El número “doce” alude a las doce tribus de Israel. Éstas no habían tenido realidad histórica desde la vuelta de Babilonia; el número «doce» es, por tanto, ideal y se refiere a la restauración final de Israel, a la época escatológica. «Los Doce» representan así al Israel mesiánico.
Sin embargo, el significado de «los Doce» varía según los evangelistas. En Mt, que basa su teología sobre la promesa hecha a Abrahán (1,1: «hijo de Abrahán»), el Israel definitivo o descendencia de Abrahán abarca a todas las naciones (cf. Gn 17,4s; 18,18; 21,17s). La figura de «los Doce» incluye, por tanto, a todos los discípulos de Jesús (10,1:«sus doce discípulos»), pertenezcan o no a Israel (cf. 9,9, Mateo el recaudador, excluido de Israel, pero incluido en la lista de los Doce, 10,1-4); de ahí que en Mt no se narre la constitución del grupo de los Doce (en 10,1-4, convocación para la misión).
Mc, en cambio, distingue dos grupos entre los seguidores de Jesús: «los Doce» o «discípulos», que abarca a todos los que proceden del judaísmo (3,13ss) y el grupo de los que no proceden de él (2,14, Leví, no incluido en la lista de los Doce, 3,16-19).
Lc, aunque llama «discípulos» a todos los seguidores de Jesús, sigue a Mc: «los Doce» representan a los que proceden del judaísmo (Lc 6,13-16); Leví, el recaudador (5,27s), no está incluido en la lista de los Doce; éstos se contraponen a «los setenta», número de la totalidad de los pueblos, según la idea de la época; éstos representan a los que no proceden de la institución judía. En Hch, el grupo de «los Doce» se contrapone al de «los Siete» (6,1-5).
Jn no describe la constitución ni ofrece la lista de "los Doce» (6,67). Mencionados por su nombre, aparecen en este evangelio solamente siete discípulos: Andrés y Simón Pedro (1,40), Felipe (1,43), Natanael (1,45), Tomás (11,16), Judas Iscariote (6,71) y el otro Judas (14,22). Sin nombre, el compañero de Andrés (1,35.40), continuado por el discípulo predilecto (13,23) y los hijos de Zebedeo (21,2). José de Arimatea aparece como discípulo clandestino. «Los Doce» representan en Jn a la comunidad cristiana en cuanto en ella culmina un pasado y es heredera de las promesas de Israel. Después de la resurrección, en la pesca, el número doce queda sustituido por el grupo de siete discípulos (21,2), que alude a la totalidad de los pueblos (setenta) y señala el futuro de la comunidad de Jesús.
Sin embargo, el significado de «los Doce» varía según los evangelistas. En Mt, que basa su teología sobre la promesa hecha a Abrahán (1,1: «hijo de Abrahán»), el Israel definitivo o descendencia de Abrahán abarca a todas las naciones (cf. Gn 17,4s; 18,18; 21,17s). La figura de «los Doce» incluye, por tanto, a todos los discípulos de Jesús (10,1:«sus doce discípulos»), pertenezcan o no a Israel (cf. 9,9, Mateo el recaudador, excluido de Israel, pero incluido en la lista de los Doce, 10,1-4); de ahí que en Mt no se narre la constitución del grupo de los Doce (en 10,1-4, convocación para la misión).
Mc, en cambio, distingue dos grupos entre los seguidores de Jesús: «los Doce» o «discípulos», que abarca a todos los que proceden del judaísmo (3,13ss) y el grupo de los que no proceden de él (2,14, Leví, no incluido en la lista de los Doce, 3,16-19).
Lc, aunque llama «discípulos» a todos los seguidores de Jesús, sigue a Mc: «los Doce» representan a los que proceden del judaísmo (Lc 6,13-16); Leví, el recaudador (5,27s), no está incluido en la lista de los Doce; éstos se contraponen a «los setenta», número de la totalidad de los pueblos, según la idea de la época; éstos representan a los que no proceden de la institución judía. En Hch, el grupo de «los Doce» se contrapone al de «los Siete» (6,1-5).
Jn no describe la constitución ni ofrece la lista de "los Doce» (6,67). Mencionados por su nombre, aparecen en este evangelio solamente siete discípulos: Andrés y Simón Pedro (1,40), Felipe (1,43), Natanael (1,45), Tomás (11,16), Judas Iscariote (6,71) y el otro Judas (14,22). Sin nombre, el compañero de Andrés (1,35.40), continuado por el discípulo predilecto (13,23) y los hijos de Zebedeo (21,2). José de Arimatea aparece como discípulo clandestino. «Los Doce» representan en Jn a la comunidad cristiana en cuanto en ella culmina un pasado y es heredera de las promesas de Israel. Después de la resurrección, en la pesca, el número doce queda sustituido por el grupo de siete discípulos (21,2), que alude a la totalidad de los pueblos (setenta) y señala el futuro de la comunidad de Jesús.
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