Primeros años[editar]
Miguel Hidalgo y Costilla nació en el rancho de San Vicente del Caño, perteneciente a la Hacienda de San Diego de Corralejo, Pénjamo (Guanajuato), el 8 de mayo de 1753;
3 fue el segundo de cuatro hijos del matrimonio formado por
Cristóbal Hidalgo y Costilla, administrador de Corralejo, y
Ana María Gallaga. Fue bautizado con el nombre de Miguel Gregorio Antonio Ignacio, en la capital de Cuitzeo de los Naranjos el 16 de mayo de 1753.
En esta institución, Hidalgo estudió letras latinas, leyó a autores clásicos como
Cicerón y
Ovidio, y a otros como
San Jerónimo y
Virgilio. A los diecisiete años de edad ya era maestro en
filosofía y
teología, por lo que entre sus amigos y condiscípulos se ganó el apodo de
"El Zorro", por la astucia que mostraba en juegos intelectuales. Aprendió el
idioma francés y leyó a
Molière, autor a quien años más tarde representaría en las jornadas teatrales que él mismo organizaba siendo párroco de
Dolores. Gracias al contacto que tuvo con los trabajadores de su hacienda en su infancia, la mayoría de ellos indígenas, Hidalgo aprendió muchas de las
lenguas indígenas habladas en Nueva España, principalmente
otomí,
náhuatl y
purépecha, ya que la zona de Pénjamo era una de las regiones con mayor diversidad de grupos indígenas y de contacto entre el mundo nativo y el español. Todos estos conocimientos permitieron a Miguel Hidalgo impartir clases de latín y filosofía a la vez que seguía sus estudios. Una vez que los culminó, trabajó en su
Alma Máter desde 1782 a 1792, muchas veces como tesorero, otras como maestro y desde 1788 como rector.
7
Invasión francesa a España en 1808[editar]
La
invasión francesa a España, en 1808, produjo en el virreinato la
crisis política de 1808 en México, caracterizada por el derrocamiento del virrey
José de Iturrigaray a manos de los españoles, seguido de la captura y ejecución de políticos afines a las ideas independentistas, como
Francisco Primo de Verdad y Ramos y el fraile
peruano Melchor de Talamantes. En lugar de Iturrigaray fue nombrado un militar
alcalaíno,
Pedro de Garibay, quien en mayo de 1809 fue sustituido por el
Arzobispo de México,
Francisco Xavier de Lizana y Beaumont. En diciembre de ese mismo año se descubrió la
Conjura de Valladolid, conspiración cuyo único fin era crear una junta que gobernara al virreinato en ausencia de
Fernando VII, preso en
Bayona. Los culpables fueron arrestados y sentenciados a muerte, pero el arzobispo virrey les perdonó la vida condenándoles a cadena perpetua, razón por la que Lizana fue destituido en abril de 1810 por la
Junta de Sevilla. Como nuevo virrey fue designado un militar participante de la
Batalla de Bailén, el teniente coronel
Francisco Xavier Venegas de Saavedra.
8
En 1808 se documentó en
Dolores la llegada de un agente francés al servicio del general
Moreau, enemigo de
Napoleón. El agente dio su nombre como
Octaviano D'Almíbar, dijo que estaba en misión rumbo a los
Estados Unidos y en octubre del mismo año desapareció sin dejar huella alguna.
Cuando
Andalucía cayó en manos de los franceses, en la primavera de 1810 toda España ya estaba en poder del ejército napoleónico. La
Archidiócesis de Zaragoza, encargada de los asuntos religiosos en toda la metrópoli, ordenó a los párrocos de todo el imperio predicar en contra de Napoleón
[cita requerida]. Hidalgo siguió esta orden.
La conspiración en Querétaro[editar]
Mientras tanto, en
Querétaro se gestaba una
conspiración organizada por el corregidor
Miguel Domínguez y su esposa
Josefa Ortiz de Domínguez, y también participaban los militares
Ignacio Allende,
Juan Aldama y
Mariano Abasolo. Allende se encargó de convencer a Hidalgo de unirse a su movimiento, ya que el cura de Dolores tenía amistad con personajes muy influyentes de todo el
Bajío e incluso de la Nueva España, como
Juan Antonio Riaño, intendente de
Guanajuato, y
Manuel Abad y Queipo,
obispo de
Michoacán. Por estas razones se consideraba que Hidalgo podría ser un buen dirigente del movimiento. Hidalgo aceptó, y se puso como fecha de inicio para el movimiento el 1 de diciembre, día de la Virgen de
San Juan de los Lagos, donde muchos españoles se reunían a comerciar en una feria cercana a Querétaro. Allende propuso más tarde hacerlo el 2 de octubre, por cuestiones militares y estratégicas.
Lucha independentista[editar]
En la primera semana de septiembre arribó a
Veracruz el virrey
Francisco Xavier Venegas, quien de inmediato recibió información acerca de una conspiración contra el gobierno real español en México. El intendente de Guanajuato, Juan Antonio Riaño, ordenó al comandante de la plaza investigar sobre aquellos rumores, y el 11 de septiembre se realizó una redada en Querétaro cuyo fin era capturar a los responsables. Se logró arrestar a
Epigmenio González y se giró orden de aprehensión en contra de Allende, que escapó a una población del Bajío.
Por medio del alcalde de Querétaro, Balleza, doña Josefa fue informada de la captura de los Ibarra y se dispuso a prevenir a Hidalgo sobre el peligro que corrían. Pero antes de salir a Dolores fue encerrada en una habitación por su marido, para que no avisara a los conspiradores. Sin embargo, la corregidora pudo contactar con Allende a través de Balleza, para informar oportunamente a Hidalgo.
El Grito de Dolores[editar]
En las primeras horas del 16 de septiembre, Allende llegó a la casa cural de Dolores, donde Hidalgo se hallaba pernoctando. Tras despertarlo y charlar, además de tomar
chocolate caliente por el clima frío de ese tiempo, ambos decidieron lanzarse a la lucha armada antes de que los españoles destruyeran sus planes. Alrededor de las cinco de la mañana Hidalgo, usando la campana de la parroquia, convocó a la
misa patronal del pueblo y dio el
Grito de Dolores, con lo que empezó formalmente la
lucha por la independencia de México.
Primeras victorias del ejército insurgente[editar]
Con poco más de 6000 soldados Hidalgo, acompañado de Allende, Aldama y Abasolo inició la lucha. En pocos días entró sin ninguna resistencia en
Celaya,
Salamanca y
Acámbaro,
9 donde fue proclamado como capitán general de los ejércitos sublevados. En
Atotonilco, entró al santuario local y tomó el estandarte de la
virgen de Guadalupe, símbolo de su movimiento.
Toma de la Alhóndiga de Granaditas[editar]
En
Guanajuato el cura Hidalgo comandó el 28 de septiembre la llamada
Toma de la Alhóndiga de Granaditas. Al entrar en la ciudad intentó intimidar al intendente de Guanajuato, su viejo amigo
Juan Antonio Riaño. Pero el marino español desistió de entregar la plaza sin derramar sangre, prefirió reunir al regimiento local para acuartelarse en la bodega más grande de toda la provincia: la
Alhóndiga de Granaditas, donde también se congregaron miembros de las familias más acaudaladas de la ciudad. Hidalgo ordenó a Allende, brazo armado del movimiento, lanzar a sus tropas contra el edificio. Tras más de cinco horas de combate, el intendente salió a luchar cuerpo a cuerpo, pero murió de un
balazo que le propinó un indígena. Uno de los abogados, quien legalmente debía quedarse a cargo de la intendencia en ausencia del titular,
10 intentó pactar con los insurgentes y alzó una bandera blanca en señal de paz, y la tropa rebelde cesó el ataque. El coronel
García de la Corona, comandante militar de la plaza, mató al regidor y reinició las acciones bélicas. Con ayuda de un minero barretero llamado
Juan José de los Reyes Martínez, y apodado
"El Pípila", el cual se colocó una loza de piedra amarrada sobre su espalda y con una tea encendida en la mano derecha, avanzando pecho a tierra y resistiendo el ataque de los soldados españoles, untó de brea la puerta de la bodega la cual posteriormente quemó. El ejército insurgente y los militares al mando de Allende y Aldama pudieron penetrar en la alhóndiga, y una vez dentro mataron a todos los españoles, tanto ciudadanos como militares. Acto seguido se dio el saqueo de la ciudad, con lo que los insurgentes pudieron conseguir fondos para batallas posteriores.
11
Valladolid (hoy Morelia) y Toluca, en poder de los insurgentes[editar]
Valladolid, capital de
Michoacán y una de las ciudades más influyentes del virreinato, fue el siguiente objetivo de Hidalgo y su tropa, quienes salieron de la ciudad de Guanajuato el 3 de octubre, y a los pocos días se dio parte en la capital de la intendencia michoacana. Todos los acaudalados, principalmente españoles, comenzaron a huir semanas antes de la toma de la ciudad, sobre todo por el conocimiento del pillaje que había realizado el ejército cuando tomaron Guanajuato. El 17 de octubre Hidalgo entró a la ciudad con su tropa y tomó parte del patrimonio del episcopado local. Para el 20 de octubre se unió a
Ignacio López Rayón en
Tlalpujahua, y más tarde, ese mismo día, habló con
José María Morelos, en
Charo. Este sacerdote, otrora exalumno suyo, pidió permiso para luchar, y a la postre se convertiría en el sucesor de Hidalgo al frente de la lucha.
Toluca cayó en poder de los insurgentes el 25 de octubre y en la capital se rumoraba que un avance de los insurgentes era inevitable.
Batalla del Monte de las Cruces[editar]
En la mañana del 30 de octubre,
Torcuato Trujillo enfrentó a los insurgentes en la
Batalla del Monte de las Cruces, acción en la que los realistas, inferiores en número de soldados, fueron derrotados por más de 80.000 insurgentes, quienes sin embargo perdieron gran número de efectivos. El paso siguiente para la tropa era tomar la
Ciudad de México, pero Hidalgo, queriendo evitar una masacre como la acontecida en Guanajuato, envió a sus emisarios a negociar con el virrey
Francisco Xavier Venegas el
1 de noviembre. Tras el rechazo sufrido por parte del virrey, Hidalgo dudó. La presión de Allende no hizo efecto y decidió retirarse al
Bajío para continuar la lucha.
12 El 7 de noviembre, luego de la retirada, Hidalgo fue vencido por el brigadier y capitán general de
San Luis Potosí,
Félix María Calleja, en la
Batalla de Aculco.
Separación de Hidalgo y de Allende[editar]
Hidalgo y Allende decidieron separarse para continuar con la lucha. El cura de Dolores marchó a
Valladolid, donde se cometieron masacres de españoles y saqueos contra las propiedades de los peninsulares, situación que se repitió en Guadalajara, a donde Hidalgo llegó el 22 de noviembre. La capital de la intendencia de
Jalisco cayó en manos del jefe insurgente
José Antonio Torres, el mismo día de la derrota en Aculco, es decir, el 7 de noviembre. Allende, mientras tanto, se fortificó en la Alhóndiga de Granaditas, donde aún estaban algunos prisioneros españoles. Cuando se supo de la proximidad de Calleja y el intendente de
Puebla,
Manuel Flon, Allende ordenó la ejecución de los reos. El 26 de noviembre, Calleja y Flon atacaron Guanajuato, recuperando así la ciudad minera. Allende, Aldama y Jiménez se unieron a Hidalgo en Guadalajara el 8 de diciembre.
Victorias de Félix María Calleja del Rey[editar]
Calleja recibió órdenes del virrey Venegas para tomar Guadalajara y acabar así con los insurgentes. Tras unirse con Flon de nuevo, Calleja inició la marcha hacia Guadalajara al iniciar el año de 1811. En
enero, los realistas capturaron algunas poblaciones importantes de la intendencia de Jalisco, como
Zapopan y
San Blas, ciudad portuaria donde fue vencido el cura
José María Mercado, quien pereció al intentar escapar.
Batalla de Puente de Calderón[editar]
Calleja hizo acampar a sus tropas en un paraje cercano a Guadalajara, conocido como
Puente de Calderón. El 17 de enero, Hidalgo, acompañado de Allende, Rayón, Aldama y Jiménez, avanzó hacia Puente de Calderón para enfrentar a Calleja, en un hecho conocido como
Batalla de Puente de Calderón, en la que en un principio la situación fue favorable a los insurgentes, pero luego de la explosión de un carro de pólvora, propiedad de la tropa de José Antonio Torres, los realistas comenzaron a ganar ventaja al punto de hacer huir a los insurgentes en desbandada, quienes en la retirada perdieron dinero, pertrechos y efectivos.
Captura de Hidalgo[editar]
Hidalgo y Allende, los dos principales jefes de la insurrección armada, acrecentaron sus diferencias a raíz de la derrota en el Puente de Calderón. Incluso, Allende confesó haber estructurado un plan para envenenar
[cita requerida] al
"bribón del cura", como llamaba a Hidalgo.
13 Tras acordarlo con Aldama, Abasolo y Rayón, se acordó despojar a Hidalgo del mando militar en la Hacienda de Pabellón,
Aguascalientes, el 25 de febrero, cuando los insurgentes se disponían a huir a
Estados Unidos, para comprar armamento y seguir la lucha. Justamente por aquellos días, Allende recibió comunicación de
Ignacio Elizondo, antiguo realista ahora militante en las fuerzas revolucionarias, pero no era más que un espía del gobierno virreinal. Elizondo invitó a los caudillos de la insurrección a detenerse en su zona de influencia, conocida como las Norias de
Acatita de Baján, situado en la frontera de
Coahuila y
Texas, entonces parte del virreinato novohispano.
Prisión en
Mapimi,
Durango en donde fue encarcelado Miguel Hidalgo después de su captura.
El 21 de marzo, Hidalgo llegó a las norias, para descansar un poco y seguir el camino a la
Alta California. Primero llegó el contingente de Abasolo y sus soldados, quienes fueron capturados por los efectivos españoles. Poco después, y sin percatarse de la captura de Abasolo, Allende, su hijo Indalecio, Aldama y Jiménez bajaron de un coche escoltado por algunos capitanes. Tras ofrecerles algo de comer, fueron aprehendidos, pero Allende opuso resistencia y Elizondo mató a su hijo. Finalmente apareció Hidalgo, a caballo y escoltado por pocos hombres, cuya captura fue más sencilla que las anteriores realizadas, Tras enlistar a todos los presos, Elizondo envió parte a la ciudad de México y en recompensa fue nombrado
coronel. Los reos fueron trasladados a
Mapimi,
Durango y de ahí fueron enviados a
Chihuahua, capital de la intendencia más cercana, donde se les seguiría juicio. Ignacio Elizondo fue premiado con el grado de Coronel del Ejército Realista, pero años más tarde sería ejecutado a cuchilladas, cuando dormía a un lado del lecho del
Río San Marcos, en la provincia de Tejas, por el coronel
Miguel Serrano, quien reconoció al hombre que entregó a los caudillos de la Guerra de Independencia de México.
[cita requerida]
Allende, Aldama y Jiménez fueron encontrados culpables del delito de alta traición, y se les condenó a muerte en mayo del mismo año. Abasolo aportó datos adicionales sobre la insurgencia que permitieron llevar a cabo redadas donde se obtuvo material para contrarrestar el movimiento. Su colaboración, sumada a los esfuerzos de su mujer, lograron conmutar su condena a la de prisión perpetua en
Cádiz,
España, donde murió en 1816 de tuberculosis pulmonar. Mientras, en Chihuahua, Allende, Aldama y Jiménez fueron pasados por las armas por la espalda en la plazula de la ciudad el
26 de junio, más tarde sus cuerpos fueron decapitados y sus cabezas enjauladas. Hidalgo fue enterado de esta noticia la misma noche de la ejecución. Días después, el obispo de
Durango ordenó el proceso para degradar al ex párroco de Dolores de su condición sacerdotal, como se explica en el siguiente apartado; de esta forma, Hidalgo quedaría libre del fuero eclesiástico ante las autoridades civiles para poder llevar a cabo su ejecución.
Los procesos inquisitorial y judicial[editar]
Portada de libro Juicio de Don Miguel Hidalgo y Costilla que contiene el desenlace del Juicio de Don Miguel Hidalgo y Costilla, el documento es muy poco conocido porque fue una donación a la Biblioteca Gómez Morín del Instituto Tecnológico Autónomo de México
Respecto al Juicio Inquisitorial, se abrió en julio de 1800, por acusaciones del fray
Joaquín Huesca, causa que fue archivada y reabierta en septiembre de 1810, cuando estalló el movimiento insurgente.
15
El 13 de octubre de 1810, el
Tribunal de la Inquisición retomó las constancias del juicio inquisitorial y emplazó por edicto a Hidalgo para que pudiera defenderse ante las acusaciones que se le habían formulado. El edicto de emplazamiento tuvo como propósito informar a Hidalgo: primero, que el Inquisidor fiscal presentó ante el Tribunal de la Inquisición, un proceso que inició en 1800 y que había continuado hasta 1809. Segundo, que se probaron los delitos de herejía y apostasía y se le consideraba "sedicioso, cismático y hereje".
16Tercero, que conforme a doce proposiciones o acusaciones formales; se probó el delito de apostasía. La Inquisición alegó su participación en la dirección del movimiento armado, "predicar errores contra la fe", incitar a la sedición, apoyándose en la religión, en nombre y devoción de María de Guadalupe y Fernando Séptimo.
17 El edicto citó a Hidalgo para que compareciera en el término de treinta días y, en caso de no comparecer, se le seguiría la causa por rebeldía y se le excomulgaría a él y a sus secuaces. Finalmente, para la Inquisición, Hidalgo fue excomulgado, a pesar de que impugnó el edicto.
18
Después de la aprehensión, se pusieron bajo el mando de
Nemesio Salcedo, quien fue jefe de Chihuahua, el cual formó las causas contra los insurgentes, por lo que los envió a Chihuahua. La llegada de Hidalgo a Chihuahua fue el 25 de abril de 1811. Don Nemesio Salcedo comisionó una Junta militar compuesta por
Juan José Ruiz de Bustamante para las sumarias y a Don
Ángel Abella, administrador de correos para las causas e interrogatorio que comenzaron el 7 de mayo.
19
En la primera declaración, el Cura Hidalgo prometió decir verdad en lo que supiere y fuera preguntado, de acuerdo con la declaración original del Padre Hidalgo ante sus jueces; además alegaba que hasta esa fecha no sabía la causa de su prisión.
20
Hidalgo declaró haber sido capitán general de la causa Insurgente y que era el que tenía el mando político supremo del movimiento, hasta el momento en que se le obligó a entregar el mando a Allende, después de la derrota del Puente de Calderón.
21 De acuerdo con la Declaración del Padre Hidalgo ante los jueces, confesó: haber levantado al ejército; haber fabricado moneda en Zacatecas; haber construido cañones y armas, fabricado municiones, y depuesto autoridades, europeas o criollas, que no seguían su partido.
22
Monumento a Hidalgo en el lugar donde estuvo la carcel que lo albergó en 1811 en San Pablo, Chihuahua (Hoy Cd. Meoqui)
El 8 de mayo de 1811, en su segunda declaración, Hidalgo fue cuestionado acerca de las causas para iniciar el movimiento insurgente y confesó: "tener una inclinación a la Independencia, que describió como precipitada por los acontecimientos de Querétaro". También, de forma sorprendente, Hidalgo se hace responsable de la causa independentista; pero sin hacer mención de su parte religiosa. Hidalgo, en todo momento, trató de escindir los elementos religiosos de sus convicciones y actos personales e incluso aceptó que no era posible conciliar sus actos con el Evangelio. En consecuencia, desde el inicio del movimiento, no predicó o ejerció su función eclesiástica. Su única asociación con la religión fue el estandarte de la
Virgen de Guadalupe, lo que pudiera traducirse en una transgresión a la Iglesia, es decir, utilizar imágenes religiosas para incitar a la guerra. Hidalgo, también, confesó ordenar la ejecución de españoles para complacer al ejército que estaba principalmente compuesto por el pueblo. Con el propósito de poner en marcha el movimiento; pues él no tenía control ante el movimiento popular desbordante.
23
Finalmente, cuando se le preguntó acerca de las causas del movimiento para defender al reino ante la Invasión francesa; Hidalgo contestó que era razón fundada el derecho como ciudadano de defender su patria, cuando se encontraba en riesgo de perderse. Don Ángel Avella, dio por cerrado el interrogatorio, con 43 preguntas, sin perjuicio de continuarlo si fuere necesario, de acuerdo con su carta a Francisco Salcedo.
24
La intervención de la jurisdicción eclesiástica, no consultó a la Inquisición y se degradó a Hidalgo por el cuerpo eclesiástico, encabezado por el canónigo
Fernández Valentín, quien fue comisionado para proceder por el obispo de Durango
Francisco Javier de Olivares. La sentencia de degradación fue expedida en la mañana del 27 de julio de 1811 y con ello se despojó de su investidura sacerdotal a Miguel Hidalgo y se le entregó a la autoridad militar para que fuera ejecutado.
25
Hidalgo, fue juzgado por el Tribunal de Chihuahua, sin más que las acusaciones de las declaraciones el licenciado
Rafael Bracho, como auditor, dictaminó y pronunció la sentencia del consejo de guerra que presentó al comandante Salcedo el 3 de julio de 1811 en el sentido de que Hidalgo era reo de alta traición y mandante de alevosos homicidios, debiendo morir por ello, previa la degradación eclesiástica.
26
Sitio exacto del fusilamiento de Miguel Hidalgo y mural conmemorativo en el Palacio de Gobierno de Chihuahua.
Antes de que llegase el momento de ser ejecutado, Hidalgo se confesó con el P.
Juan José Baca y comulgó, por lo que quedó libre toda excomunión.
28 Al amanecer del 30 de julio de 1811, cuando llegó la hora del fusilamiento (que tendría lugar en el patio del antiguo Colegio de los Jesuitas en Chihuahua, entonces habilitado como cuartel y cárcel y que en la actualidad es el Palacio de Gobierno de Chihuahua), pidió que no le vendaran los ojos ni le dispararan por la espalda (como era la usanza al fusilar a los traidores). Pidió que le dispararan a su mano derecha, que puso sobre el corazón. Hubo necesidad de dos descargas de fusilería y dos tiros de gracia disparados a quemarropa contra su corazón para acabar con su vida, tras lo cual un comandante
tarahumara, de apellido Salcedo, le cortó la cabeza de un solo tajo con un machete, para recibir una bonificación de veinte pesos
pesos. Posteriormente, su cuerpo fue enterrado en la capilla de San Antonio del
templo de San Francisco de Asís, en la misma ciudad de Chihuahua, y su cabeza fue enviada a
Guanajuato y colocada en la
Alhóndiga de Granaditas, en cada esquina y dentro de una jaula de hierro, junto a las de Ignacio Allende, Ignacio Aldama y Mariano Jiménez, en donde permaneció por diez años.
Plaza Don Miguel Hidalgo y ruta de la libertad, Cd. Meoqui, Chihuahua
Referencias[editar]
- Volver arriba↑ José M. de la Fuente (1979). Hidalgo íntimo: apuntes y documentos para una biografía del benemérito cura de Dolores, d. Miguel Hidalgo y Costilla. Gobierno del Estado de México. «Fueron sus padres, don Cristóbal Hidalgo y Costilla [...] y doña Ana María Gallaga Mandarte Villaseñor y Lomelí».
- Volver arriba↑ Fe de Bautismo de Hidalgo
- Volver arriba↑ Tinajero, 1994; 80
- Volver arriba↑ En 1845 fue renombrado a Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en honor a Hidalgo, quien fue su alumno, maestro y rector.
- Volver arriba↑ «Colegio de San Nicolás de Hidalgo» (HTML). Consultado el 8 de febrero de 2008.
- Volver arriba↑ «Expulsión de los jesuitas de los dominios españoles» (HTML). Consultado el 8 de febrero de 2008.
- Volver arriba↑ «Certificado de estudios de Miguel Hidalgo» (HTML). Consultado el 8 de febrero de 2008.
- Volver arriba↑ Colegio Miraflores. «Los últimos años de Iturrigaray» (HTML). Consultado el 25 de enero de 2008.
- Volver arriba↑ Gobierno Federal (ed.). «Hidalgo, Generalísimo, Acámbaro, Gto.». México 2010 BiCentenario. Consultado el 5 de septiembre de 2010.
- Volver arriba↑ Según las leyes de la Corona española, y específicamente a las ordenanzas dictadas por Carlos III en 1786, parte de las Reformas borbónicasen Nueva España.
- Volver arriba↑ Lucas Alaman historiador y autor de la obra la Independencia de México, y que en ese tiempo tenía 18 años, fue testigo de estas atrocidades cometidas como lo menciona y describe en su obra, actos de pillaje y barbarie nunca vista antes en el virreynato. «Asalto y toma de la Alhóndiga de Granaditas». mexicodesconocido.com. Consultado el 13 de febrero de 2008.
- Volver arriba↑ Existen desacuerdos sobre la razón o razones que hicieron a Hidalgo tomar esta decisión. Una de ellas es la proximidad de un encuentro militar con las fuerzas de Calleja. Otros historiadores afirman que de haberse tomado México, los insurgentes provocarían un saqueo mucho mayor al de Guanajuato, al que se vería sumada la plebe capitalina, y que la decisión del cura quiso evitar esto. Lucas Alamán explica que la Inquisición apresó a los hijos y a la viuda de Manuel Hidalgo, hermano del cura, y que Venegas amenazó con degollarlos si los insurgentes avanzaban
- Volver arriba↑ J.E. Hernández y Dávalos. «El bribón del cura» (HTML). Consultado el 18 de febrero de 2008.
- Volver arriba↑ Hernández y Dávalos, Juan, Colección de documentos para la historia de la guerra de independencia de México de 1801 a 1821, edición facsimilar de la 1877
- Volver arriba↑ PALAFOX, F. I. (2010). Libertad y tradición: el juicio inquisitorial y la causa militar contra miguel hidalgo. (J. UNAM, Ed.) México, México. Consultado en:http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2918/6.pdf
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- Volver arriba↑ Archivo General de la Nación (AGN), Causa Militar contra Miguel Hidalgo y Costilla, Carta de Nemesio Salcedo a Ángel Abella, 6 de mayo de 1811. El AGN publicó copias y versiones paleográficas completas de las constancias de la causa militar seguida contra Hidalgo en la siguiente dirección electrónica, según consulta realizada el 14 de febrero de 2010:http://www.agn.gob.mx/independencia/paleografias/Causas%20militar%20y%20eclesiastica%20contra%20Miguel%20Hidalgo%20y%20Costilla%203.html
- Volver arriba↑ Archivo General de la Nación (AGN), Causa Militar contra Miguel Hidalgo y Costilla, Carta de Nemesio Salcedo a Ángel Abella, 6 de mayo de 1811. El AGN publicó copias y versiones paleográficas completas de las constancias de la causa militar seguida contra Hidalgo en la siguiente dirección electrónica, según consulta realizada el 14 de febrero de 2010:http://www.agn.gob.mx/independencia/paleografias/Causas%20militar%20y%20eclesiastica%20contra%20Miguel%20Hidalgo%20y%20Costilla%203.html
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- Volver arriba↑ “Sentencia de Degradación del Cura Hidalgo”, en Chavarri, Juan N., Hidalgo, 1971, op. cit., pp.182-184, tomada de México y sus Revoluciones, de José María Luis Mora, t. III, pp. 142-144.
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- Volver arriba↑ Fusilamiento de Miguel Hidalgo y Costilla.
Véase también[editar]
Bibliografía[editar]
- ALAMAN, Lucas: "La Independencia de México"
- CASASOLA, Gustavo: "Seis siglos de historia gráfica de México, tomo 12", México, Editorial Trillas, 1976. ISBN 968-7013-01-0
- ESQUIVEL MILÁN, Gloria — colaboración con Enrique Figueroa Alfonso —: "Historia de México", Oxford, Editorial Harla, 1996. ISBN 970-613-092-6
- FUENTES MARES, José: "Historia Ilustrada de México, de Hernán Cortés a Miguel de la Madrid. Tomo II", México, Editorial Océano, 1984. ISBN 968-491-047-9
- MORENO, Salvador — colaboración con Amalia Silva —: "Historia de México", México, Ediciones Pedagógicas, 1995. ISBN 968-417-230-3
- ROSAS, Alejandro: "Mitos de la historia mexicana. De Hidalgo a Zedillo", México, Editorial Planeta, 2006. ISBN 970-37-0555-3
- SILVA CAZARES, Carlos: "Álvaro Obregón", en la serie "Grandes protagonistas de la historia mexicana", Barcelona, Editorial Planeta, 2002. ISBN 870-726-081-5
- TINAJERO PORTES, Luis (1994). Días conmemorativos de la historia de México. San Luis Potosí: Universidad Autónoma de San Luis Potosí. ISBN 968-6194-65-7. Consultado el 28 de agosto de 2012.
- TREVIÑO, Héctor Jaime: "Historia de México", Monterrey, Ediciones Castillo, 1997. ISBN 970-20-0019-X
- VASCONCELOS, José: "Breve historia de México", México, Editorial Trillas — colección "Linterna mágica" —, 1998. ISBN 968-24-4924-3
- VILLALPANDO, José Manuel — colaboración con Alejandro Rosas —: "Los Presidentes de México", México, Editorial Planeta, 2001. ISBN 970-690-507-73
Enlaces externos[editar]
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