Princesa,
religiosa de la Orden del Sagrado Corazón. Nació en San Petesburgo el
22 de febrero de 1797 y murió en Louisiana, el 8 de diciembre de 1843.
Su padre fue el Príncipe Alexis Andrevitch, su madre la Condesa
Protasof, la amiga y “segunda consciencia” de madame Swetchine. Cuando
su madre abandonó las creencias de la Iglesia Ortodoxa Rusa y abrazó la
religión católica (un cambio que era castigado con el exilio o la muerte
de conformidad con los códigos rusos) la Princesa Elizabeth se fue
formando cierta amarga hostilidad contra la Iglesia Católica, y juró no
cambiar nunca de religión. Sin embargo, cuatro años más tarde, la
consistente influencia de su madre y la vida y conversión de otros
miembros de la familia, la hizo examinar la situación, y provocó que
ella también tomara la fe católica.
Su vocación siguió a la conversión y dejó al Padre Rozaven el encontrar una forma de orden austero para su devoción y educación. La opción fue la Sociedad del Sagrado Corazón. Elizabeth Galitzin recibió los hábitos en Metz, en 1826. Sus primeros votos fueron tomados en Roma en la Trinidad del Monte, 1828, y su profesión de fe tuvo lugar en París, en 1832. En 1834, fue nombrada secretaria general de la fundadora, la Bienaventurada Madeleine Sophie Barat, y en 1839, fue electa como asistente general y nombrada visitadora de los conventos del Sagrado Corazón en Estados Unidos.
La madre Galitzin llevó a cabo sus deberes de asistente general y de visitadora con un espíritu característico. Aunque tenía ardor en cuanto a obtener los mejores resultados en la perfección religiosa, sus estrictas ideas en el gobierno, la tendencia a la disimulación de valores autocráticos respecto a alcanzar los fines, fueron obstáculos para alcanzar completamente el espíritu de la constitución de su orden. Incurrió en graves errores, y la Bienaventurada fundadora siempre estuvo dispuesta a permitir situaciones y a excusarlas, nunca reconoció que el corazón de la madre Galitzin fuera en verdad para la sociedad.
Consciente del daño que había hecho, en presionar asuntos en relación a cambios en las constituciones, la madre Galitzin suplicó ser enviada nuevamente a los Estados Unidos, para restaurar la organización original de la sociedad. En medio del surgimiento de fiebre amarilla en Louisiana, ella cuidó de los enfermos con heroica devoción, hasta que la enfermedad hizo presa de ella y murió.
JANET STUART Transcripción de Michael C. Tinkler Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes
Su vocación siguió a la conversión y dejó al Padre Rozaven el encontrar una forma de orden austero para su devoción y educación. La opción fue la Sociedad del Sagrado Corazón. Elizabeth Galitzin recibió los hábitos en Metz, en 1826. Sus primeros votos fueron tomados en Roma en la Trinidad del Monte, 1828, y su profesión de fe tuvo lugar en París, en 1832. En 1834, fue nombrada secretaria general de la fundadora, la Bienaventurada Madeleine Sophie Barat, y en 1839, fue electa como asistente general y nombrada visitadora de los conventos del Sagrado Corazón en Estados Unidos.
La madre Galitzin llevó a cabo sus deberes de asistente general y de visitadora con un espíritu característico. Aunque tenía ardor en cuanto a obtener los mejores resultados en la perfección religiosa, sus estrictas ideas en el gobierno, la tendencia a la disimulación de valores autocráticos respecto a alcanzar los fines, fueron obstáculos para alcanzar completamente el espíritu de la constitución de su orden. Incurrió en graves errores, y la Bienaventurada fundadora siempre estuvo dispuesta a permitir situaciones y a excusarlas, nunca reconoció que el corazón de la madre Galitzin fuera en verdad para la sociedad.
Consciente del daño que había hecho, en presionar asuntos en relación a cambios en las constituciones, la madre Galitzin suplicó ser enviada nuevamente a los Estados Unidos, para restaurar la organización original de la sociedad. En medio del surgimiento de fiebre amarilla en Louisiana, ella cuidó de los enfermos con heroica devoción, hasta que la enfermedad hizo presa de ella y murió.
JANET STUART Transcripción de Michael C. Tinkler Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes
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