miércoles, 31 de julio de 2013

Beata Ana María Taigi

 


Apellido de soltera Giannetti.) Venerable Sierva de Dios, nacida en Siena, Italia, el 29 de Mayo de 1769; muerta en Roma, el 9 de Junio de 1837. Sus padres, Luigi Giannetti y Maria Masi, poseían una farmacia en Siena, pero perdieron toda su fortuna y se vieron obligados a trasladarse a Roma en búsqueda de un medio de vida. Anna Maria tenía entonces cinco años. Habiendo sido educada en todas las virtudes domésticas, se casó, el 7 de Enero de 1789, con Domínico Taigi, un criado de la noble familia de los Chigi, con quien vivió felizmente durante cuarenta y ocho años. Hasta ese momento nada extraordinario había sucedido en su vida. Pero un día mientras estaba arrodillada con su marido en la Confessio de San Pedro sintió una fuerte inspiración de renuncia a las pequeñas vanidades del mundo que ella se podía permitir. Empezó prestando poca atención a la forma de vestir y escuchando la voz interior de la gracia. Más adelante fue admitida públicamente en la Tercera Orden de Trinitarias en la Iglesia de San Carlo alle Quarto Fontane, y habiendo encontrado directores espirituales santos, hizo un rápido progreso en la vía de perfección. Todo el dinero que podía reservar lo dedicaba a los pobres y miserables, y no siendo rica era en cambio muy caritativa. De los hospitales que visitaba regularmente, su preferido era el de San Giacomo de los Incurables. A pesar de su amor por los pobres, nunca descuidó a su familia. Dos de sus hijos murieron jóvenes, los otros crecieron en piedad bajo la vigilancia de la madre. Pero nunca se benefició de sus contactos con personas de buena posición para sacar a sus hijos de su ambiente social humilde. Toda la familia tenía costumbre de reunirse para rezar en una pequeña capilla privada, y allí, posteriormente, celebraban la Misa con un sacerdote que vivía con la familia. Las grandes virtudes de Anna Maria eran recompensadas con regalos extraordinarios de la gracia de Dios. Durante muchos años, cuando rezaba en su capilla tenía éxtasis y visiones frecuentes, en las que preveía el futuro. Ejerció una influencia peculiar sobre ciertas personas y convirtió a muchos pecadores a Dios. Durante su vida sufrió mucho tanto corporal como espiritualmente, y a veces fue cruelmente calumniada. Pero después de su muerte su nombre comenzó pronto a ser venerado en Roma. Su cuerpo fue varias veces trasladado, y permaneció finalmente en San Crisogono en el Trastevere. El proceso de su beatificación comenzó en 1863, y fue proclamada por el Papa Benedicto XV en su beatificación del 20 de Mayo de 1920 como esposa y madre ejemplar.
G. LIVARIUS OLIGER Transcrito por Christine J. Murray Traducido por Juan I. Cuadrado

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