Retrato de un rabino, cuadro de Salomón Koninck (1609-1656). Turín, Galería Sabauda.
Judío rezando, pintura de Marc Chagall, 1923. Chicago, The Chicago Art Institute.
El
culto en las sinagogas puede ser dirigido por cualquier fiel, aunque a
la hora de leer la Torá tienen preferencia los sucesores de los antiguos
linajes sacerdotales o kojanim, término en plural de kojen,
que quiere decir «sacerdote» (Cohen es un conocido apellido judío).
También tienen prioridad los levitas, por considerarse descendientes de
la tribu de Leví, hijo de Jacob, que se dedicaba especialmente al
sacerdocio. Sin embargo, el papel de ambos es nulo desde la destrucción
del templo de Jerusalén.
Con
el paso del tiempo la figura del rabino ha adquirido un peso cada vez
mayor en el desarrollo del culto. Él es el oficiante principal, al que
ayuda el jazán o «cantor», que dirige las partes cantadas de las
ceremonias. El rabino es también el guía espiritual de la comunidad
local. Suele resolver los litigios y dirigir la escuela religiosa judía o
yeshiva, aunque el director de la yeshiva también puede
ser otro miembro de la comunidad. Tradicionalmente el rabino era un
varón, pero en algunas comunidades judías más liberales pueden serlo
también las mujeres.
Otro
personaje importante en las comunidades judías, especialmente en el
pasado, es el escriba, que realiza las copias de la Torá en pergamino
para el culto. También escribe las oraciones que se ponen en las
filacterias y las que se incluyen en las jambas de las puertas de las
casas judías. Estos textos son sagrados, por lo que se espera que el
escriba tenga un comportamiento especialmente puro y respetuoso con la
religión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.