El Edén (en hebreo
עדן) es, según el relato bíblico del libro del Génesis,
el lugar donde habría puesto Dios al hombre
después de haberlo creado a partir del polvo de la tierra.
En el libro Génesis en su capítulo primero, versículos 29 y 30 de describe la dieta vegetariana del paraíso original:
En el jardín del edén Dios habría colocado dos árboles especiales, llamados el árbol de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida; y, además, en este huerto, Dios habría colocado a Adán y Eva, para que vivieran.
En este lugar, Dios le otorgaría al hombre todo aquello que necesitase para tener gozo, placer y armonía, de este modo no le faltaría nada.
Aquí también Adán y Eva desobedecieron a Dios y comieron la fruta del Árbol de la ciencia del bien y del mal. Fueron maldecidos por su desobediencia: él trabajaría con el sudor de su frente, ella daría a luz con dolor y la culebra reptaría.
Luego fueron expulsados para evitar que el hombre alcanzara la vida eterna, pues ya tenía conocimiento del bien y mal al igual que la mujer provocó al hombre para que comiera del fruto del conocimiento. Esto está bien explicado en Génesis 3:22 y 3:24.
EDÉN (Placer). 1. Región en la que el Creador dispuso un parque o jardín como hogar original para la primera pareja humana. El que se diga que el jardín estaba “en Edén, hacia el este”, debe indicar que ocupaba solo una porción de la región llamada Edén. (Gé 2:8.) Sin embargo, después se le llama “el jardín de Edén” (Gé 2:15), y en textos posteriores se le denomina “Edén, el jardín de Dios” (Eze 28:13) y “el jardín de Jehová”. (Isa 51:3.) La Versión de los Setenta tradujo la palabra hebrea para “jardín” (gan) por la palabra griega pa‧rá‧dei‧sos. A este hecho se debe la asociación de la palabra española “paraíso” con el jardín de Edén. Génesis 2:15 dice que “Jehová Dios procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de Edén”. Estas palabras no significan que la creación del hombre se efectuó fuera del jardín, sino simplemente que Dios ‘tomó’ al hombre en el sentido de que lo formó y creó de los elementos de la tierra, y luego lo dejó en el jardín en el que tendría que vivir. La asignación de trabajo del hombre era cultivar y cuidar del jardín. Entre los árboles y las plantas de Edén se hallaban todas aquellas especies que embellecían el paisaje, así como las que proveían alimento en amplia variedad. (Gé 2:9, 15.) Este hecho por sí solo indica que el jardín debió tener una extensión considerable. Existía una gran variedad de vida animal en el jardín. Dios puso ante Adán “todos los animales domésticos y [...] las criaturas voladoras de los cielos y [...] toda bestia salvaje del campo”, y una de las primeras tareas de Adán consistió en poner nombre a todos ellos. (Gé 2:19, 20.) Las aguas del río “que procedía de Edén” regaban el suelo de Edén. (Gé 2:10.) El hecho de que el hombre estaba desnudo permite suponer que el clima era templado y agradable. (Gé 2:25.)
En la mitología Sumeria, el dios Enki creó a los seres humanos y un lugar donde el hombre podía vivir sin miedo a los animales, un lugar sin terror; pero posteriormente Enki descubrió que los humanos tenían un comportamiento inadecuado, y por ello los expulsó de este paraíso.
Por otra parte resulta contradictorio que, estando el Eden ubicado hacia el Oriente, sea precisamente en la puerta oriental de éste donde Dios pusiese un querubín guardián, lo que alimenta las tesis de que el jardín del Edén bien pudiera ser una adopción semita del mito del Jardín de las Hespérides, situado al Occidente y donde un dragón de cien cabezas llamado Ladón (de evidente homofonía con Eden), actúa de guardián del árbol de la inmortalidad, el robo de cuyos frutos también es considerado sacrilegio por Hera.
Y Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso ahí al hombre que había formado.
Tomó, pues, Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase.
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[editar] Etimología de la palabra Edén
La palabra Edén suele ser utilizada como sinónimo de Paraíso. Sin embargo, la palabra «Paraíso» originalmente se refiere a un bello jardín extenso; mientras que «Edén», es una palabra de origén acadio (un pueblo de estirpe semita), cuyo significado se refiere a un lugar que es puro y natural. Así, Edén se refiere más bien a una región geográfica, mientras que el Paraíso se refiere a un lugar más específico (un huerto o jardín situado en la parte oriental de dicha región).[editar] Descripción e historia
En la Biblia se indica que el Edén es un huerto o jardín que habría existido (al oriente), indicando su existencia en una región que se hallaría en el Cercano Oriente. Igualmente se dice que de él salía un río que se dividía en cuatro, llamados: río Pisón, que se dice, rodeó toda la tierra de Havila; el río Gihón, que habría rodeado toda la tierra de Cus (Etiopía); el río Hidekel (río Tigris); que iría al oriente de Asiria; y el río Éufrates.En el libro Génesis en su capítulo primero, versículos 29 y 30 de describe la dieta vegetariana del paraíso original:
"29 También [Dios] les dijo [a Adán y Eva]: «Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla;todo esto les servirá de alimento. 30 Y doy la hierba verde como alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se arrastran por la tierra.»"Igualmente en Génesis 9:3 nos dice que podemos comer todo lo que se mueva y tenga vida, al igual que las verduras, que todo podemos comer.
Nueva Versión Internacional (NVI)
En el jardín del edén Dios habría colocado dos árboles especiales, llamados el árbol de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida; y, además, en este huerto, Dios habría colocado a Adán y Eva, para que vivieran.
En este lugar, Dios le otorgaría al hombre todo aquello que necesitase para tener gozo, placer y armonía, de este modo no le faltaría nada.
Aquí también Adán y Eva desobedecieron a Dios y comieron la fruta del Árbol de la ciencia del bien y del mal. Fueron maldecidos por su desobediencia: él trabajaría con el sudor de su frente, ella daría a luz con dolor y la culebra reptaría.
Luego fueron expulsados para evitar que el hombre alcanzara la vida eterna, pues ya tenía conocimiento del bien y mal al igual que la mujer provocó al hombre para que comiera del fruto del conocimiento. Esto está bien explicado en Génesis 3:22 y 3:24.
El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, lo coma y viva para siempre.Para la protección del Edén y el camino hacia del árbol de la vida, La Biblia dice que Dios puso unos querubines al oriente del huerto de Edén, y una espada ardiente.
EDÉN (Placer). 1. Región en la que el Creador dispuso un parque o jardín como hogar original para la primera pareja humana. El que se diga que el jardín estaba “en Edén, hacia el este”, debe indicar que ocupaba solo una porción de la región llamada Edén. (Gé 2:8.) Sin embargo, después se le llama “el jardín de Edén” (Gé 2:15), y en textos posteriores se le denomina “Edén, el jardín de Dios” (Eze 28:13) y “el jardín de Jehová”. (Isa 51:3.) La Versión de los Setenta tradujo la palabra hebrea para “jardín” (gan) por la palabra griega pa‧rá‧dei‧sos. A este hecho se debe la asociación de la palabra española “paraíso” con el jardín de Edén. Génesis 2:15 dice que “Jehová Dios procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de Edén”. Estas palabras no significan que la creación del hombre se efectuó fuera del jardín, sino simplemente que Dios ‘tomó’ al hombre en el sentido de que lo formó y creó de los elementos de la tierra, y luego lo dejó en el jardín en el que tendría que vivir. La asignación de trabajo del hombre era cultivar y cuidar del jardín. Entre los árboles y las plantas de Edén se hallaban todas aquellas especies que embellecían el paisaje, así como las que proveían alimento en amplia variedad. (Gé 2:9, 15.) Este hecho por sí solo indica que el jardín debió tener una extensión considerable. Existía una gran variedad de vida animal en el jardín. Dios puso ante Adán “todos los animales domésticos y [...] las criaturas voladoras de los cielos y [...] toda bestia salvaje del campo”, y una de las primeras tareas de Adán consistió en poner nombre a todos ellos. (Gé 2:19, 20.) Las aguas del río “que procedía de Edén” regaban el suelo de Edén. (Gé 2:10.) El hecho de que el hombre estaba desnudo permite suponer que el clima era templado y agradable. (Gé 2:25.)
[editar] Relación entre la historia del jardín del Edén del génesis Bíblico y del génesis Sumerio
Del mismo modo que sucede con la historia bíblica del Diluvio universal, y la historia de Gilgamesh de la Mitología sumeria; se pueden encontrar puntos u origen en común, o influencia con la historia bíblica de la creación del Hombre.En la mitología Sumeria, el dios Enki creó a los seres humanos y un lugar donde el hombre podía vivir sin miedo a los animales, un lugar sin terror; pero posteriormente Enki descubrió que los humanos tenían un comportamiento inadecuado, y por ello los expulsó de este paraíso.
[editar] Debate sobre la existencia del huerto del Edén
Cuando en la Biblia se lo define como huerto, algunos grupos de personas y eruditos creen que se estaría aludiendo posiblemente a un lugar real, y no a una simple alegoría; ya que también se menciona un lugar geográfico, donde habría existido (al oriente), indicando una región que se hallaría en Cercano Oriente, al este del actual Israel, situándose de este modo en algún lugar de Mesopotamia o de Arabia. Sin embargo hay que tener en cuenta que a nivel científico e histórico, no existen pruebas que indiquen que haya existido realmente el Edén en esa zona geográfica, por lo menos, tal como está descrito en el Génesis.Por otra parte resulta contradictorio que, estando el Eden ubicado hacia el Oriente, sea precisamente en la puerta oriental de éste donde Dios pusiese un querubín guardián, lo que alimenta las tesis de que el jardín del Edén bien pudiera ser una adopción semita del mito del Jardín de las Hespérides, situado al Occidente y donde un dragón de cien cabezas llamado Ladón (de evidente homofonía con Eden), actúa de guardián del árbol de la inmortalidad, el robo de cuyos frutos también es considerado sacrilegio por Hera.
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