El santo Concilio de Trento
dice que hay tres clases de Comunión: la primera meramente sacramental;
la segunda puramente espiritual, y la tercera sacramental y espiritual a
la vez.
Todos debieran comulgar con frecuencia.
.
. .Dile que los que no están muy atareados han de comulgar con
frecuencia, porque tienen tiempo para ello, y que los que tienen mucho
trabajo también, porque lo necesitan, pues los que trabajan mucho y
andan cargados de penas, han de tomar alimentos sólidos y frecuentes.
Dile que recibes el Santísimo Sacramento para aprender a recibirlo bien,
porque no se hace bien lo que no se hace con frecuencia.
San Francisco de Sales
Doctor de la Iglesia
Introducción a la vida Devota -Filotea-
San Francisco de Sales
Doctor de la Iglesia
Introducción a la vida Devota -Filotea-
Dos clases de personas comulgan con frecuencia.
.
. .Dile que son dos las clases de personas que han de comulgar con
frecuencia: las perfectas, porque, estando bien dispuestas, faltarían si
no se acercasen al manantial y a la fuente de perfección, y las
imperfectas, precisamente para que puedan aspirar a ella; las fuertes,
para no enflaquecer, y las débiles, para robustecerse; las enfermas,
para sanar, y las que gozan de salud, para no caer enfermas. . .
San Francisco de Sales
Doctor de la Iglesia
Introducción a la vida Devota -Filotea-
San Francisco de Sales
Doctor de la Iglesia
Introducción a la vida Devota -Filotea-
La Comunión frecuente fuente de todo bien.
Si
el mundo te pregunta por qué comulgas con tanta frecuencia, dile que lo
haces para aprender a amar a Dios, para purificarte de tus
imperfecciones, para consolarte en sus aflicciones, para apoyarte en tus
debilidades…
San Francisco de Sales
Doctor de la Iglesia
Introducción a la vida Devota -Filotea-
San Francisco de Sales
Doctor de la Iglesia
Introducción a la vida Devota -Filotea-
Para ser dulces, miremos al Dios de la Eucaristía.
Para
ser dulces, miremos al Dios de la Eucaristía; alimentémonos de aquel
divino maná que contiene toda delicia; en la Comunión hagamos provisión
de mansedumbre para todo el día: ¡tenemos tanta necesidad de ella!
San Pedro Julian Eymard
Jesús, dulce y humilde de corazón
San Pedro Julian Eymard
Jesús, dulce y humilde de corazón
¡Si los ángeles pudieran envidiarnos!
El
momento más solemne de mi vida es siempre el de la comunión. La añoro
y, por cada una de ellas, doy gracias a la Santísima Trinidad. Si los
ángeles pudieran envidiarnos, nos envidiarían por dos cosas: por no
poder recibir la santa comunión y por no sufrir.
Santa Faustina Kowalska
Preparación para la santa comunión
Santa Faustina Kowalska
Preparación para la santa comunión
¡Qué distinto sería!
¡Oh
cuán distintas serían, en verdad, las familias, las ciudades, las
naciones y el mundo entero si las almas todas, acercándose con
frecuencia a este divino horno de amor, recibieran en sí una centella de
aquel fuego hasta formar en ellas un benéfico incendio que destruyese
todas las impurezas, limpiase todas las escorias, suavizase todas
las diferencias, redujese a ceniza todos los egoísmos y calentase la
frialdad de los corazones, devolviéndoles el palpitar sincero del amor
fraternal y generoso!
Siervo de Dios S.S. Pio XII
Siervo de Dios S.S. Pio XII
Que el pan eucarístico sea comido cada día.
San Cipriano, San Basilio, San Ambrosio y San Agustín,
convergen para indicar que la voluntad divina, es la de que: el pan
eucarístico sea comido cada día por los miembros de la Iglesia de
Cristo.
El pan eucarístico debe ser consumido cada día.
Cuando
Jesucristo nos manda pedir en la oración dominical nuestro pan de cada
día, hay que entender esto, como casi todos los Padres de la Iglesia lo
enseñan, no tanto el pan material, alimento del cuerpo, cuanto el pan
eucarístico que debe ser consumido cada día.
San Pio X
Decreto Sacra Tridentina Synodus
San Pio X
Decreto Sacra Tridentina Synodus
Nutrirnos diariamente del Pan Celestial.
Mediante
esta comparación (Jn 6,59) con el pan y el maná, los discípulos podían
comprender fácilmente que, siendo el pan el alimento cotidiano del
cuerpo y que habiendo sido el maná el alimento cotidiano de los Hebreos
en el desierto, de la misma manera, el alma cristiana podría nutrirse
cada día del Pan Celestial.
San Pio X
Decreto Sacra Tridentina Synodus
San Pio X
Decreto Sacra Tridentina Synodus
El Pan Eucarístico y el Pan de la Palabra.
La
misma Iglesia, que recomienda la comunión cotidiana del cuerpo de
Cristo, aconseja también la audición o la lectura cotidiana de su
Palabra, ofrecida precisamente como alimento en la liturgia eucarística.
San Agustín
Doctor de la Iglesia
San Agustín
Doctor de la Iglesia
Reciban a menudo la Sagrada Comunión.
Oh,
cristianos, ¿desean ustedes probar su verdadero amor hacia sus seres
queridos que se han ido? ¿Desean mandarles su más preciosa ayuda y la
llave Dorada del Cielo? Reciban a menudo la Sagrada Comunión por el
reposo de sus almas.
San Buenaventura, Doctor de la Iglesia
San Buenaventura, Doctor de la Iglesia
Comulgar cada día es bueno y muy útil.
El comulgar cada día y participar del santo cuerpo y sangre de Cristo es bueno y muy útil; pues dice él claramente: El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna Jn 6,54.
San Basilio, Doctor de la Iglesia
Carta a Cesárea, Patricia, acerca de la comunión
San Basilio, Doctor de la Iglesia
Carta a Cesárea, Patricia, acerca de la comunión
Había comido y bebido dignamente el Cuerpo y la Sangre del Señor.
¿Cómo permaneció en él (permaneced en mí Jn 15,5)
San Lorenzo?… Pues no le mataron rápidamente, sino que fue atormentado
con el fuego; no se le concedió más tiempo de vida, sino que se le
obligó a morir lentamente. Y en aquella prolongada muerte, en aquellos
tormentos, no sintió los dolores, porque había comido y bebido
dignamente (el Cuerpo y la Sangre del Señor).
San Agustín, Doctor de la Iglesia
Sobre San Juan, Tratado 27 n.12
San Agustín, Doctor de la Iglesia
Sobre San Juan, Tratado 27 n.12
Para poder derramar ellos mismos la sangre por Cristo.
Amenaza
ahora una lucha más dura y más feroz, a la cual se deban preparar los
soldados de Cristo con una fe incorrupta y una virtud robusta,
considerando que por eso beben todos los días el cáliz de la Sangre de
Cristo para poder derramar ellos mismos la sangre por Cristo.
San Cipriano
Carta 58 n.1
San Cipriano
Carta 58 n.1
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