¿QUIÉN FUE TORQUEMADA?

              La siniestra fama del primer inquisidor general de Castilla y Aragón traspasó siglos y fronteras. Su nombre sigue siendo actualmente, en varios países e idiomas, sinónimo de crueldad.

1. De nombre Tomás, nació en 1420, probablemente en el pueblo palentino de Torquemada, en el seno de una familia con ascendencia judía, asunto que habría determinado su posterior y obsesiva saña hacia los hebreos. Pasó su niñez y juventud en Valladolid, donde realizó estudios eclesiásticos en el convento de San Pablo, de la Orden Dominicana, a la que siempre perteneció.

2. Tomás de Torquemada ganó pronto relevancia por su rigor y dotes organizativas, lo que le puso en la órbita de los Reyes Católicos. Siendo confesor del secretario y tesorero de Isabel, Hernán Nuñez de Arnalt, la Corona le encargó la fundación del convento de Santa Cruz la Real de Segovia. Influyó decisivamente para que en 1478 el papa Sixto IV concediera la bula que permitió crear la Inquisición.

3. Convertido en confesor de no pocos nobles importantes, todo cuadraba para que fuera nombrado inquisidor. Primero actuó contra los falsos conversos andaluces y posteriormente, una vez que Fernando el Catolicó heredó Aragón, de todo el reino. Así empezó la andadura de una terrible máquina de represión que ejercería su crueldad durante más de trescientos años.

4. El cargo de inquisidor general le llegó a fray Tomás de Torquemada en 1483, a los 63 años. Su prestigio de hombre recto, sabio y santo le ayudó a ejercer también como confesor de la reina Isabel. Ya no había trabas para su poder. Organizó la institución por distritos, que cubrían todo el reino y adonde llegaban las denuncias a menudo anónimas y sin pruebas. A la zaga de la limpieza de sangre se impulsó la tortura como método de confesión.

5. En España ya había habido organismos inquisitoriales durante la Edad Media, pero nunca fueron tan duros y terribles como en Francia o Italia en ese mismo período. Sin embargo, la Inquisición del siglo XV, aupada por Torquemada, alcanzó las máximas cotas de control, terror y pervivencia, gracias al posterior impulso de la Contrarreforma y a su imposición en el Nuevo Mundo, lo que alimentó la leyenda negra.

6. Torquemada fue el autor directo de las instrucciones para regular la actuación frente a muchos delitos, especialmente duras en lo referente a la falsa conversión de los judíos. Cualquiere que no comiese cerdo o usase ropas coloridas en sábado era sospechoso. A los condenados se les colocaba un sombrero cónico (coroza) y una túnica en forma de escapulario (sambenito).

7. Dicen que fray Tomás solía presenciar las sesiones de tortura, eso sí, aparentemente compungido y sin dejar de rezar. De esta guisa contempló ahogamientos, dedos atornillados, pieles quemadas por planchas ardientes y cuerpos brutalmente estirados en la rueda o el potro, o colgados en péndulo (con los brazos atados por detrás), o introducidos en la doncella de hierro, un ataúd metálico con pinchos en su interior.

8. Inauguró los autos de fe, en los que se procedía a las ejecuciones estipuladas por los santos tribunales. Los delitos de religión, atribuidos a judíos (la mayoría), moriscos y protestantes, eran los más graves y proclives a la pena capital. Asuntos como brujería, sodomía, usura o bigamia conducían casi siempre a la tortura. La confiscación de bienes se aplicaba en casi todos los casos.

9. La violencia punitiva desatada por Torquemada hizo que el papa Alejandro VI lo depusiera del cargo y lo excusó por su avanzada edad. Se retiró entonces al convento de Santo Tomás de Ávila, que él mismo había fundado. Allí vivió hasta su muerte, acompañado de un supuesto cuerno de unicornio que, según él, le protegía de los falsos conversos que querían envenenarlo.

Así fue su final: Muerte repentina y sin dolor mientras dormía el 16 de septiembre de 1498. Sus restos desaparecieron del convento de Santo Tomás. Hay quien dice que fueron desenterrados y quemados como venganza en el siglo XVIII.