El altar cristiano representa a Cristo, y el desnudamiento del altar nos recuerda cómo Él fue despojado de sus vestiduras cuando cayó en manos de los judíos y fue expuesto desnudo a sus insultos. Es por esta razón que se recita el salmo “Deus, Deus meus”, en el que el Mesías relata cómo los soldados romanos se repartieron sus vestiduras. Esta ceremonia significa la suspensión del Santo Sacrificio. Antiguamente, en este día, en algunas iglesias se acostumbraba a lavar los altares con un manojo de hisopo empapado en vino y agua, para en cierta manera hacerlos dignos del Cordero sin mancha que se inmola en ellos, y para recordarles a los fieles con cuánta pureza deben presenciar el Santo Sacrificio y recibir la Sagrada Comunión. San Isidoro de Sevilla (De Eccles. Off, I, XXVIII) y San Eligio de Noyon (Homil. VIII, De Coena Domini) opinan que esta ceremonia estaba destinada a ser un homenaje ofrecido a Nuestro Señor, en pago por la humildad con que Él se dignó a lavar los pies de sus discípulos.
Fuente: Schulte, Augustin Joseph. "Stripping of an Altar." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. 27 Jan. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/01349a.htm>.
Traducido por Javier Olabe Latasa. rc
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