Místico español, que fue director espiritual de Santa Teresa de Ávila; nació en Cervera, España, en 1533, de noble familia; murió en Belmonte, el 25 de julio de 1580. Estudió filosofía y teología en la Universidad de Alcalá. Cuando tenía solamente dieciocho años de edad, fue notorio su carácter por su extraordinario hábito de oración y piedad.
Su inclinación inicial fue hacia los cartujos, debido al seguimiento de
una vida de contemplación, pero finalmente ingresó a la Compañía de Jesús
en Alcalá, en 1555, quince años luego de que fuera fundada. El famoso
Padre Bustamante fue su maestro en el noviciado y le sujetó a las normas
de Alcalá. En el noviciado de Simancas se encontró con San Francisco
Borgia, y surgió entre ellos una notable amistad. Reasumió su estudio
teológico y de filosofía en Alcalá y Ávila, bajo la guía de los dominicos;
debido a que la Sociedad no tenía teólogos dentro de su organización.
Las continuas interrupciones de sus estudios impidieron su progreso en
teología escolástica. Sin embargo, compensó esta situación por la eminencia de sus logros, por medio de la oración, en teología mística.
Todo ello se adecuaba muy bien a su posterior desarrollo como confesor,
maestro de novicios, rector, provincial, visitador y director de
personas que estaban en avanzado grado de santidad.
Fue ordenado sacerdote en 1558, y aunque solamente contaba con veinticinco años de edad, le fue encomendada la dirección espiritual de Santa Teresa. Para ese entonces, la santa estaba en la orden de las carmelitas, pero se encontraba en la ruta para la fundación de las carmelitas descalzas. Álvarez no solamente la dirigió en asuntos del espíritu, sino que además la defendió de sus críticos, animándola en su trabajo de reforma, y tuvo que ver mucho con las normas de la nueva orden. Su dirección continuó durante siete años. La santa declaró que se le había revelado que el Padre Baltasar había alcanzado un alto grado de perfección. El siguió el método de la oración durante dieciséis años, luego de los cuales recibió el don de la contemplación. En 1579, iba a ser enviado como provincial a Perú, pero tal proyecto nunca fue llevado a cabo. Se mantuvo firme cuando su método de oración fue cuestionado. Algunos veían tal procedimiento como una ilusión del mal. Álvarez fue encomendado a escribir un recuento de ello ante la general de la Sociedad de Jesús. Everard Mercurian aprobó tal procedimiento, pero lo descartó como práctica general. Al mismo tiempo expresó su estima por el Padre Álvarez, y le empleó en los más altos cargos de responsabilidad. A su muerte, Santa Teresa tuvo la revelación de la gloria del difunto en los cielos.
Bibliografía: DEL PUENTE, Vida del P. Balthazar Álvarez (tr. Bouix); NIREMBERG, Ideas de virtud, 348-97; ALCAZAR, Chrono. Hist. De la c. De J. en la prov. De Toledo, II, 623-34; De Backer, Bibliotheque de la c. De J., I, 107.
Fuente: Campbell, Thomas. "Balthazar Alvarez." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01373a.htm>.
Traducido por Giovanni E. Reyes
Fue ordenado sacerdote en 1558, y aunque solamente contaba con veinticinco años de edad, le fue encomendada la dirección espiritual de Santa Teresa. Para ese entonces, la santa estaba en la orden de las carmelitas, pero se encontraba en la ruta para la fundación de las carmelitas descalzas. Álvarez no solamente la dirigió en asuntos del espíritu, sino que además la defendió de sus críticos, animándola en su trabajo de reforma, y tuvo que ver mucho con las normas de la nueva orden. Su dirección continuó durante siete años. La santa declaró que se le había revelado que el Padre Baltasar había alcanzado un alto grado de perfección. El siguió el método de la oración durante dieciséis años, luego de los cuales recibió el don de la contemplación. En 1579, iba a ser enviado como provincial a Perú, pero tal proyecto nunca fue llevado a cabo. Se mantuvo firme cuando su método de oración fue cuestionado. Algunos veían tal procedimiento como una ilusión del mal. Álvarez fue encomendado a escribir un recuento de ello ante la general de la Sociedad de Jesús. Everard Mercurian aprobó tal procedimiento, pero lo descartó como práctica general. Al mismo tiempo expresó su estima por el Padre Álvarez, y le empleó en los más altos cargos de responsabilidad. A su muerte, Santa Teresa tuvo la revelación de la gloria del difunto en los cielos.
Bibliografía: DEL PUENTE, Vida del P. Balthazar Álvarez (tr. Bouix); NIREMBERG, Ideas de virtud, 348-97; ALCAZAR, Chrono. Hist. De la c. De J. en la prov. De Toledo, II, 623-34; De Backer, Bibliotheque de la c. De J., I, 107.
Fuente: Campbell, Thomas. "Balthazar Alvarez." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01373a.htm>.
Traducido por Giovanni E. Reyes
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.