Mártir
de la primera mitad del siglo XII. Su fiesta se celebra el 31 de julio.
Su vida (Acta SS., Julio, VII, 340) es atribuida a San Brynolph, Obispo
de Skara, en Suecia (+ 1317). Provenía de una noble familia y se le
conoce como la hija de Jarl Guthorm. Cuando su esposo murió permaneció
viuda, dedicándose a la caridad y a la piedad; las puertas de su casa
estaban siempre abiertas para los necesitados, y la iglesia de Sköfde
fue casi enteramente construida a sus expensas. El marido de su hija era
un hombre muy cruel, y como consecuencia fue asesinado por sus propios
sirvientes. Sus familiares, deseando vengar su muerte, examinaron a los
sirvientes. Estos admitieron el crimen, pero afirmaron falsamente que
habían actuado por instigación de Elena. Entonces marchó en
peregrinación a Tierra Santa, pero en su regreso fue asesinada por el
año 1160 en Gothene. Por los mismos familiares de su marido. Su cuerpo
fue llevado a Sköfde para ser enterrado, y muchas curaciones
maravillosas sucedieron por su intercesión. El informe de estos milagros
fue enviado a Roma por Esteban, el arzobispo de Upsala, y éste, por
orden del papa Alejandro III, en 1164 inscribió su nombre en la lista de
santos canonizados (Benedicto XIV, "De canonizatione sanctorum", I,
85). Grande fue la veneración a sus reliquias, incluso después de que la
Reforma se extendió en Suecia. Cerca de su iglesia estuvo un santo bien
conocido en sus días como San Lene Kild. Varias veces las autoridades
luteranas censuraron este rescoldo de lo que ellos llamaron
superstición papal y anticristiana. Especialmente celoso en este sentido
fue el arzobispo Abraham, quien llenó todas las fuentes de agua con
piedras y escombros (Baring-Gould, "Lives of the Saints", July, II,
698). La tumba y manantial de Santa Elena (de Santa Elin) fueron también
veneradas en Tiisvilde, en la parroquia de Tibirke, en la isla de
Zealand. Había peregrinaciones cada verano, muchos lisiados y enfermos
iban; permanecían toda la noche junto a la sepultura, se llevaban bolsas
de tierra de allí, y frecuentemente dejaban sus bastones o exvotos en
señal de agradecimiento. Tal fue el informe enviado en 1658 desde
Copenhague a los Bollandistas por el jesuita Lindanus. Un informe
similar hizo Werlaiff, en 1858, en su "Hist. Antegnelser". La leyenda
dice que el cuerpo de Santa Elena llegó flotando hasta Tiisvilde en un
ataud de piedra, y que una fuente brotó donde el ataud tocó tierra. Los
Bollandistas (loc. cit.) dan una posible razón para su veneración en
Tiisvilde, que quizás Santa Elena había visitado el lugar, o que alguna
de sus reliquias había sido llevada allí.
DUNBAR, Dictionary of Saintly Women (London, 1904); PREGER in Kirchenlex.; THIELE, Danmarks Folkesagen (Copenhagen, 1843).
FRANCIS MERSHMAN Transcrito por Herman F. Holbrook Oh Santa Elena, y todos vosotros, santos mártires, rogad por nosotros. Traducido al español por Antonio Ramírez Climent.
DUNBAR, Dictionary of Saintly Women (London, 1904); PREGER in Kirchenlex.; THIELE, Danmarks Folkesagen (Copenhagen, 1843).
FRANCIS MERSHMAN Transcrito por Herman F. Holbrook Oh Santa Elena, y todos vosotros, santos mártires, rogad por nosotros. Traducido al español por Antonio Ramírez Climent.
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