Eran extraordinariamente diversas. Por tomar la más popular de las numerosas fiestas atenienses: la Anthesteria era una fiesta de tres días de Dionisio, que se centraba en la espita del vino nuevo; la Panathenaea era una ocasión de manifestación cívica, con una gran procesión formal que atravesaba el corazón de la ciudad hasta la acrópolis; en la Apatouria, eran admitidos nuevos miembros en las organizaciones de afinidad conocidas como fratrías; la Thesmophoria era un "rito de mujer", en el que las ciudadanas abandonaban sus casas durante tres días y acampaban fuera en tiendas; la Dionysia era la fiesta del drama en la que se estrenaban las tragedias, y los Misterios eleusinos prometían a sus iniciados ventajas en el más allá.
Otro importante tipo está representado por la Brauronia, un itpo de "iniciación" de muchachas jóvenes, parecida a las halladas en las modernas sociedades tribales. Las fiestas servían, por tanto, para funciones sociales muy diferentes. Pero eran todas, en sus distintos aspectos, puntos luminosos en la gris rutina del año.
ESPASA.
DICCIONARIO DE LAS RELIGIONES.
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