Dos años más tarde hizo su profesión, y a los votos usuales añadió uno por el que se obligaba a hacer siempre lo que le pareciera más perfecto. San Alfonso lo consideraba un milagro de obediencia. No sólo obedecía las órdenes de los superiores cuando éstos se encontraban presentes, sino que sabía y obedecía sus deseos cuando estaban ausentes. . Aunque de complexión débil, hacía el trabajo de tres y su ardiente caridad le ganó el título de Padre de los Pobres. Fue un modelo de toda virtud, y tan atraído hacia Nuestro Señor en el Tabernáculo que tenía que hacerse violencia a sí mismo para poder apartarse de allí.
Un ángel de pureza, fue acusado de un vergonzoso crimen; pero sobrellevó la calumnia con tal pacienciaque San Alfonso dijo: "El hermano Gerardo es un santo". Fue favorecido con conocimiento infuso del más alto grado, éxtasis, dones de profecía, discernimiento de espíritu, penetración de los corazones, bilocación, y con lo que parecía ser un poder ilimitado sobre la naturaleza, las enfermedades y los demonios. Cuando acompañaba a los Padres en las misiones, o cuando le encargaban algún asunto, convertía (v. conversión) más almas que muchos misioneros. Predijo el día y la hora de su muerte. Un hacedor de prodigios durante su vida, ha continuado siéndolo desde su muerte. J. MAGNIER Transcrito por Gerard Loiselle Traducido al castellano por Gino De Andrea
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