Introducción: Luego de Lutero y Calvino, parecía que el protestantismo iba a adueñarse de toda Europa, pero la Iglesia de Roma respondió enérgicamente con un contragolpe asombroso, conocido como Contrarreforma. España fue uno de los centros de este movimiento. En la Edad Media, España había sido una nación relativamente tolerante; los católicos, los judíos y los musulmanes convivían lado a lado. Hacia mediados del siglo XV hubo un cambio, pues la monarquía española resolvió expulsar de su territorio a todos aquellos que no fueran católicos. Fernando e Isabel pidieron a la Iglesia restablecer la Inquisición, una organización cuyo propósito era encontrar y castigar a los herejes. Esto significaba tortura, encarcelamiento o exilio para judíos, musulmanes y católicos que no cumpliesen con las enseñanzas de la Iglesia. La Inquisición fue una época de crueldad e intolerancia.
Luego, un movimiento positivo se desarrolló en España. El cardenal Jiménez fue el responsable de llevar a cabo esta reforma en la Iglesia de España. Era un hombre espiritualmente fuerte como un roble, y, como arzobispo de Toledo, se propuso disciplinar a la Iglesia católica española. Eliminó la corrupción de los monasterios y corrigió el relajo moral entre los clérigos, dando a la Iglesia una base sólida como el acero.
Jiménez actuaba de acuerdo con lo que predicaba. No vestía nada bajo sus hábitos de cardenal y en su palacio vivía con la simplicidad de un monje. Creía firmemente en el poder de la educación y fundó la universidad de Alcalá, que muy pronto se convirtió en un destacado centro de enseñanza. Tuvo la habilidad de reformar la Iglesia española y conservar al mismo tiempo la unión con Roma. Los seguidores de Calvino y de Lutero no tuvieron cabida allí; por el contrario, España sobresalió como uno de los centros de la Contrarreforma. San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuítas, fue uno de los frutos de este mundo de reforma y disciplina.
La Contrarreforma católica: Después de 1521, el Papado comenzó a realizar una serie de reformas para mejorar la organización interna de la Iglesia Católica. Se establecieron reglamentos muy estrictos para las órdenes religiosas tradicionales. En 1540 se autorizó la creación de la Compañía de Jesús, fundada por Ignacio de Loyola sobre la base de dos principios: la obediencia absoluta al Papa y la estricta aceptación a los principios de doctrina dictados por la Iglesia de Roma. Los jesuitas se convirtieron en el principal apoyo y defensa del nuevo catolicismo.
En el Concilio de Trento (reunido entre 1545 y 1563) los obispos católicos reafirmaron los dogmas de fe que habían sido puestos en duda por Lutero, crearon centros destinados a la formación de sacerdotes y reconocieron al Papa como la autoridad superior de la Iglesia Católica. Aprobaron también el restablecimiento del Tribunal del Santo Oficio, conocido como la Santa lnquisición.
Encargaron a esta institución, que existía desde siglos anteriores, controlar y garantizar la pureza de la fe católica de los creyentes y de aquellos que se convertían al cristianismo. Y también, la realización del índice de los libros prohibidos para la lectura de los católicos, por contener afirmaciones contrarias a la fe. Este movimiento fue llamado la Contrarreforma católica porque se propuso limitar el avance de la Reforma protestante.
ATRASO EN LA CONTRARREFORMA CATÓLICA
¿Por qué pudo extenderse la Reforma durante la primera mitad del siglo sin chocar con la resistencia del emperador o de la Iglesia? Respuesta:
- Antes de poder convencer a la gente de la supremacía de la religión verdadera, el Papa tuvo que reformar su propia Iglesia. Primero tuvo que tomar impulso, para finalmente organizar una especie de asamblea reformista, el llamado Concilio de Trento, que se celebró desde 1545 hasta 1563 en la capital de la actual provincia del Trentino. La Iglesia quedó reformada mediante:
— el establecimiento de la línea católica frente a las desviaciones protestantes, revisionistas y paulinas;
— la formación de los cuadros eclesiásticos;
— la reforma de lajerarquía de la Iglesia y del clero;
— la introducción de la censura y de los índices de libros prohibidos;
— el establecimiento de los métodos de la Santa Inquisición: espionaje, torturay terror;
— la organización militar de los cuadros eclesiásticos mediante la orden de los jesuitas (fundada en 1534 por San Ignacio de Loyola, que iba al mismo colegio que Calvino y se le parecía).
Mediante estas medidas se logró recuperar para el catolicismo gran parte de Alemania, toda Francia y Polonia.
- Por otra parte, lo que impidió inicialmente que el emperadoi Carlos V devolviese el golpe a los protestantes fue un poder que ame nazaba por un flanco muy distinto: los turcos.
LOS TURCOS
Los turcos se llamaban a sí mismos otomanos, término derivadc del nombre del sultán Osmán (1299-1326), que había conquistado Asia Menor. Se convirtieron al islam en el siglo VIII. Orján, hijo de Osmán y mucho más importante que su padre, organizó a su pueblo como una casta guerrera, con una activa maquinaria militar dotada de un ejército permanente, una legión extranjera —el grupo de élite de los jenízaros o niños cristianos arrebatados a sus padres y formados como soldados de élite— y una caballería pesada. Como convertirse al islam significaba ser admitido en la casta guerrera de los turcos, cuando conquistaron los Balcanes en los siglos xiv y xv muchos cristianos aprovecharon tal posibilidad. El 28 de junio de 1389, los turcos aniquilan a los serbios en el Campo de los Mirlos (Kosovo), después de que un terrorista serbio llamado Obilitch asesinara al sultán Murat.
Desde entonces los serbios celebran este día como fiesta nacional, tras haber convertido al terrorista en un héroe. El mismo día del año 1914, otro terrorista, Gavrilo Princip, matará de un tiro al nuevo Murat, el Archiduque F. Fernando de Austria. Yen recuerdo de la matanza del Campo de los Mirlos, los serbios siguen reclamando hasta hoy mismo Kosovo como su Tierra Santa. Pero no han perdonado a aquellos serbios que se convirtieron al Islam y se unieron a los opresores, los musulmanes bosnios, y seiscientos años después se han vengado de ellos en Srebrenica. Los pueblos oprimidos durante mucho tiempo tienen buena memoria, pues todavía tienen cuentas pendientes.
Los turcos, como buenos prusianos orientales que eran, fueron de victoria en victoria. Primero, en 1453, tomaron por asalto Constantinopla y la convirtieron en su capital, Estambul Así se disolvía el Imperio romano de Oriente, que había supuesto «más de mil años de Grecia cristiana». Posteriormente, y tras vencer a los persas, Seim conquista Armenia, Palestina, Siria y Egipto y finalmente establece su protectorado sobre las ciudades santas de La Meca y Medina tomando el título de califa.
Mientras que en Europa occidental —en España— los cristianos hacían retroceder al Islam, en el Este continuó su expansión sometiendo a los pueblos cristianos de los Balcanes. Bajo el reinado de Solimán el Magnífico (1520-1566), los turcos llegaron a constituir una amenaza para Carlos V. En 1526 se apoderan de Hungría y en 1529 asedian la ciudad de Viena, aunque sin éxito.
Mientras duraba el peligro turco, Carlos V no podía permitirse arremeter contra los protestantes y sumir a la cristiandad en una guerra de religión. Así pues los turcos también contribuyeron a la expansión de la Reforma, y los protestantes deberían estar agradecidos.
Fuente Consultada: Hitos en la Historia de la Iglesia de Alfred McBride
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