Nació en Siena, el 16 de abril de 1220, de la familia noble de Sansedoni, murió en el año 1286. Cuando tenía un año Ambrosio fue curado de una deformidad congénita, en la iglesia dominica de Santa María Magdalena. Mientras era niño y joven se notó su amor a la caridad, ejercitada especialmente hacia los peregrinos, los enfermos en los hospitales y prisioneros. Entró al noviciado del convento dominico en su ciudad natal a la edad de diecisiete años, fue enviado a París para continuar sus estudios filosóficos y teológicos bajo Alberto el Grande, y tuvo como compañero allí a Santo Tomás de Aquino. En 1248 fue enviado con Santo Tomás a Colonia donde enseñó en las escuelas dominicas. En el año 1260 fue uno de los misioneros del grupo de gente que evangelizaron Hungría.
En 1266 Siena fue puesta bajo una interdicción por haber apoyado la causa del Emperador Federico II, luego la enemistad con la Santa Sede. Los sienenses pidieron a Ambrosio que defienda su causa ante el Pontífice Soberano, y lo hizo de manera tan exitosamente que obtuvo para su ciudad natal el perdón completo y la renovación de todos sus privilegios. Los sienenses pronto deshicieron su alianza, una segunda vez Ambrosio obtuvo el perdón para ellos. El trajo una reconciliación entre el Emperador Conrado de Alemania y el Papa Clemente X. Cerca de esta época fue elegido obispo de su ciudad natal, pero rechazó el cargo. Por un tiempo, se dedicó a predicar sobre la Cruzada, y luego, a pedido del Papa Gregorio X, motivó los estudios, los cuáles los últimas guerras habían prácticamente suspendido para ser reanudados en el convento dominico en Roma. Después de la muerte del Papa Gregorio X, Ambrosio se retiró a uno de los conventos de su Orden de donde fue convocado por Inocencio V y enviado como legado papal a Toscaza. Restauró la paz entre Venecia y Génova, y entre Florencia y Pisa. Su nombre fue incluido en el Martirologio Romano en 1577. Sus biógrafos exhiben su vida como una de humildad perfecta. Él amaba la poesía, y muchas leyendas se cuentan sobre sus victorias acerca de tentaciones carnales. Fue renombrado como predicador apostólico. Su oratoria, simple más que elegante, era más convincente y efectiva. Sus sermones, aunque una vez fueron recopilados, ahora no existen.
Bibliografía: Acta SS., March, III, 180-251; CROISSANT, Synopsis vit et miraculorum B. Ambrosii Senensis (Brussels, 1623); QUÉTIF ET ECHARD, SS. Ord. Proed. (Paris, 1719); RAYNALDUS, Annales (1648), ad ann. 1286; TOURON, Histoire des hommes illustres de l'ordre de S. Dominique (Paris, 1743).
Fuente: Fitzgerald, Edward. "Bl. Ambrose of Sienna." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01388b.htm>.
Traducido al español por Ana María Maturana.
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