Juan Gil (Olvés, provincia de Zaragoza, ¿1495? - Sevilla, 1556) Teólogo evangélico, procesado y sentenciado a muerte por la Inquisición, comúnmente llamado por su nombre latinizado, el doctor Egidio.
Allí desempeñó su labor, difundiendo una sensibilidad religiosa que entroncaba directamente con el ambiente erasmista y valdesiano, gratos al arzobispo Manrique. Paulatinamente derivó hacia una mística de la justificación por la fe y se convirtió en uno de los más amplios difusores de la sensibilidad religiosa protestante en Sevilla, pero también en Valladolid o en Aragón, de donde era originario.
Fue condenado en 1552 una primera vez por el Santo Oficio, obligado a retractarse un domingo de gran afluencia en la catedral y una segunda vez después de fallecido, en 1560, cuando se confirmó su activo protagonismo como difusor de la fe reformada en la península; con este motivo sus huesos fueron desenterrados y quemados junto con los de Constantino Ponce de la Fuente, quien le había sucedido en la catedral.
Biografía
Profesor en Alcalá de Henares hasta finales de la década de 1530, formaba parte de las clientelas del inquisidor general Alonso Manrique, y cuando éste se retiró a Sevilla, en 1529, huyendo del ambiente pesado de la corte, le hizo venir y elegir a la canonjía magistral de la catedral hispalense.Allí desempeñó su labor, difundiendo una sensibilidad religiosa que entroncaba directamente con el ambiente erasmista y valdesiano, gratos al arzobispo Manrique. Paulatinamente derivó hacia una mística de la justificación por la fe y se convirtió en uno de los más amplios difusores de la sensibilidad religiosa protestante en Sevilla, pero también en Valladolid o en Aragón, de donde era originario.
Fue condenado en 1552 una primera vez por el Santo Oficio, obligado a retractarse un domingo de gran afluencia en la catedral y una segunda vez después de fallecido, en 1560, cuando se confirmó su activo protagonismo como difusor de la fe reformada en la península; con este motivo sus huesos fueron desenterrados y quemados junto con los de Constantino Ponce de la Fuente, quien le había sucedido en la catedral.
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