Esta palabra designa el período de cinco años.
Muy curioso, si tenemos presente que la voz latina de la que deriva, lustrum, significa ´sacrificio expiatorio´. Para comprender esta disparidad entre el sentido original y el actual del término, hemos de remontarnos a la antigua Roma, concretamente al siglo VI a.C., donde el rey Servio Tulio estableció que cada cinco años se hiciera un censo para averiguar con cuántos efectivos contaba el ejército. El acto concluía con el lustrum, ceremonia de purificación de los pecados en la que participaba el pueblo.
Con el tiempo, el rito purificador adquirió mayor relevancia que el censo en sí, y dado que se celebraba cada quinquenio, el período de cinco años se denominó igualmente lustrum.
Esto explica que en el verbo lustrar encontremos las acepciones ´dar lustre´y ´purificar con sacrificios o ritos´.
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