El cristianismo ortodoxo de dogma eutiquiano, también conocido como eutiquianismo o monofisismo (del griego μόνος, monos, 'uno', y φύσις, physis, 'naturaleza'), es una doctrina teológica que sostiene que en Jesús sólo está presente la naturaleza divina, pero no la humana.
El dogma definido en Calcedonia y mantenido por la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica sostiene que en Cristo existen dos naturalezas, la divina y la humana «sin separación» y «sin confusión», según el símbolo Niceno-Constantinopolitano. Sin embargo, el monofisismo mantiene que en Cristo existen las dos naturalezas, «sin separación» pero «confundidas», de forma que la naturaleza humana se pierde, absorbida, en la divina.
Frente a esta postura se alzan Cirilo de Alejandría, como Patriarca de Alejandría y la escuela filosófica de dicha sede patriarcal, los cuales afirman que Jesucristo es una persona en la cual existen dos naturalezas, la divina y la humana, las cuales no están separadas.
La disputa, que no es sólo religiosa, sino también política, al estar detrás de ella la supremacía patriarcal de Constantinopla o de Alejandría, obliga al papa Celestino I a convocar un sínodo que se celebra en Roma en 430 y que condena las tesis de Nestorio aprobando las de Cirilo, que sostiene que en Jesucristo no hay dos personas sino solo una en las que sus dos naturalezas no están separadas.
Ante la condena, Nestorio convence al emperador Teodosio II para que convoque un concilio que ponga fin a la discrepancia entre los nestorianos y los cirilistas.
Dicho concilio se celebra en Éfeso, Anatolia (Turquía Asiática) en 431 y constituye el Tercer Concilio Ecuménico en cuya primera sesión, aprovechando la ausencia de Nestorio y de sus representantes, Cirilo consigue la aprobación de un decreto en el que se condenan las tesis nestorianas y consigue la excomunión del patriarca constantinopolitano.
Cuando los nestorianos llegan al concilio celebran una asamblea en la que condenan las tesis cirilistas y excomulgan a su vez a Cirilo.
Ante esta situación el emperador Teodosio II opta por encarcelar y declarar depuestos a Cirilo y Nestorio, aunque posteriormente, es persuadido por los legados papales para que aceptara las tesis de Cirilo y liberara a los dos patriarcas, volviendo Cirilo a Alejandría y retirándose Nestorio a un monasterio de Antioquia.
Con este concilio no se llegó sin embargo a una solución, ya que el problema seguiría existiendo y tendría una nueva activación cuando, tras la muerte de Cirilo, el abad alejandrino Eutiques (378-454) lleva al extremo las ideas de aquél al afirmar además que, después de la Encarnación, la humanidad de Cristo es en esencia distinta a la nuestra (Monofisismo).
Esta nueva postura obliga a la celebración, en 449, de un nuevo concilio en Éfeso presidido por Dióscoro, sucesor de Cirilo, quién, negándose a admitir a los legados del papa León I y a los teólogos antioquenos más importantes, logra que se reconozca el monofisismo como la doctrina oficial de la Iglesia.
El papa León no reconoció el resultado de dicho concilio, al que se referirá no como "concilium" sino como "latrocinium" (Latrocinio de Éfeso), y convocará con el apoyo de la emperatriz Pulqueria y su marido Marciano el Cuarto Concilio Ecuménico que celebrado en Calcedonia en 451, depondrá a Dióscoro, condenará como herética la doctrina monofisita y establecerá los cuatro adverbios que establecen la ortodoxia tanto frente a los herejes monofisitas: "inconfuse" e "inmutabiliter", como a los herejes nestorianos: "indivise" e "inseparabiliter".
Los enviados armenios, que llegaron tarde al Concilio, tampoco aceptaron la condena surgiendo la Iglesia Apostólica Armenia.
Algunas comunidades en Siria también estaban contra Calcedonia, por lo que posteriormente durante la época de Justiniano estas comunidades fueron organizadas y lideradas por Jacobo Baradeo de Edesa, amigo de la emperatriz Teodora, fundando la Iglesia Jacobita (también llamada Siriaca).
La Iglesia Ortodoxa Malankara que forma parte de la Iglesia Jacobita, junto a la Iglesia copta etíope y la Iglesia copta Eritrea que pertenecen a la Iglesia Copta también siguen doctrinas monofisitas.
El dogma definido en Calcedonia y mantenido por la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica sostiene que en Cristo existen dos naturalezas, la divina y la humana «sin separación» y «sin confusión», según el símbolo Niceno-Constantinopolitano. Sin embargo, el monofisismo mantiene que en Cristo existen las dos naturalezas, «sin separación» pero «confundidas», de forma que la naturaleza humana se pierde, absorbida, en la divina.
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Origen del monofisismo
El monofisismo tiene su origen en las disputas cristológicas que tuvieron lugar en Oriente durante el siglo V, como consecuencia de la postura ortodoxa fijada en el Segundo Concilio Ecuménico, celebrado en Constantinopla en 381 y que, para condenar el arrianismo, mantenía la igualdad de esencia entre el Padre y el Hijo. Posteriormente, Nestorio, como Patriarca de Constantinopla, y la escuela teológica de Antioquía, defienden que en Jesucristo existen dos personas, la divina y la humana, las cuales están totalmente separadas (nestorianismo). Esta herejía sería refutada en el Concilio de Éfeso del año 431.Frente a esta postura se alzan Cirilo de Alejandría, como Patriarca de Alejandría y la escuela filosófica de dicha sede patriarcal, los cuales afirman que Jesucristo es una persona en la cual existen dos naturalezas, la divina y la humana, las cuales no están separadas.
La disputa, que no es sólo religiosa, sino también política, al estar detrás de ella la supremacía patriarcal de Constantinopla o de Alejandría, obliga al papa Celestino I a convocar un sínodo que se celebra en Roma en 430 y que condena las tesis de Nestorio aprobando las de Cirilo, que sostiene que en Jesucristo no hay dos personas sino solo una en las que sus dos naturalezas no están separadas.
Ante la condena, Nestorio convence al emperador Teodosio II para que convoque un concilio que ponga fin a la discrepancia entre los nestorianos y los cirilistas.
Dicho concilio se celebra en Éfeso, Anatolia (Turquía Asiática) en 431 y constituye el Tercer Concilio Ecuménico en cuya primera sesión, aprovechando la ausencia de Nestorio y de sus representantes, Cirilo consigue la aprobación de un decreto en el que se condenan las tesis nestorianas y consigue la excomunión del patriarca constantinopolitano.
Cuando los nestorianos llegan al concilio celebran una asamblea en la que condenan las tesis cirilistas y excomulgan a su vez a Cirilo.
Ante esta situación el emperador Teodosio II opta por encarcelar y declarar depuestos a Cirilo y Nestorio, aunque posteriormente, es persuadido por los legados papales para que aceptara las tesis de Cirilo y liberara a los dos patriarcas, volviendo Cirilo a Alejandría y retirándose Nestorio a un monasterio de Antioquia.
Con este concilio no se llegó sin embargo a una solución, ya que el problema seguiría existiendo y tendría una nueva activación cuando, tras la muerte de Cirilo, el abad alejandrino Eutiques (378-454) lleva al extremo las ideas de aquél al afirmar además que, después de la Encarnación, la humanidad de Cristo es en esencia distinta a la nuestra (Monofisismo).
Esta nueva postura obliga a la celebración, en 449, de un nuevo concilio en Éfeso presidido por Dióscoro, sucesor de Cirilo, quién, negándose a admitir a los legados del papa León I y a los teólogos antioquenos más importantes, logra que se reconozca el monofisismo como la doctrina oficial de la Iglesia.
El papa León no reconoció el resultado de dicho concilio, al que se referirá no como "concilium" sino como "latrocinium" (Latrocinio de Éfeso), y convocará con el apoyo de la emperatriz Pulqueria y su marido Marciano el Cuarto Concilio Ecuménico que celebrado en Calcedonia en 451, depondrá a Dióscoro, condenará como herética la doctrina monofisita y establecerá los cuatro adverbios que establecen la ortodoxia tanto frente a los herejes monofisitas: "inconfuse" e "inmutabiliter", como a los herejes nestorianos: "indivise" e "inseparabiliter".
Iglesias monofisitas actuales
Sin embargo, la condena no fue aceptada por las congregaciones egipcias, por lo que el Patriarca de Alejandría Timoteo Eluro en el 457 rechazó el concilio y excomulgó al Papa y al resto de los Patriarcas dando origen a la Iglesia Copta.Los enviados armenios, que llegaron tarde al Concilio, tampoco aceptaron la condena surgiendo la Iglesia Apostólica Armenia.
Algunas comunidades en Siria también estaban contra Calcedonia, por lo que posteriormente durante la época de Justiniano estas comunidades fueron organizadas y lideradas por Jacobo Baradeo de Edesa, amigo de la emperatriz Teodora, fundando la Iglesia Jacobita (también llamada Siriaca).
La Iglesia Ortodoxa Malankara que forma parte de la Iglesia Jacobita, junto a la Iglesia copta etíope y la Iglesia copta Eritrea que pertenecen a la Iglesia Copta también siguen doctrinas monofisitas.
Véase también
Enlaces externos
- Monofisitas y Monofisismo. En Enciclopedia Católica. Consultado el 16 de marzo de 2012.
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