Nacido de padre portugués y madre canarese en Basein, India oriental, por el año 1556 o 1557; murió el 5 de Febrero de 1597. Su educación temprana fue confiada a los jesuitas, quienes lo criaron en su colegio en la fortaleza de Basein. A los veinticuatro o veinticinco años fue a Japón en compañía de algunos Padres jesuitas a quienes se les ordenó, en 1580, dejar Bassein, y unirse a su misión en el aquel país. Adquirió rápidamente conocimiento de la lengua; y como él era de una disposición amable se ganó los corazones de la gente y dio gran servicio como catequista por ocho años. Entonces dejó esta clase de ocupación y se encaminó a Alacao con propósitos de comerciar. Su negocio pronto prosperó y sucursales fueron abiertas en diversos lugares. Durante sus visitas frecuentes a Manila él se relacionó con los franciscanos, y siendo atraído más y más hacia ellos, finalmente se unió a la orden Seráfica como hermano lego. Navegó de las islas filipinas con otros compañeros de religión subordinados a Pedro Bautista, el 26 de mayo de 1592, como parte de una embajada del gobernador español al emperador de Japón. Después de trabajar entusiastamente para la gloria de Dios por más de cuatro años, el emperador Taiko-Sama, sospechando que los misioneros tenían como objetivo el derrocamiento de su trono, ordenó a San Gonzalo y sus compañeros que se recluyeran en su convento en Miaco el 8 de diciembre de 1596. Días después, cuando cantaban vísperas, fueron aprendidos y con sus manos atadas a la espalda fueron llevados a prisión. El 3 de enero 1597, a veintiséis confesores, San Gonzalo entre ellos, les cortaron el extremo de la oreja izquierda; pero fueron recogidas con gran respecto por los cristianos. El 5 de febrero del mismo año, el día del martirio, San Gonzalo fue el primero en ser extendido, y clavado a la cruz, que entonces fue levantada en medio de sus compañeros. Dos lanzas, perforando el cuerpo de un lado al otro y atravesando el corazón, mientras que el santo cantaba alabanzas a Dios durante la imposición de la tortura, pusieron fin a sus sufrimientos y ganaron para Gonzalo la corona del martirio. En 1627 estos veintiséis siervos de Dios fueron declarados venerables por Urbano VIII; su fiesta tiene lugar el 5 de febrero, el aniversario de su padecimiento; y en 1629 su veneración fue permitida en toda la Iglesia Universal. La gente de Basein practicó la devoción hacia el santo; después de la severa persecución a la cual el cristianismo fue sometido en esa región, a partir de 1739, fue olvidado gradualmente por completo hasta que un escritor bien conocido, recientemente emprendió la tarea de escribir la historia del lugar, y atrajo la atención del público hacia San Gonzalo García. Debido a los esfuerzos loables de un sacerdote secular, y al gran interés mostrado por el obispo de Damaun en la promoción de la devoción hacia el santo, la fiesta de San Gonzalo ahora se celebra anualmente con gran solemnidad; y peregrinos de todas las partes de Basein, de Salsette, y de Bombay acuden al lugar en esa ocasión.
Bula de Canonización; Biblioteca Histórica Filipina; Suplemento a RIBADENEIRA, Historia del Archipiélago Oriental; GUERIN, Vida de los Santos; FERNANDES, Vida de San Gonzalo García; DE MONTE ALVERNE, Panegírico sobre San Gonzalo García; Bombay Catholic Examiner de 1903, 1904; O Anglo Lusitano de 1903, 1904.
MANOEL D'SÁ Trascrito por Joseph E. O'Connor Traducido por José Luis Fernández
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