(Haber una situación extraña o sospechosa)
Debemos el dicho a cierto marido de la localidad sevillana de Cantillana que se puso a vagar de noche alrededor de su casa disfrazado de fantasma con el fin de que el rey castellano Pedro I el Cruel (1334-1369) abandonara la idea de visitar los aposentos de su joven esposa, de la que el monarca se había encaprichado. Y al parecer, según dicen, logró su propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.