Sede titular en Palestina Prima. El nombre anterior de esta ciudad parece haber sido Beth Gabra, “la casa de los hombres fuertes”, que luego se convirtió en Beît Djibrîn, "la casa de Gabriel". Vespasiano asesinó a casi todos sus habitantes, según Josefo, De Bell. Jud., IV., VIII, 1, donde su nombre se escribe Betaris. En el año 200 d.C. Septimio Severo, en su viaje a Siria le cambió el nombre a Eleuterópolis, y pronto se convirtió en una de las ciudades más importantes de Judea. Su época especial, que figura en sus monedas y en muchas inscripciones, comenzó el 1 de enero de 200 d.C. (Ver Echos d'Orient, 1903, 310 ss.; 1904, 215 ss). Su primer obispo conocido es Macrino (325); en el siglo IV se mencionan otros cinco y dos en el siglo VI (Lequien, O Cristo, III, 631).
En el año 393, durante el episcopado de Zebeno, las reliquias de los profetas Habacuc y Miqueas fueron encontradas en Ceila y Tell Zacariya cerca de Eleuterópolis (Sozomeno, HE, VII, XXIX). En Eleuterópolis nació San Epifanio, el famoso obispo de Salamina en Chipre; en la vecindad de Ad él estableció un monasterio que se menciona a menudo en las polémicas de San Jerónimo con Rufino y Juan, obispo de Jerusalén. La ciudad fue, además, un importante centro monástico al menos hasta la llegada de los árabes. Estos decapitaron (638) en Eleuterópolis a cincuenta soldados de la guarnición de Gaza que se habían negado a apostatar. Fueron enterrados en una iglesia construida en su honor. (Vea Anal. Bolland., 1904, 289 ss. y Echos d'Orient, 1905, 40 ss). La ciudad fue destruida por los musulmanes en las guerras civiles de 796.
En 1134 los cruzados erigieron una fortaleza allí, bajo Fulco de Anjou; los Caballeros de San Juan, a quien se les encomendó, restaurado en ese momento la hermosa iglesia bizantina en Sandahanna. La ciudadela fue tomada en 1187 por Saladino, conquistada en 1191 por Ricardo Corazón de León, destruida en 1264 por el sultán Baybars, y reconstruida en 1551 por los turcos. Para 1912 Beît Djibrîn era una villa con cerca de 1000 habitantes musulmanes, en el camino de Jerusalén a Gaza, un una región saludable y muy fértil. La fortaleza medieval sigue en pie, a unos 180 metros cuadrados; hay también restos de las murallas, las ruinas de un claustro y una iglesia medieval. En el vecindario hay grutas notable, que llenaron de asombro a San Jerónimo. Algunas de estas cuevas se utilizaron en los primeros tiempos cristianos como lugares de culto, mientras que otras llevan inscripciones en árabe.
Bibliografía: Reland, Palaestina (Utrecht, 1714), 749-754; Smith, Diet. of Greek and Roman Geogr. (London, 1878)s.v. Bethograbis.
Fuente: Vailhé, Siméon. "Eleutheropolis." The Catholic Encyclopedia. Vol. 5. New York: Robert Appleton Company, 1909. 24 Nov. 2011 <http://www.newadvent.org/cathen/05380a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina.
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