jueves, 28 de febrero de 2013

LOS DUALISMOS IRANIOS.

 Representación del dios Ahura Mazda en el templo de la comunidad mazdeísta de Yazd (Irán).
Representación del dios Ahura Mazda en el templo de la comunidad mazdeísta de Yazd (Irán).
 
Una de las características del mazdeísmo y de otras formas religiosas desarrolladas en Irán es el dualismo, que significa la creencia en que bien y mal se enfrentan en una terrible lucha en la que el ser humano es una pieza clave. Según Zaratustra, de Ahura Mazda surgieron dos espíritus que eligieron su destino libremente. Spenta Mainyu (espíritu santo) tomó el camino de la verdad, y Angra Mainyu (espíritu destructor) optó por el camino de la mentira y fue el creador de todo mal. Los seres humanos tienen la opción de elegir su propio camino según esta religión, ya sea por la vía del bien o la del mal. Pero esta elección tiene sus consecuencias tras la muerte, ya que los que elijan el bien irán, tras el juicio final, a un más allá paradisíaco y maravilloso, mientras que los que opten por el camino del mal sufrirán grandes castigos en el infierno.
Además de Ahura Mazda existen otros seres espirituales, los Amesha Spenta (santos inmortales): Asha Vaishta, que es la justicia perfecta; Vohu Manah, el buen pensamiento; Haurvatat, la salud; Ameretat, la inmortalidad. Junto a Angra Mainyu luchan los daeva, seres demoníacos que buscan la perdición del ser humano y del mundo. Con el paso del tiempo, otros reformadores religiosos en Irán profundizaron en ese combate, haciendo el dualismo más extremista. Terminaron planteando que la lucha entre el bien y el mal es eterna y existe desde el principio de los tiempos, y que las fuerzas del bien y de la luz lideradas por Ormuz combaten eternamente con las de las tinieblas y las del mal dirigidas por Ahrimán.

EL DUALISMO COMO MODO DE PENSAR.

Celebración de una ceremonia del fuego parsi con ocasión del año nuevo.Celebración de una ceremonia del fuego parsi con ocasión del año nuevo.

El dualismo puede ser también una forma de pensar la religión y la vida. Si alguien se cree dueño de la verdad, se puede señalar a los que no piensan del mismo modo como servidores del mal, argumento que puede producir muchos conflictos y violencia. Mani, un reformador religioso del siglo III e.c., ha dado nombre en nuestra lengua a esa forma de entender la vida: se llama maniqueísmo a la forma de pensar según la cual los que no están del mismo lado son enemigos y se van a condenar. Pero esa forma de pensar ya aparece en Zaratustra, como se puede ver en este texto muy antiguo del Avesta:

«Voy a hablaros de cuanto Ahura Mazda me dijo, él que todo lo sabe. Los que de entre vosotros no cumplan la palabra como yo la pienso y yo la pronuncio, para ellos el fin de la existencia será un lamento [...] pero los que escuchen y obedezcan conseguirán Haurvatat y Ameretat.»
Zaratrusta 
 
El texto señala que aquellos que sigan el camino de Ahura Mazda interpretado por Zaratustra conseguirán salud (Haurvatat) y la inmortalidad (Ameretat). Además amenaza con el castigo a los que no sigan las indicaciones.

Los cristianos siguen este modo de pensar, igual que los musulmanes y otras religiones. La clara separación entre bien y mal que hacen estas religiones también aparece en el mazdeísmo. En definitiva, es habitual en muchos sistemas religiosos establecer un código moral en el que se establezca lo que es correcto y lo que no, de forma que se intente ordenar la convivencia en comunidades, facilitada por la presión ejercida por el cumplimiento religioso.
 

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