Gonzalo García Gudiel |
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63º Arzobispo de Toledo Primado de España Canciller Mayor de Castilla |
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3 de mayo de 1280-4 de diciembre de 1298 | ||
Predecesor | Fernando Rodríguez de Covarrubias | |
Sucesor | Gonzalo Díaz Palomeque | |
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Obispo de Burgos |
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27 de septiembre de 1275-3 de mayo de 1280 | ||
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Obispo de Cuenca |
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1272-27 de septiembre de 1275 | ||
Información religiosa | ||
Proclamación cardenalicia | 4 de diciembre de 1298 por Bonifacio VIII |
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Título cardenalicio | Cardenal obispo de Albano | |
Información personal | ||
Nacimiento | 1238 Toledo, Reino de Castilla |
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Fallecimiento | diciembre de 1299 (60 años) Roma, Italia |
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Alma máter | Universidad de París | |
Escudo de Gonzalo García Gudiel |
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Biografía
Fue gran amigo y confidente del rey de Castilla Sancho IV, al que acompañó siendo infante en sus estudios en París, es nombrado canónigo de Toledo en 1255, y cuatro años más tarde obtiene licencia para estudiar derecho civil durante cinco años, con toda probabilidad en la italiana ciudad de Bolonia. En 1262 es nombrado por el Papa deán de Toledo, obteniendo un año después nuevamente una dispensa por tres años para cursar estudios de teología. Esta sólida e importante formación intelectual le permite desarrollar una fulgurante carrera profesional: persona de confianza de Rey Sabio, es nombrado en 1275 obispo de Burgos, y el 3 de mayo de 1280 será elegido arzobispo de la poderosa Mitra Toledana, si bien no tomará posesión de forma inmediata debido a los diferentes problemas financieros que le retenían fuera del Reino de Castilla, llegando incluso a ser excomulgado en 1283 por impago de deudas. Una vez liquidadas éstas, regresa en 1284 a Toledo, coincidiendo con la muerte del rey Alfonso X, e inicia un proceso de restauración en la administración de la archidiócesis.
Los comienzos de su carrera eclesiástica se asientan sobre su capacidad profesional (excelente latinista, con estudios universitarios en Francia e Italia, y sabía árabe) y sobre la vinculación de su familia con la realeza castellana: obtiene las primeras dignidades eclesiásticas del infante Sancho, arzobispo de Toledo y hermano de Alfonso X, y, desaparecido éste, prosigue su avance con el puesto de notario de Castilla en la cancillería y el obispado de Cuenca (1273) gracias al propio Alfonso el Sabio. Pero, a partir de entonces, y probablemente debido al cambio de rumbo que los acontecimientos tomaban (rebelión de los nobles y del infante Sancho contra su padre Alfonso, renuncia definitiva de éste a las aspiraciones imperiales), Gonzalo Pérez parece haber decidido jugar a doble banda: logró directamente del papa en Beaucaire su promoción al rico obispado de Burgos (1275) y, después en Roma, al arzobispado de Toledo (1280), sin apoyo previo del rey, y se mantuvo fuera de la Península durante toda la guerra civil que enfrentó a Alfonso X con Sancho IV. Se conservan un conjunto de documentos inéditos, borradores de su archivo personal, que permiten constatar el carácter calculador del arzobispo, que escribía simultáneamente al padre y al hijo, eludiendo las demandas de compromiso de los dos con la excusa de estar retenido por las deudas que él mismo se encargaba de renovar una vez y otra.
Es a partir de su regreso a Toledo, tras la muerte de Alfonso el Sabio, cuando llega al cenit de su poder, de nuevo de mano de la realeza: canciller mayor de Sancho IV, mano derecha del rey, obtiene para la iglesia de Toledo beneficios sin número. La catedral es escenario de la coronación del nuevo rey y elegida como panteón real en un emblemático diploma que representa iconográficamente al arzobispo de Toledo y al rey como autoridades equiparables. Pero cuando sobreviene la minoría de Fernando IV, el arzobispo Gonzalo se ve privado de la cancillería y vuelve a poner entonces sus miras en la escena internacional. En Italia y once meses antes de morir consigue del pontífice la púrpura cardenalicia (y empieza a aproximarse al rey de Aragón). Símbolo espléndido de esa naturaleza sibilina y dúplice, en lo cultural y en lo personal, que impregnó toda su vida es la planificación cuidadosa de dos tumbas, una en Toledo y otra en Roma.
Entre los años 1290 y 1295 es su época de plenitud humana, intelectual y política, cuando decide emprender una importante reforma de las instituciones y del clero. Un aspecto importantísimo de esta empresa fue la renovación de la formación académica del clero y, posiblemente, ahí es donde se debería situar su proyecto institucional de crear un Estudio General en el seno de su arzobispado. La primera referencia histórica alusiva a la creación de estudios en Alcalá de Henares la encontramos en tiempos del rey Sancho IV de Castilla, en un documento signado en la ciudad de Valladolid, a 20 de mayo de 1293, el monarca otorgaba los privilegios fundacionales del Estudio General de Alcalá de Henares.7
Muerto en Roma, fue sepultado en la basílica de Santa María la Mayor de esta ciudad, hasta que dos años después el arcediano de Toledo Ferrand Martínez viajó hasta allí para trasladar sus restos a la catedral toledana.8
Predecesor: Pedro Laurencio |
Obispo de Cuenca 1272 - 1275 |
Sucesor: Diego |
Predecesor: Juan de Villahoz |
Obispo de Burgos 1276 - 1280 |
Sucesor: Fernando de Covarrubias |
Predecesor: Fernando Rodríguez de Covarrubias |
Arzobispo de Toledo Primado de España 1280 - 1298 |
Sucesor: Gonzalo Díaz Palomeque |
Predecesor: Bérard de Got |
Cardenal obispo de Albano 1298 - 1299 † |
Sucesor: Leonardo Patrasso |
Referencias
Bibliografía
- Hernández FJ, Linehan P. The Mozarabic Cardinal. The Life and Times of Gonzalo Pérez Gudiel. Florencia: Sismel-Edizioni del Galluzzo; 2004. ISBN 88-8450-042-7, 644 páginas + 17 láminas.
- Balbina Caviró Martínez. El linaje y las armas del Arzobispo Toledano Gonzalo Pétrez <<Gudiel>>. Toletum (Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo). Volumen 57 (2010), páginas 131-169.
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