DICHOSOS
LOS QUE ELIGEN SER POBRES, PORQUE ELLOS TIENEN A DIOS POR REY.
DICHOSOS LOS QUE ELIGEN SER POBRES |
Esta
traducción llama la atención, pues esto se suele traducir por
"bienaventurados los pobres de espíritu". Sin embargo,
hemos elegido la palabra "dichosos" porque
"bienaventurados" es palabra que se lee sólo en el
Evangelio y no es palabra de la conversación común. Cuando
nosotros queremos decir algo así decimos "dichoso":
"me ha tocado la lotería. Dichoso tú". Feliz se usa en
América, pero en España la palabra idiomática para traducir eso
es "dichoso".
Los
Pobres. La palabra "pobre" en el Antiguo Testamento tiene
una tradición grandísima, y son los pobres sociológicos, los que
no tienen nada. Eso está claro. Pero ahora, el complemento que
tiene aquí es difícil y se suele traducir por "de espíritu".
En griego está la palabra "espíritu" y está
precisamente con articulo. En latín, como tiene la dificultad de
que no hay artículos, esta sólo "espíritu". Esto de no
tener artículos el latín es grave dificultad para el Nuevo
Testamento, porque no es lo mismo decir "Mesías" que
"el Mesías"; o decir "Hijo de Dios" que
"el Hijo de Dios". Cuando dice "el Hijo de Dios"
da una sensación de exclusividad, de primacía. No es lo mismo
decir "Jesús es hijo de Dios" o decir "Jesús es el
hijo de Dios". El artículo le da mucha más fuerza. Y en Latín
no existe, por lo que en muchas de las biblias que hemos traducido a
español, que estaban traducidas del latín, (o, por lo menos,
inspiradas del latín) no se distingue la cosa.
Y
aquí está "el espíritu", con artículo. Por lo tanto,
no es "de espíritu". Sería “del espíritu” y esa
preposición "de", como no hay preposición en griego,
sino un dativo, se puede interpretar de dos maneras: o un dativo de
aspecto -"pobres en el espíritu"-, o un dativo de causa
-"pobres por el espíritu"-. ¿Cuál de las dos
traducciones es? Esto es lo que vamos a explicar. Y lo que nos va a
dar la clave es qué cosa significa "espíritu". Aquí espíritu
es el espíritu humano, pues si no Mateo diría Espíritu Santo,
como antes ha hablado del Espíritu de Dios. Entonces ¿qué
significa espíritu?. A nosotros nos parece claro, pero no lo es
tanto, porque esto supone una antropología, la antropología semítica
que está aquí metida, la que está en el Antiguo Testamento y
continúa en el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento considera la
interioridad del hombre en dos aspectos: interioridad del hombre es
su inteligencia, su voluntad y su sentimiento. Nosotros
distinguiremos más cosas, pero ellos no. Inteligencia, voluntad,
sentimiento, todo eso constituye la interioridad humana. Y esta
interioridad puede ser activa o dinámica, y estática. Un acto de
voluntad es la interioridad dinámica, o un acto de intuición, o un
pronto de sentimiento. En cambio, una disposición habitual, por
ejemplo, una persona que es amable, es interioridad estática, no
dinámica. Y una convicción que uno tiene, que pertenece al terreno
de la inteligencia, ésa es estática, no dinámica, como también
lo es un propósito o un hábito que uno lleva toda la vida. De
manera que los semitas distinguen muy bien las dos cosas, y a la
interioridad estática (las convicciones, los hábitos de actuar,
etc.) le llaman "corazón", mientras que a la interioridad
dinámica le llaman "espíritu". Así, un acto de
inteligencia es "espíritu"; un acto de voluntad, que es
la decisión, es "espíritu", así como un pronto de
sentimiento (por ejemplo, dio un suspiro) es "espíritu".
En cambio lo otro se llama "corazón".
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Se trata de un estado de pobre que es efecto de un acto humano... |
Y
en las Bienaventuranzas aparecen los dos. Aquí dice "los
pobres por el espíritu", y después dirá "los limpios de
corazón". Ser limpio o puro es una disposición habitual, por
lo que no es "limpio de espíritu", pues eso sería un
acto de limpieza, sino "limpio de corazón". Pero en la
primera bienaventuranza, como es este "espíritu", no se
trata de algo habitual. Y, si dijéramos "los pobres en el espíritu"
-una disposición habitual del que está desprendido del dinero- no
sería exacto, pues espíritu no significa eso, sino algo que nace
de dentro.
Entonces,
se trata de un estado de pobre que es efecto de un acto humano. Pone
"El espíritu". Como nosotros decimos también, esto se
llama el artículo posesivo. Por ejemplo, decimos "le di con la
mano": ¿con qué mano?, ¿con la del otro o con la mía?: con
la mía; pero no hace falta decir "con mi mano", pues el
artículo da el posesivo. Y eso mismo pasa aquí. Este espíritu es
"por su espíritu", por el propio espíritu del hombre. De
manera que nace de la interioridad del hombre, que puede crear un
estado de pobreza. Tiene que ser un acto de voluntad; el
conocimiento no crea la realidad, la conoce, la recibe. El
sentimiento tampoco. Es la voluntad la que decide. Por lo tanto aquí
se trata de un acto de voluntad por el cual el hombre elige el
estado de pobreza. Y entonces, la traducción literal sería
"dichosos los pobres por decisión" y, puesto más
elegante "dichosos los que eligen ser pobres".
Esto
es lo que significa la primera bienaventuranza. Se trata de una opción.
Una opción por la cual decimos "para mi, el dinero no es un
valor; el acumular dinero no es para mí ningún valor; no quiero
acumular dinero". Esto se entiende mejor comparándolo con el
ser rico. El que elige ser rico es el que quiere acumular y retener
para sí; el que tiene y retiene para sí. El pobre tiene poco, pero
lo poco que tiene tampoco lo retiene para sí.
Esto
tiene unos rasgos negativos muy fuertes. Pobre significa tener
necesidad, no tener y, por lo tanto, depender de otros para vivir. Y
esto es lo que elimina el "dichosos". De manera que esos
rasgos negativos tienen que estar eliminados porque aquí dice
"dichosos"...y, naturalmente, no se puede ser dichoso de
esa manera. Entonces ¿cómo es posible que Jesús llame dichosos a
éstos, que son pobres voluntarios?: porque no se trata de pobres
sociológicos. Un pobre sociológico, un pobre corriente, puede
tener un deseo enorme de riqueza y, si no lo consigue, es porque no
puede, pero su ideal es ser rico. Y ese no entra en las
Bienaventuranzas. El de las Bienaventuranzas es uno que comprende
que, solamente mediante esta opción, se elimina la injusticia del
mundo y, por lo tanto, quiere hacer la opción para no ser cómplice
de ninguna injusticia. De manera que tenemos éste, que elige esa
pobreza, ese estado contra la riqueza, contra el tener mucho y
retenerlo para sí. El tiene poco, y lo poco que tiene, está
dispuesto a compartirlo. Y ¿cómo se le dice "dichoso" a
ese?: pues porque "tiene a Dios por rey"; ésta es la razón.
El hecho de estar bajo el Reinado de Dios, de estar en esa esfera
donde Dios muestra su amor, evita las consecuencias negativas de la
pobreza. No hay miseria y no hay dependencia, que son los dos
aspectos negativos de la palabra "pobre".
Cuando
es un pobre voluntario, cuando hace esa opción contra la injusticia
del mundo, podemos afirmar que Dios le dice: "tú eres de los míos".
Porque Dios está contra la injusticia del mundo, está claro. Por
eso es justo. Dios es justo porque no puede soportar la injusticia y
a uno que hace esa opción, le dice: "tú eres de los míos; yo
me cuido de ti; yo soy tu rey; tú estás en mi reino". Pero ¿cómo
reina Dios?: Dios reina comunicando su espíritu. Por eso es lo
mismo decir "Dios rey" que "Dios padre". En el
padre nuestro se dice "venga tu reino". Y ¿a quién se le
dice?: al Padre. De manera que Dios rey se traduce por Dios padre y
los dos significan lo mismo: el que comunica su vida y su amor. El
reinado de Dios es la actividad de Dios por la que El comunica su
amor. De manera que los que están bajo su Reinado o forman ese
Reinado están en la atmósfera del Espíritu de Dios, del amor, de
la entrega, que es el espíritu de Dios. Ahí se forma una sociedad
nueva, un grupo humano nuevo, donde la relación es la del amor y la
entrega, y no habrá nunca miseria ni dependencia. Ahí se encuentra
la verdadera libertad, porque ya no está uno sujeto al hilo del
dinero, y ya no es uno esclavo del capital. Se encuentra la
verdadera libertad, la verdadera alegría y, además, sin las
connotaciones negativas de la dependencia y de la miseria. No hay
miseria. Donde Dios reina no puede haber miseria; donde Dios reina
no puede haber falta de libertad, que es la dependencia de otro. Por
eso Jesús dice "dichosos...
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Opción que se tiene que hacer para entrar en el Reinado de Dios... |
Esta
es la primera bienaventuranza. Se trata, por tanto, de una opción
que se tiene que hacer para entrar en el Reinado de Dios. Esta es la
puerta de entrada. Una opción que hace cada uno, porque la opción
es personal, y esa opción es contra la riqueza "como
valor". Siendo esta la primera bienaventuranza y siendo
-digamos- el código de la Nueva Alianza, está en paralelo con el
de la Antigua Alianza, cuyo primer mandamiento decía: "no
tendrás otro Dios junto a mí. Yo soy el señor tu Dios, y amarás
al Señor tu Dios con todo tu ser" Y amar significa ser fiel. Y
aquí Jesús dice que ese dios, frente al Dios verdadero, es el
dinero. Hay que optar contra el dios falso por el Dios verdadero. De
manera que es la renuncia a la idolatría, la manifestación de la
fidelidad al verdadero Dios, porque el verdadero Dios es el padre,
el que quiere ser Padre de todos los hombres y quiere comunicar a
todos vida y felicidad, el que quiere suprimir toda injusticia. Y,
con esta opción, el hombre personalmente se libera de toda
complicidad con la injusticia del mundo, que nace siempre de la
acumulación del dinero, que es lo que produce el prestigio social,
la diferencia de clases, el poder o dominio de unos sobre otros. Y
el dominio basado en el temor porque, claro, si uno depende de otra
persona para comer, tiene que someterse, tiene que decir "sí"
a todo. En el dinero están los tres falsos valores: el dinero, el
prestigio y el poder y, el que renuncia al dinero, renuncia a los
tres, que son los falsos valores de la sociedad, los que crean
injusticia e infelicidad en el mundo.
Esto
es lo que dice la primera bienaventuranza. Pero, si no está claro,
Jesús lo explica en el mismo Sermón de la Montaña. En el capítulo
6, después del Padre nuestro, hay cuatro perícopas donde explica
esta primera bienaventuranza. En las tres primeras perícopas
explica el primer miembro -qué significa ser pobre por opción-, y
en la cuarta explica el segundo miembro -dichosos, porque ellos
tienen a Dios por rey-. De manera que él mismo nos ha dejado la
explicación. No hay que romperse la cabeza. Y esta explicación que
hemos visto es la que se ha dado en la Iglesia, por lo menos, hasta
el siglo XV; por tanto, no es ninguna cosa nueva. Es después cuando
han empezado a liarlo. Además, este significado de "espíritu"
que hemos visto, que es la interioridad del hombre en cuanto es
activa, es un significado hebreo, pero no era el significado de los
griegos y, sin embargo, éstos cuando lo leen, aunque no entienden
bien lo que dice Mateo, comprenden que aquí se trata de una pobreza
real. Por eso, Clemente de Alejandría, que es un autor griego de
hacia el año doscientos, fundador de la escuela de Alejandría,
explica las Bienaventuranzas; pero, claro, "espíritu ",
para un griego, ya no es la interioridad del hombre en cuanto es
activo sino que es una parte del hombre, lo que decirnos
,,alma", porque tienen una antropología distinta; y, entonces,
él dice: "Bueno, sí, pobres de espíritu, pero también de
dinero, también pobres de verdad". De manera que, a pesar de
no entender la antropología de Mateo, él comprende el sentido de
Mateo. Es decir, que estaba claro. Y vemos cómo todos los
fundadores de órdenes religiosas siempre han entendido que lo
primero es la pobreza. Que lo hayan practicado luego según el
Evangelio es otra cuestión, pero desde luego han entendido que el
punto fundamental es la pobreza. Y el campeón de la pobreza es San
Francisco de Asís.
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Jesús no viene a salvar las almas... |
Aquí hay que hacer una aclaración: esto no es para "salvar el alma". Jesús no viene a salvar las almas. Recordemos el episodio del hombre rico, que se acerca a Jesús angustiado y le dice: "¿Que tengo yo que hacer para alcanzar la vida eterna?", o sea para salvar el alma, como se ha dicho después, para encontrar el cielo después de la muerte. Y Jesús te dice: "Eso ya te lo han dicho. Moisés te lo dijo. Dios te lo enseñó por medio de Moisés: ser honrado". Y al enumerarle los mandamientos, Jesús se salta los tres primeros, que se refieren a Dios. El coge solo desde el cuarto en adelante, empezando por el quinto -no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, etc-, y luego pone el cuarto: sustentarás a tu padre y a tu madre. Porque es más importante la humanidad que la familia, y porque, además, con pretexto de la familia, uno esquiva los deberes que tiene hacia la humanidad. Por eso el cuarto, que es el de la familia, lo pone al final. Primero, lo que se refiere a todos los hombres, como principio general; por eso dice en Mateo: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". 0 sea, pórtate honradamente. El que se porta honradamente, en cualquier religión, o sin religión, ese tiene la vida futura. Por eso Jesús le dice: "¿Para qué me preguntas a mí eso, si ya lo sabes?". Jesús no viene a eso. Eso está dado desde siempre. Ser honrado, portarse bien con los demás, es el mínimo; y ese mínimo basta. De manera que aquí, en la primera bienaventuranza, no se trata de que, si no se cumple eso, vaya uno a condenarse. Nada de eso. Es que Jesús viene a otra cosa: a hacer que el hombre sea feliz desde aquí. Que experimente ya en la tierra lo que es el amor de Dios, que pueda desarrollarse plenamente según el proyecto creador, el plan de Dios. Y en una sociedad donde el hombre no es libre, donde el hombre está oprimido, donde está ahogado, como ésta, no puede desarrollarse, está mutilando su propia vida. Y esto va contra lo que Dios quiere. Por lo tanto, lo que Jesús viene a fundar es una sociedad nueva. El Reinado de Dios, en el lenguaje de ahora, es una sociedad alternativa, y el Evangelio es una contra-cultura, en el sentido en que niega los valores en que se funda esta cultura y propone otros. Y cultura en el más profundo sentido de la palabra, no en el sentido de música y poesía. Una cultura se basa sobre un sistema de valores, y sobre eso construye un modelo de sociedad. Y entonces, lo de Jesús es una contra-cultura, para usar los términos a los que estamos acostumbrados. El propone otro sistema de valores, los únicos verdaderos, y que son: el compartir (que las cosas sean comunes, que no haya necesidad entre nosotros porque todos nos ayudemos), la igualdad entre todos y el servicio en el lugar del poder. Estos son los valores que fundan la nueva sociedad. Sobre eso podemos organizar la nueva sociedad. Para eso ha venido Jesús. Por ello, esta opción es necesaria para empezar la nueva sociedad. Sin ella, no. Podemos ser muy buenos, podemos -por supuesto- salvamos, podemos hacer mucho bien en este mundo personalmente, pero no cambiaremos la sociedad. Como tantos santos que ha habido, que eran personas muy respetables y muchos de ellos muy buenos y han hecho mucho bien, pero no han cambiado la sociedad, que es lo que Jesús pretendía. Por eso, santos, en ese sentido, hay también en otras religiones, y no han cambiado tampoco la sociedad. Jesús lo que pretende es crear una nueva sociedad, que él no propone como utopía para el futuro -como Marx o Bakunin-, sino como una utopía para el presente. Hay que empezar hoy, haciendo eso hoy. ¿Que somos cuatro gatos?: pues cuatro gatos. Pero seremos más porque es libre la entrada. Esto es una opción libre. Aquí no se obliga a nadie, ni se le mete a nadie un libro rojo por las narices para lavarle el cerebro. Y no es de puro futuro, sino de presente y futuro, porque desde estos pequeños grupos donde se vea otro modo de vivir, donde la persona pueda ser libre, y estar alegre, y ser hermano de todos, y tener plena confianza de que nadie la va a poner una zancadilla y de que, cuando le haga falta, todos van a echarle una mano, cuando se vea esa nueva posibilidad, habrá otra mucha gente que se "apunte". Por eso es una utopía realizada. En pequeño, pero realizada. Jesús quiere que empecemos hoy. Y, además, es una utopía por realizar el que eso se extienda a toda la humanidad. De manera que, cuando se habla de la primera bienaventuranza como opción necesaria para el Reinado de Dios se trata de una sociedad nueva, que esto no es para salvarme yo. Por eso, al rico aquel que, cuando Jesús le recordó los mandamientos, le dijo: "Ya los he cumplido todos", Jesús le dice: "Pues entonces, te falta una cosa. Si quieres lo del Reinado de Dios, es otra cosa. Ahí hay que dar un paso más. Tú no puedes ser rico". Son dos cosas distintas; una cosa es ser bueno, que se puede ser muy bueno y salvarse, y otra es decir: "Aquí vamos a construir una sociedad nueva". Y ahora vamos a ver esa explicación que da Jesús de la primera bienaventuranza. Está en Mateo 6, 19 y dice: |
Acumuláis riquezas para tener seguridad... |
DEJAOS
DE ACUMULAR RIQUEZAS EN LA TIERRA, DONDE LA POLILLA Y LA CARCOMA LAS
ECHAN A PERDER, DONDE LOS LADRONES ABREN BOQUETES Y ROBAN
Es
decir, "acumuláis riquezas para tener seguridad; pues sabed
que no hay seguridad". Que es algo que vemos con frecuencia.
Acordémonos de, cuando en la guerra mundial, santísima gente se
quedó sin nada porque la inflación y la devaluación de la moneda
hizo que los capitales se redujeran a cero. Y lo mismo en nuestra
guerra. Es decir, esa seguridad que buscáis es una falsa seguridad.
Puede fallar. No siempre falla, pero puede fallar.
EN
CAMBIO, AMONTONAD RIQUEZAS EN EL CIELO, DONDE NI LA POLILLA NI LA
CARCOMA LAS ECHAN A PERDER, DONDE LOS LADRONES NO ABREN BOQUETES NI
ROBAN.
La
seguridad está en Dios. Estamos en la misma oposición: la riqueza
de aquí y otra clase de riqueza, que tiene relación con Dios (el
cielo es Dios). Y estarnos en lo del Reino. Ahí hay una seguridad
que nadie quita, que es amor mutuo que está en la comunidad, por el
cual yo sé que, cuando me haga falta, no estaré desamparado. Pero,
además, añade otra cosa:
PORQUE DONDE TENGAS RIQUEZA, TENDRÁS EL CORAZON
Uno
tiene el corazón en lo que le da seguridad. Si yo tengo seguridad
en la cuenta corriente, eso es lo que más me llega a mí. Si no
tengo eso, tengo libertad, puedo poner el corazón donde debo
ponerlo: en el grupo cristiano, en el Señor, porque no tengo otra
seguridad más que ésa. El hombre se define por sus seguridades y
por sus objetivos. Si tu objetivo es acumular dinero para tener
seguridad, eso te define. Por tanto, esto interpreta la palabra
"pobres". Pobres son los que no tienen dinero.
LA
ESPLENDIDEZ DA EL VALOR A LA PERSONA. SI ERES DESPRENDIDO, TODA TU
PERSONA VALE; EN CAMBIO, SI ERES TACAÑO, TODA TU PERSONA ES
MISERABLE. Y, SI POR VALER TIENES SOLO MISERIA, QUE MISERIA TAN
GRANDE!
Esta
segunda explicación es complicada en la traducción ordinaria, que
dice: "la lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano
todo tu cuerpo tendrá luz; si tu ojo está enfermo, todo tu cuerpo
está en tinieblas, y si todo lo que tienes en ti es tinieblas, ¡que
tinieblas tan grande!". Esta traducción es la que se encuentra
en casi todas las biblias, pero es mala.
En
primer lugar, lo que traducen por "ojo enfermo" no
significa eso. En griego significa "ojo malvado". Y lo que
traducen por "ojo sano", tampoco significa eso, pues lo
que quiere decir es "ojo sencillo o simple". Pero, ¿qué
significa "ojo malvado"?. Esta es una expresión del
Antiguo Testamento. Como Mateo escribe con mucho estilo judío, usa
una expresión muy antigua, en la que "ojo malvado"
significa la avidez de tener, que se traduce en envidia de los demás
o tacañería. 0 sea, el "tío agarrado", tacaño. En
cambio, en "ojo simple", la palabra "simple" la
usa el mismo San Pablo en el Nuevo Testamento para significar
generosidad. La simplicidad significa generosidad, por lo que simple
significa generoso. De manera que tenemos oposición entre tacañería
y generosidad. Por lo tanto, la perícopa se refiere al dinero. Eso
está claro. Y entonces ya podemos traducir.
"La
lámpara del cuerpo es el ojo". El cuerpo, como ya hemos visto,
no es para ellos como para nosotros -cuerpo y alma- una parte de la
persona, sino que es la persona entera. La persona en cuanto es
activa, identificable, comunicable. De manera que cuerpo hay que
entenderlo por "persona". Entonces, al decir que "la
lámpara del cuerpo es el ojo", ojo está aquí en su sentido
positivo, porque la lámpara da luz, y vernos que en castellano hay
una metáfora por la que "ser espléndido" significa al
mismo tiempo "luminosidad" y "generosidad";
"espléndido" es algo que resplandece, que tiene luz pero,
al mismo tiempo, en nuestro idioma, un hombre espléndido es un
hombre generoso; y el mismo juego se da en griego. Este
"ojo" en sentido positivo es la esplendidez, por eso es lámpara
que da luz y, entonces, da un valor positivo a la persona. Por
tanto, la traducción es ésta: "la esplendidez da el valor a
la persona. Si eres desprendido -el ojo simple, generoso,
desprendido- toda tu persona ya bien, tu cuerpo está iluminado,
tiene valor, tu persona vale; en cambio, si eres tacaño -el ojo
malvado- toda tu persona es miserable. (La "tinieblas"
significa la "miseria") y, si por valer tienes solo
miseria, ¡que miseria tan grande!.
Vemos,
por tanto, aquí que, como de lo que se está tratando es del
dinero, Jesús pone una contraposición entre ser espléndido y
generoso, y ser tacaño. Y dice: ¿qué es lo que da valor a la
persona?: el ser generoso, el ser espléndido. Y, en cambio, el ser
tacaño es la miseria de la persona. Sigue así explicando la
primera bienaventuranza. De manera que ¿en qué consiste ser
pobre?: además de "en no tener mucho", significa ser
generoso, ser espléndido, ser desprendido; es decir, el compartir.
En la comunidad nueva, en la sociedad nueva que él quiere fundar,
la gente renuncia a que el valor del dinero sea el objetivo de su
vida, sea el ídolo de su vida, el valor supremo. Por lo tanto, no
se puede tener demasiado dinero, pero, dentro de lo que tengan, hay
que ser desprendido, hay que estar dispuesto a ayudar, y así se
crea la nueva sociedad. De manera que- 12 una vida modesta y 29 una
disposición a compartir. Estos son los rasgos de esa pobreza por la
que se ha optado en la primera bienaventuranza.
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Es optar por lo que ahora llamaríamos un nivel de vida modesto... |
NADIE
PUEDE ESTAR AL SERVICIO DE DOS AMOS, PORQUE ABORRECERÁ A UNO
Y QUERRÁ AL OTRO, O BIEN, SE APEGARA A UNO Y DESPRECIARA AL OTRO.
NO PODÉIS SERVIR A DIOS Y AL DINERO.
Este
tercer trozo va al fondo de la cuestión. Lo que hemos dicho del
primer mandamiento de la Antigua Ley. No se pueden tener dos amos,
dos señores. Es lo que decíamos antes que es la idolatría. La
antigua idolatría de elegir a los falsos dioses, se ha concretado
en tiempos del Evangelio en que el falso dios, el que realmente
exige el homenaje de la humanidad entera, el que tiraniza a la
humanidad toda, es el dinero. Por lo tanto, hay que renunciar al
falso dios, para ser fieles al único Dios verdadero.
Con
estas tres perícopas ha explicado Jesús qué significa ser pobre.
Es optar por lo que ahora llamaríamos un nivel de vida modesto. Y
dentro de eso que uno tiene, vemos que él nunca dice que hay que
tenerlo todo en común, sino que cada uno dispone de lo poco que
tenga, pero, ese disponer, tiene que ser desprendido, estar
dispuesto a ayudar. Es el compartir propio de la comunidad
cristiana. Y esta opción significa ser fiel al único Dios
verdadero.
Y
ahora, Jesús va a explicar la segunda parte de la bienaventuranza:
"tener a Dios por rey", que es lo que da sentido a la
bienaventuranza. Es dichoso porque tiene a Dios por rey, pues si uno
sencillamente optase por no tener nada, no podría ser dichoso, ya
que eso es una situación de inferioridad, de miseria y de
dependencia, Y aquí hay un dato: vemos que nunca se habla a nivel
individual -esto hay que tenerlo muy presente-, sino a nivel
comunitario. Todas las bienaventuranzas están en plural. Es decir,
Jesús no está dando aquí consejos de perfección para personas
elegidas; está hablando a todos los cristianos, a su futura
comunidad. Por lo tanto, estos ideales se pueden vivir en grupo, no
como individuo, pues uno puede decir: "Yo voy a tener poco
pero, si un día me hace falta, ¿qué hago?": ¡claro!, si no
son milagritos; esto es una realidad humana. Dice uno: "yo
tengo poco, pero tengo que buscarme una realidad humana. Dice uno:
"yo tengo poco, pero tengo que buscarme una seguridad de que me
quieren, entonces ya no necesito la otra". Pero siempre hay que
formar el grupo. Por eso, siempre habla en plural.
POR
ESO OS DIGO: NO ANDÉIS PREOCUPADOS POR LA VIDA, PENSANDO QUÉ VAIS
A COMER 0 A BEBER, NI POR EL CUERPO, PENSANDO QUÉ OS VAIS A VESTIR.
¿NO VALE MAS LA VIDA QUE EL ALIMENTO, Y EL CUERPO MAS QUE EL
VESTIDO?
Dios
nos ha dado la vida, nos ha dado el cuerpo. Pues, si nos ha dado lo
más, también nos dará lo menos. El que ha dado lo más, nos dará
también lo menos. No puede negamos lo necesario para la vida, lo
necesario para vivir. Está en un lenguaje precioso, un lenguaje que
pone los dos ejemplos: Dios se cuida de los pájaros y de las
flores. Si de eso, que vale tan poco, Dios tiene tanto cuidado, ¿cuánto
más de nosotros?.
FIJAOS
EN LOS PÁJAROS: NI SIEMBRAN, Ni SIEGAN, NI ALMACENAN; Y SIN EMBARGO
VUESTRO PADRE CELESTIAL LOS ALIMENTA. ¿NO VALÉIS VOSOTROS MUCHO
MAS QUE ELLOS? 'V,'¿QUIÉN DE VOSOTROS, A FUERZA DE PREOCUPARSE,
PODRÁ AÑADIR UNA HORA SOLA AL TIEMPO DE SU VIDA?
El
agobio no sirve para nada. La preocupación no hace más que ocupar
la cabeza, y no resuelve absolutamente nada.
Y,
¿POR QUE ANDÁIS PREOCUPADOS POR EL VESTIDO? DAOS CUENTA DE COMO
CRECEN LOS LIRIOS DEL CAMPO, Y NO TRABAJAN NI HILAN. Y OS DIGO QUE
NI SALOMÓN EN TODO SU FASTO ESTABA VESTIDO COMO ELLOS. PUES, SI A
LA HIERBA, QUE HOY ESTA EN EL CAMPO Y MAÑANA SE QUEMA EN EL HORNO,
LA VISTE DIOS ASÍ ¿NO HARÁ MUCHO MAS POR VOSOTROS, GENTE DE POCA
FE?
La
promesa está clara. Es lo mismo que "dichosos los
pobres"; cosa que parece una contradicción, pero no lo es, y
ya hemos visto por qué. Y ahora dice que, en esta comunidad humana,
en este grupo donde está presente el amor del Padre, que se traduce
en el amor de unos por otros, ahí no os preocupéis, porque nunca
faltará nada.
|
Existe gente que está dispuesta a darse y a entregarse a los demás... |
CON
QUE, NO ANDÉIS PREOCUPADOS PENSANDO QUÉ VAIS A COMER 0 QUÉ VAIS A
BEBER, O CON QUÉ OS VAIS A VESTIR. SON LOS PAGANOS QUIENES PONEN SU
AFÁN EN ESAS COSAS.
Los
que no conocen a Dios, ésos tienen que estar siempre preocupados
por el futuro; los que no conocen el amor de Dios, los que no tienen
esa experiencia. La experiencia del amor de Dios es doble: una
interior y otra exterior. Y la exterior da validez a la interior.
Uno puede estar lleno de ese sentimiento del amor que Dios nos
tiene, y es cosa buenísima, pero eso puede ser una ilusión que yo
llevo dentro y que yo me crea. Hasta que yo no vea que eso es
realidad fuera, que hay gente que verdaderamente quiere, que yo me
dedico a querer así y que hay otros que se dedican a quererme a mí,
no podré yo estar seguro de que no era una ilusión. Hasta que no
se traduce en conducta, toda la experiencia interna puede ser
ilusoria. Por eso, el único "test" es el cambio de
conducta. Si una persona que dice que tiene mucho amor, que siente
mucho el amor de Dios, no traduce eso en su conducta y, realmente,
no se porta con amor con los demás, esa experiencia es ilusoria.
Por eso, cuando se dice de una persona “es muy religiosa, es muy
buena, es muy piadosa...”, yo digo "pues, mire usted, es como
si me dijera que es rubia o morena; eso no significa nada desde el
punto de vista de la calidad de una persona; cuando usted me diga
que se porta muy bien con todos, eso ya es otra cosa". Así ya
se puede ser rubia, morena, religiosa, etc.: da igual; la praxis es
lo que da validez a la experiencia interna. Aunque no es qué la
suplante, pues no podemos llegar a una praxis auténtica y profunda
si no hay antes una experiencia. La experiencia es necesaria,
absolutamente necesaria. Hay que tener la experiencia del amor de
Dios, del amor del Padre, del amor del Señor, del Espíritu y,
desde ahí -si eso es auténtico-, tiene que traducirse en una práctica,
ya que es un impulso del Espíritu, la comunicación de la fuerza,
de la vida y del amor de Dios. Si no se traduce, es que la
experiencia es falsa, es que es una ilusión y no sirve para nada.
Cosa que ocurre a menudo. Por eso aquí se trata de ese amor del
Padre, que se experimenta a través de todos. Que uno siente dentro,
pero que, además ve que eso es verdad porque lo experimenta fuera,
porque existe gente que -como uno mismo- está dispuesta a darse y a
entregarse a los demás.
YA
SABE VUESTRO PADRE DEL CIELO QUE TENÉIS NECESIDAD DE TODO ESO.
BUSCAD PRIMERO QUE REINE SU JUSTICIA, Y TODO ESO SE OS DARÁ POR AÑADIDURA.
"Reine
su justicia" es la labor, lo que ha dicho antes en las
Bienaventuranzas: "trabajar por la paz", que es la
justicia y la felicidad de los hombres. "Vosotros, trabajad,
que es lo que va a demostrar vuestra experiencia de Dios. Cuando os
dediquéis a hacer bien a los demás, a trabajar por la felicidad de
todos, por el bien de todos, por suprimir la injusticia en el mundo,
entonces vuestra experiencia es auténtica, entonces es real, que el
Padre está con vosotros, y entonces no os tenéis que preocupar. Si
el Padre está con vosotros, no os faltará nada".
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Pues mañana será otro día como hoy... |
TOTAL, QUE NO ANDÉIS PREOCUPADOS POR EL MAÑANA, PORQUE EL MAÑANA TRAERÁ SU PROPIA SOLUCIÓN. A CADA DIA LE BASTA SU DIFICULTAD.
De
manera que no hay que echar cuentas: y mañana ¿qué?, pues mañana
será otro día como hoy. Por lo tanto, si el amor del Padre
funciona hoy, también funcionará mañana.
Así
explica Jesús la primera bienaventuranza: 12 ser pobres, es decir,
no acumular dinero; 22 compartir, esa generosidad, esa disposición
a ayudar; y 3º eso es la auténtica fidelidad a Dios. Y eso es la
realidad del Reinado de Dios entre nosotros. El sabe todo lo que
nosotros necesitamos. Cuando esta comunidad está realmente
trabajando en la obra del Padre, de procurar que la gente esté
bien, que la gente sea persona, que sea feliz, que se suprima la
injusticia, la opresión y todo lo que mutila al hombre, entonces no
os preocupéis, en esa comunidad que sabe entregarse no habrá
dificultad para nadie.
Hay
también otros pasajes en Mateo que se refieren a lo mismo, porque
es un punto y una opción tan importante, que el Señor lo va a
mencionando de diversas maneras. Por ejemplo, los episodios de los
panes, que solemos llamar "la multiplicación de los
panes", aunque el Evangelio no habla de multiplicación. Ahí
tenemos también lo del compartir. Lo que hace el Señor es que todo
el alimento que tiene el grupo, han de ponerlo en común con la
gente. No una parte, sino todo. Este episodio –que es doble, uno
con los judíos y otro con los paganos- es un ejemplo de cómo el
compartir produce la abundancia. No es tanto que el Señor, con su
potencia milagrosa, saque cinco mil bocadillos para la gente, pues
eso es una cosa que, al fin y al cabo, para el Dios creador del
mundo es bien poco, sino el compartir, el poner las cosas en común,
hace que haya para todos y, además que continúa la generosidad del
Dios creador. Por eso, el Señor bendice a Dios, da gracias a Dios
por el pan, con lo que está diciendo que ese pan es de Dios, que no
es nuestro, que es don suyo y, entonces, nosotros continuamos esa
misma generosidad dándolo también a los demás, poniéndolo en común
con los demás, que es para lo que nos lo ha dado.
Y
de esta manera, sobra. Sobran doce cestos, porque Israel está
constituido por doce tribus. Todas las cifras son simbólicas. Hay
cinco panes y dos peces, que son siete, el número de la totalidad.
Es decir, que todo hay que ponerlo en común porque todo es de Dios,
todo nos lo ha dado como don y, por lo tanto, los hombres ya no
pueden reservarse ese don para sí, sino que tienen que compartirlo
con la humanidad. Y, si hiciera eso, se saciaría el hambre de todo
Israel (doce cestos son igual a doce tribus). Y con los paganos, al
compartir, se saciaría el hambre del mundo.
De
manera que éstos no son propiamente milagros, sino lecciones que da
Jesús para decimos lo mismo que antes, cuando hablaba de que la
esplendidez da el valor a la persona. Si eres generoso, si eres
desprendido, toda tu persona vale; si no, ¡qué miseria tan
grande!. Y aquí está el ser desprendido: lo que uno tiene no lo
considera sólo para sí sino que, ante la necesidad del prójimo,
hay que ponerlo en común. En realidad, Jesús da un modelo de
sociedad, porque los discípulos le proponen ir a comprar pan y
consideran que no tienen dinero para comprar todo el que hace falta.
0 sea, con el sistema del comprar-vender, que es la economía de
mercado, economía del que tiene mucho y cede una parte solamente
por medio de un precio, el precio que él le pone, esta economía es
la ordinaria en el mundo, y lo ha sido siempre, esta economía nunca
bastará para saciar el hambre, para remediar la necesidad de los
hombres. Y lo vemos todos los días. En nuestras regiones no suele
haber hambre, pero en una tercera parte del mundo o más, el hambre
es crónica y no se arregla. Y Jesús, en este episodio, lo que da
es un modelo de sociedad que, en vez de ser ésta de los que
acaparan y luego venden, y el que no tiene para pagar se queda sin
comer, que es la injusticia, es la sociedad que comparte, todo
sobra. Y esto está en relación con la primera bienaventuranza.
Y
lo mismo quiere expresar con aquella "parábola del
tesoro", cuando dice que el Reino de Dios es como un hombre que
encuentra un tesoro en el campo y, entonces, de la alegría, vende
todo lo que tiene y compra aquel campo. Aquí da la motivación. De
manera que es el descubrimiento de un valor extraordinario -que es
el tesoro- ante el cual todos los demás valores palidecen, quedan
secundarios. Ante la alegría de haber encontrado el amor, la
solidaridad con todos, el hacer una sociedad nueva, que es el
Reinado de Dios, todo lo demás pierde importancia. Porque, no es
que la opción de la primera bienaventuranza se haga a rastras, de
mala gana, a contrapelo, porque el Señor lo manda y yo tengo
que hacerlo, sino que de la alegría de haber
encontrado ese tesoro, vende todo lo que tiene y compra el campo
aquel, ya que el valor que ha descubierto es superior a todos los
valores que conocía, incluido el dinero.
Podemos
concebir esto de dos maneras: como un mandato del Señor que no es
mandato, en realidad, sino invitación, y si lo adoptarnos por ese
motivo es infantilismo puro. 0 porque el Señor nos ha abierto los
ojos y hemos comprendido que es el único camino y, entonces, somos
nosotros los que estamos convencidos, lo hacemos por convicción
propia. El Señor nos ha abierto los ojos, nos ha indicado dónde
está la lacra de la sociedad, nos da esa fuerza, ese Espíritu para
ser capaces de ponerlo en práctica, pero, como nosotros no
consideramos eso como convicción propia, como lo hagamos porque
estamos convencidos de que no hay otra manera, no estaremos haciendo
nada. Estaremos en un puro infantilismo de que "papá lo
manda", y eso no es -adulto en ningún supuesto. No es eso. Con
él, pero convencidos como él. Y así actuamos con la plenitud de
nuestro ser, de nuestra fuerza y, además, no hay quien nos desvíe
de nuestro camino. Pues si lo hacemos porque nos lo mandan, entonces
un día diremos "¡que incómodo, ¿no?; este señor es tan
exigente ... !". No, así no jugamos. Tiene que ser porque sea
convicción personal nuestra. Como gente adulta, que es lo que él
pretende, naturalmente. Por eso vamos con él. No bajo él, ni a sus
órdenes, sino con él. Seguirnos el mismo camino, acompañándolo a
él. No a las órdenes del líder, que él no lo es ni quiere serio,
pues no nos llama siervos, sino amigos colaboradores.
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