Los cristianos incorporan en su Biblia el Nuevo Testamento, que refiere
la predicación de Jesús y de sus seguidores, y no se encuentra en la
Biblia judía, que constituye el Antiguo Testamento de los cristianos.
Los
cristianos incluyeron la totalidad de la Tanak dentro de su propia
Biblia y le dieron a esta parte el nombre de Antiguo Testamento. En la
misa se utilizan lecturas tomadas de estos libros y se cantan salmos y
entonan oraciones que también usan los judíos.
Para
la mayoría de los judíos del pasado y algunos de la actualidad, en la
Biblia en general y en particular en la Torá se exponen las reglas de
comportamiento que deben cumplirse de modo estricto, como, por ejemplo,
no comer cerdo o abstenerse de realizar actividades en sábado. En
cambio, los cristianos trabajan, van a la compra y desarrollan
actividades de todo tipo en sábado y no tienen el menor problema para
consumir la carne de cerdo.
Para
los cristianos, el Antiguo Testamento es secundario respecto al Nuevo
Testamento, donde se exponen las palabras y enseñanzas de Jesús. Estiman
que Jesús estableció con su muerte una nueva alianza con la humanidad y
no solo con el pueblo de Israel, y que abolió la estricta práctica
judía. De ahí que los cristianos, aunque piensen que toda la Biblia es
sagrada, no se sientan obligados a cumplir lo que en el Antiguo
Testamento contradiga lo expuesto en el Nuevo Testamento.
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