De manera paralela a la fundación de los predicadores y de las monjas, nació la Milicia de Jesucristo, después conocida como Tercera Orden de la Penitencia de Predicadores, que sería la rama seglar de la organización. En la actualidad es conocida como orden seglar dominicana, y sus miembros como seglares de la orden de predicadores. Entre los miembros más famosos de esta rama de la orden, se encuentran Catalina de Siena, Sigrid Undset y Pier Giorgio Frassati.
Pronto se hicieron muy populares, y grandes teólogos se forjaron en sus filas. Los casos más renombrados son los de Tomás de Aquino, Alberto Magno, Meister Eckart y Vicente Ferrer.
La preparación y formación teológica expuesta tanto por los dominicos como por los franciscanos hizo que al fundarse la Inquisición, en 1231, las autoridades se fijaran en estos religiosos y le confiaran su organización, que llevaron adelante con mucho celo, al punto de que los primeros quedaron asociados para siempre con este célebre tribunal. Tal vez los más famosos inquisidores son Bernardo Gui (o de Guio) y Tomás de Torquemada, ambos dominicos.
Tras una decadencia que afectó a todas las órdenes religiosas en general durante el siglo XIV, los dominicos se reformaron en el siglo XV, y tuvieron una nueva época de gloria intelectual que protagonizaron los dominicos del Convento de San Esteban de Salamanca, donde se forjó la Escuela de Salamanca, en su faceta teológica, que daría después sus frutos en la filosofía, el derecho y la economía, con personajes de la talla de Francisco de Vitoria, Tomás de Mercado o Domingo de Soto, que hicieron unos planteamientos sobre los problemas de la sociedad inusualmente avanzados.
Mientras tanto se enfrentaban a una nueva tarea: la Evangelización de América. Su trabajo allí fue muy importante y en los anales de la historia se tiene en especial consideración a Fray Bartolomé de las Casas, Fr. Antonio de Montesinos, Fr. Pedro de Córdoba, San Luis Beltrán y otros más por su labor en la defensa de los derechos de los indígenas americanos.
En América, los dominicos también intervinieron en la educación de la población criolla, a través de la fundación de centros universitarios y en la propagación de prácticas y devociones que aún hoy están presentes entre la población católica, como la devoción a la Virgen María a través del rezo del rosario.
Al advenir la época de las revoluciones (siglos XVIII-XIX) tanto en Europa como en América, la orden soportó la crisis más grande de su historia. La inobservancia, la laxitud, la aridez intelectual, unida a los ataques que desde el exterior lanzaron las autoridades políticas de corte liberal, la llevaron a casi desaparecer por completo. A partir del siglo XIX comenzó una segunda restauración, si bien el número de religiosos nunca volvió a tener el guarismo de otras épocas. Uno de los restauradores más conocidos por su influencia en Francia y en Europa en general, fue Enrique Lacordaire.
En el siglo XX la orden dominicana recuperó parte de su antiguo esplendor en el campo teológico y pastoral. Por medio de teólogos como Marie Dominique Chenu, Yves Congar, Santiago Ramírez y Aniceto Fernández, entre otros, los dominicos tuvieron una influyente participación en el Concilio Vaticano II. En la actualidad, los alrededor de 6500 frailes que existen se dedican especialmente al estudio teológico y filosófico, a la pastoral en parroquias, a la misión y la enseñanza en centros de estudio.
Atributos iconográficos
Una etimología apócrifa atribuye el nombre «dominicanos» a Dómini canis (‘perros del Señor’, en latín), pero en realidad se deriva del nombre de su fundador: Domingo (Dominicus, en latín). Igualmente los dominicos han sido considerados como los perros guardianes de la Iglesia, siendo usado tal apelativo tanto como afrenta o como motivo de orgullo.
En su predicación por Europa, siempre se le describe acompañado del Evangelio de san Mateo y las Cartas de san Pablo, otro atributo del Santo y, en general, de la orden. Su hagiografía cuenta que en una noche de vigilia, los Santos Mateo y Pablo se manifestaron mientras oraba. San Mateo, portando su Evangelio, y san Pablo, portando sus Cartas, le anunciaron: «Ve y predica, porque has sido llamado para este ministerio».
Utilizan como emblema más conocido (tuvieron varios en su historia, y muchos de ellos siguen vigentes en su uso) una cruz flordelisada con los colores de la orden.
Estos son los atributos más importantes junto a la iconografía del rosario, el cual le fuera revelado a santo Domingo por la Virgen María[cita requerida] en otro episodio mítico de su vida. El rosario sería uno de los ejes principales de doctrina de la orden de santo Domingo.
Hábito
Su hábito es blanco y consiste en un alba o túnica, una capilla con capucha (conocida también como esclavina), un escapulario y un rosario de 15 misterios sujeto al cinto; y capa de color negro, usada en el coro. Hasta entrado el siglo XX, era común que llevaran tonsura, práctica abandonada actualmente.Organización
El gobierno máximo de la orden reside en el Capítulo General, que se reúne cada 3 años. Para el gobierno cotidiano el Capítulo General elige un «maestro de la orden» que gobierna durante un período de 9 años en sucesión de santo Domingo. El maestro de la orden, junto con la Curia Generalicia, radica en el antiguo convento y basílica de santa Sabina, en el Aventino (Roma). El actual maestro de la orden es fray Bruno Cadoré, OP (electo en 2010).Ver Maestro General de la Orden de Predicadores
Personalidades de la orden
Véase también: Categoría:Dominicos
Véase también: Categoría:Laicos dominicos
Santos y beatos de la orden
Véase también: Categoría:Santos dominicos
Véase también: Categoría:Beatos dominicos
Dominicos en la ciencia
- Vicente de Beauvais (1190-1264). Erudito, escribió la enciclopedia "Espejo mayor", compendio de física y ciencias naturales.
- Tomás de Cantimpré (1210-1270). Zoólogo escritor de la enciclopedia "Sobre la naturaleza de las cosas" integrada por 20 libros.
- Teodorico Teutónico de Vriberg (1250-1313), dominico alemán, profesor en París. Primero en explicar el arcoíris de manera cualitativa. Su hipótesis fue tomada posteriormente por Descartes.
- Francisco de Vitoria (Burgos o Vitoria, 1483/1486 - f. Salamanca, 1546), fundador del Derecho Internacional.
- Juan de Ortega (1480-1568). Matemático autor del "Tratado subtilísimo d'aritmética y geometría". Su trabajo contribuyó al desarrollo de la teoría sobre la caída libre.
- Domingo de Soto (1495-1560). Físico utiliza la velocidad media para calcular el camino recorrido en caída libre.
- Ignacio Danti (1536-1586) Miembro de la comisión científica que diseñó el calendario gregoriano
Publicaciones
Archivo Dominicano
El Archivo Dominicano (AD), es un anuario de investigación histórica sobre la Orden de Predicadores, nacido a la vera del Instituto Histórico Dominicano de la Provincia de España (IHDOPE) aprobado, a su vez, en el Capítulo provincial celebrado en 1975.Creado el Instituto Histórico y establecido el Archivo de Provincia en el convento de San Esteban de Salamanca, el material archivístico que se conservaba en él, el que se iba recibiendo de los conventos de la Provincia, y el procedente de otras entidades y personas, hizo crecer la idea de publicar un anuario en el que fuese apareciendo la rica, abundante y olvidada historia de la Provincia dominicana de España, tanto en tierras peninsulares como en las de allende los mares. Y así fue como en 1980 apareció el anuario AD. Su primer director (1980-1996) fue el dominico Ramón Hernández Martín, ayudado en un principio por los también dominicos Antonio Gutiérrez y Julián Merino. En 1981 se incorporó al Archivo-Instituto José Barrado Barquilla (que es, desde el año 1996, el segundo y actual director de AD) y en 1985 lo hizo Lázaro Sastre Varas; otros colaboradores han sido Ángel Martínez Casado e Iván Calvo Alonso.
Desde su primer número la revista se ha mantenido en la dirección y objetivo iniciales: ser el órgano de expresión científica del Instituto Histórico Dominicano dando a conocer la historia de la Orden de Predicadores desde el siglo XIII hasta nuestros días, con especial énfasis en el área Iberoamericana-filipina.
A partir del número XXVI (2005) el anuario, de 400 páginas, se convirtió en revista interprovincial dependiente de las Provincias dominicanas asentadas en la Península Ibérica (JIP), decisión aprobada el 30 de mayo de 2004 por los Provinciales y los Consejos de las cinco Provincias Dominicanas Ibéricas.
Hasta el momento, Archivo Dominicano sigue siendo el único anuario en lengua española dedicado exclusivamente al campo histórico de la Orden de Predicadores en el área geográfica arriba citada.
Presencia de los dominicos en santuarios
- en Colombia
- en Boyacá
- son encargados desde el siglo XVII de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, patrona de Colombia, en Chiquinquirá.
- en Boyacá
- en España
- en Canarias
- son los encargados de la Real Basílica y Santuario Mariano de Nuestra Señora la Virgen de la Candelaria (patrona de Canarias), en Tenerife.3
- en Castilla y León
- son los encargados de la Basílica de la Virgen del Camino, en la provincia de León.4
- están encargados del Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia, en la provincia de Salamanca.
- en el principado de Asturias
- son los habitantes y encargados del Monasterio de Corias, en Cangas del Narcea.
- en Canarias
- en Guatemala
- son responsables de la Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario, patrona del país.
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