En el
capítulo sexto del Deuteronomio, poco después de los mandamientos, se
expone la plegaria judía más famosa, la shemá. Recibe este nombre porque
empieza por esa palabra, que en hebreo quiere decir «escucha»:
«Escucha,
Israel, el Señor es nuestro Dios, Dios es uno. Amarás al Señor, tu
Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas. Las
palabras que hoy te digo se grabarán en tu corazón y se las enseñarás a
tus hijos y hablarás de ellas estando en casa o de camino, cuando te
acuestes y cuando te levantes, las atarás a tu muñeca como símbolo y
serán en tu frente una señal, las escribirás en las jambas de tu casa y
sobre las puertas.»
Uno de los principios básicos del judaísmo es la unicidad de Dios y la obligación de amarlo de todo corazón.
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