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Chad (Ceada o Ceades), Santo |
Obispo
Martirologio Romano: En Lichfield, en Inglaterra, san Ceada, obispo, que
en momentos difíciles ejerció el oficio episcopal en las provincias
de Mercia, Lindisfarne y del centro de Inglaterra, desempeñando este
ministerio con gran perfección de vida, según los ejemplos de
los antiguos padres (672).
No es
un nombre muy común en nuestra cultura latina, pero sí
en la anglosajona.
Cuando Wilfrido fue elegido obispo de York, sentía
más aún en su corazón de apóstol la necesidad de
extender el reino de Dios por otros sitios que no
hubieran sido ya hollados o trillados antes.
Fue entonces cuando le
vino la idea de enviar a Chad como obispo a
Nortthumbria. Aquí, como hacían los apóstoles de Jesús, se entregó
plenamente a su trabajo.
Recorría a pie todos los lugares que
pertenecían a su diócesis. Sembraba en los corazones la calma;
ayudaba a los pobres, les predicaba la Palabra de Dios,
sin excluir nunca a los nobles y ricos. Dios ha
venido para la salvación de todos. Eran tan tiernas las entrañas
de Chad que a todo el mundo los consideraba como
a sus hijos. Si llegaban los días lluviosos o
las tormentas, hacía mucha oración por todos y porque sus
cosechas fueran buenas.
También solía, con el mal tiempo, encerrarse horas
y horas en la iglesia para recitar los Salmos de
la Biblia.
Estuvo misionando, esa es la palabra, durante dos años.
Tras ellos, había ocupado el primado de Inglaterra, que está
en York, un tal Teodoro. No tenía buenas intenciones para con
el incansable misionero Chad. Y apenas pudo, le exigió que
renunciara a ser obispo.
Chad dijo que estaba siempre a
disposición de lo que Dios le pidiere en cada instante.
Así pues, dejó su cargo.
Transcurrieron solamente algunos meses.
Tiempo suficiente para que Teodoro recapacitase en la injusticia
que había cometido con Chad.
Para compensar lo mal que se
comportó con él, le nombró canónicamente –esta vez sí
según él – obispo de Lichfield.
Igualmente llevó a
cabo un gran apostolado duran te tres años, hasta que
la plaga de la peste le llevó a la eternidad.
Era el año 672, tal día como hoy.
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