viernes, 21 de junio de 2013

Métodos de Abreviación

La utilización de abreviaturas se debe, en parte, a las exigencias que surgen de la misma naturaleza de los materiales empleados para efectuar los grabados, ya sea piedra, mármol, bronce o pergamino. Los talladores de lápidas y los copistas también se veían en la misma necesidad de sacarle el máximo provecho al espacio que disponían. Al principio de la era Cristiana no era frecuente encontrarse con el con uso de las abreviaturas ya que los materiales se encontraban en abundancia y por ende no existía la necesidad de limitarse en su uso. Sin embargo, alrededor del tercer o cuarto siglo, los materiales se tornaron escasos y costosos y los artistas que deseaban generalmente escribir textos extensos en superficies pequeñas, no podían hacerlo. Sin embargo, no nos detendremos aquí para discutir el uso de las abreviaturas en la escritura común. Los Romanos poseían un alfabeto conocido con el nombre de Notae Tironienses, el cual tenía el mismo propósito que nuestros sistemas modernos de taquigrafía. Para poderlo escribir se necesitaba haber seguido un curso y existe aún bastante incertidumbre en lo que se refiere al significado de los caracteres empleados.
Cuando comenzamos a analizar el tema de las inscripciones talladas en las piedras es que se encuentra uno con el uso harto frecuente de las abreviaturas, En ciertos períodos tardíos, por ejemplo, en España en la Edad Media, esta costumbre se torna excesiva a tal grado que resulta en la invención de símbolos que son indescifrables. Durante el período más sobresaliente de la epigrafía se observan ciertas reglas de manera estricta. Las abreviaturas más comúnmente usadas se dividen en dos ramas principales:


La reducción de la palabra a su letra inicial;
La reducción de la palabra a sus primeras letras en grupo o de varias letras tomadas a intervalos del cuerpo de una palabra y colocadas una al lado de la otra.
Esta última forma de abreviatura es prácticamente solo Cristiana, mientras que en las inscripciones paganas, el número de letras de una abreviatura es más o menos limitado aunque no se omite ninguna letra intermedia. Nos encontramos pues con las siguientes inscripciones: PON., PONT., PONTF., por Pontifex; DP., DEP., DPS., por Depositus; MCP por Municipii. También tenemos que una frase que se ha tornado ya en algo establecido debido a su uso constante se ha convertido en una fórmula y es muy raro encontrarla en otra forma que no sea en su abreviatura, por ejemplo, D.M. por Diis Manibus, IHS por Jesus, de la misma manera que hemos mantenido R.I.P. por requiescat in pace. Finalmente, nos encontramos en tumbas con epitafios completos donde el epitafio de un esposo a su esposa se escribe de la siguiente forma: DE qua N(ullum) D(olorem) A(cceperat) N(isi) M(ortis).

Otra forma de Abreviatura consiste en duplicar la última consonante de una palabra tantas veces como se alude a las personas, p.e. AVG por Augustus, AVGG por Augusti duo. Los grabadores sin embargo pronto comenzaron a tomarse libertades con relación a esta regla y en lugar de grabar COSS por Consulibus duobus, se inventaron la forma CCSS. Aun cuando en ocasiones se referían a tres o cuatro personas esta forma de duplicar la última consonate dio lugar, debido a la necesidad, en las abreviaturas al uso del signo de plural. También se utiliza muchísimo una línea horizontal sobre la letra o un grupo de letras, hecho que ciertamente fue destinado a convertirse en casi universal durante la Edad Media. Jamás se ha encontrado dificultad en establecer la fecha de monumentos cuando utilizaban esta abreviatura. Es en un período comparativamente tardío que se utilizó una línea ondulada o curvada en cada extremo y levantada al centro. El uso de ciertas Abreviaciones se ha extendido tanto que merecen una mención especial. Los manuscritos litúrgicos antiguos que contienen recensiones de Misas y que se conocen como Sacramentales, todos contienen las letras VD al comienzo del Prefacio, colocadas una al lado de la otra y unidas por una barra transversal. Mabillon interpreta este monograma como la fórmula de "Vere dignum et justum est, aequum et salutare", interpretación que ciertamente es la correcta. De acuerdo a varios manuscritos, el monograma representa las palabras vere dignum, o toda la formula; en la mayoría de los casos las letras VD representan la frase Vere dignum et Justum est, a la cual le sigue el resto del contexto, oequum et, etc. En un gran número de manuscritos, estas letras VD han encendido la imaginación de los iluminados y copistas. Sin embargo, es imposible ahondar en este tema. Bajo el desarrollo de los arabescos frondosos, de extravagancias de todo tipo, a menudo se torna difícil distinguir el contorno de las dos letras. El símbolo pasa los límites más y más y de una mera inicial se convierte en una página ornamental. La característica esencial varía poco, aunque nos encontramos con variaciones de cierta importancia. Fue inevitable pues, que los escritores medievales construyeran todo un sistema de misticismo y alegoría sobre la VD del Prefacio. John Beleth rector del colegio de teología en Pads, concibe una interpretación que la encontramos aceptable. Escribió que la D, es una letra completamente cerrada, que significa Divinidad, que no tiene ni comienzo ni final; y la V que es semi abierta significa la Humanidad de Cristo, que tuvo comienzo pero que no tiene fin; la barra diagonal que cruza las líneas superiores de la VD y forma una cruz, nos enseña que la cruz nos hace partícipes de la Dios. En Sicardus de Cremota y en Durandus de Mende encontramos fantasías de la misma clase. Diversos manuscritos contienen cientos de variaciones de prefacios; las letras iniciales sin embargo, no han sido dibujadas utilizando un patrón uniforme y los intentos importantes de ornamentación se encuentran invariablemente confinados al Praefatio Communis que inmediatamente precede el Canon de la Misa. Las primeras dos letras del Canon TE también han sido tema de diversas decoraciones, aunque menos curiosas y menos diversas que aquellas a las que nos referimos anteriormente.
Debemos mencionar una palabra con relación a la abreviatura D.O.M., algunas veces vista sobre los dinteles de las puertas de nuestras iglesias y no importa lo que se diga, jamás ha sido un símbolo Cristiano. La frase completa es Deo Optimo Maximo y originalmente se refería a Jupiter. La abreviatura IHV, la encontramos en un gran número de objetos diferentes: gemas antiguas, monedas, epitafios, dedicatorias y diplomas. El símbolo IHS estaba destinado a perdurar muchos años. Sin embargo, es desde la época de San Bernardino de Siena que se ha extendido tantísimo. Es imposible, con la información con que contamos, precisar si su origen es Griego o Latino. Finalmente, la abreviatura XM(GAMMA), que significa Christon Maria gennais la encontramos a menudo en monumentos de origen oriental.
LECLERCQ, in Dict. d arch ol. chr t. et de liturgie, I, 155-183, s.v.; MURATORI, Novus thesaurus veterum inscriptionum (Milan, 1739); DE ROSSI, Inscr. christ. urb. Romae (Rome, 1861); DUCHESNE, Origines du culte chr tien (Paris, 1898); ZELL, Handbuch der r mischen Epigraphik, 1850-57.
H. LECLERCQ
Traducido al español por Ana Laura Cox

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