En el siglo IX en Atenas, una joven
llamada Juana, tenía muchas ganas de aprender y ampliar sus
conocimientos y para ello le gustaba visitar un convento de
benedictinos, que en ese época ejercían también de maestros y que
permitieron a la joven perfeccionar su educación.
Lo que no esperaba Juana es que en un convento encontrara el amor, pero así fue. Se enamoró de uno de sus maestros, que a su vez se enamora de su inteligencia y belleza.
Para no perder contacto con su amado decidió cambiar su apariencia, y para ello comenzó a vestirse como un monje y adopto el nombre de “Juan, el inglés”.
Al estar dedicada al estudio en forma total, su conocimiento era realmente excepcional; era versada sobre metafísica, ciencia y los Tratados Árabes de la época. Al morir su amado, se refugió mucho más en el estudio, lo que hizo que fuese objeto de consultas, fruto de su conocimiento y sabiduría.
Más tarde decidio ir a Roma y allí, por su capacidad y méritos, fue elegida Papa. Sucedió a León IV tomando el nombre de Juan VIII entre los años 855 al 858.
Como Papa fue extraordinaria pero no pudo reprimir la llamada del sexo y aunque lo intento y lucho por conseguirlo volvío a caer en los brazos de un jóven monje que la dejo embarazada. Juana trato de ocultar su estado ante el mundo, pero un día, en una procesión, le llegó la hora de parir y dio a luz a un niño, ante la locura y el asombro de los asistentes.
En ese momento fue detenida y conducida a una celda del castillo de Saint Angelo. Del hijo no hay noticias. Del monje se sabe que se suicido lanzándose desde lo alto de la muralla semanas antes de que Juana asesinada, sepultada viva en una pared o degollada, en cualquier caso muerta.
Lo que no esperaba Juana es que en un convento encontrara el amor, pero así fue. Se enamoró de uno de sus maestros, que a su vez se enamora de su inteligencia y belleza.
Para no perder contacto con su amado decidió cambiar su apariencia, y para ello comenzó a vestirse como un monje y adopto el nombre de “Juan, el inglés”.
Al estar dedicada al estudio en forma total, su conocimiento era realmente excepcional; era versada sobre metafísica, ciencia y los Tratados Árabes de la época. Al morir su amado, se refugió mucho más en el estudio, lo que hizo que fuese objeto de consultas, fruto de su conocimiento y sabiduría.
Más tarde decidio ir a Roma y allí, por su capacidad y méritos, fue elegida Papa. Sucedió a León IV tomando el nombre de Juan VIII entre los años 855 al 858.
Como Papa fue extraordinaria pero no pudo reprimir la llamada del sexo y aunque lo intento y lucho por conseguirlo volvío a caer en los brazos de un jóven monje que la dejo embarazada. Juana trato de ocultar su estado ante el mundo, pero un día, en una procesión, le llegó la hora de parir y dio a luz a un niño, ante la locura y el asombro de los asistentes.
En ese momento fue detenida y conducida a una celda del castillo de Saint Angelo. Del hijo no hay noticias. Del monje se sabe que se suicido lanzándose desde lo alto de la muralla semanas antes de que Juana asesinada, sepultada viva en una pared o degollada, en cualquier caso muerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.