- Leonor (m. 1202).8
- Constanza (m. 1242), religiosa en el Monasterio de las Huelgas de Burgos.8
- Fernando III (1199/1201-1252). Ocupó el trono castellano en 1217, a la muerte de Enrique I, y el trono leonés en 1230, a la muerte de su padre.8
- Alfonso (1202-1272). Señor de Molina y Mesa por su primer matrimonio con Mafalda González de Lara.8
- Berenguela (m. 1235). Contrajo matrimonio en 1224 con Juan de Brienne, rey-regente de Jerusalén8 posteriormente regente del Imperio Latino de Constantinopla.
- Urraca Alfonso de León, señora consorte de Vizcaya por su matrimonio con Lope Díaz II de Haro.10
- Fernando Alfonso de León (n. 1211),11 fallecido en su juventud.
- Fernando Alfonso de León (m. 1278). Fue deán de la catedral de Santiago de Compostela,13 arcediano) de la catedral de Salamanca y canónigo de la catedral de León.
- Rodrigo Alfonso de León (m. después de 1252), señor de Aliger y Castro del Río y adelantado mayor de la frontera de Andalucía, contrajo matrimonio con Inés Rodríguez, hija de Rodrigo Fernández de Valduerna "el Feo",15 señor de Cabrera y alférez del rey Alfonso IX.
- Aldonza Alfonso de León (m. después de 1267). Contrajo matrimonio con el conde Pedro Ponce de Cabrera,16 d hijo del conde Ponce Vela de Cabrera y la condesa Teresa Rodríguez Girón.
- Teresa Alfonso de León. Contrajo matrimonio con Nuño González de Lara "el Bueno",18 señor de la Casa de Lara.e No obstante, la mayoría de los cronistas sostienen que quien contrajo matrimonio con Nuño González de Lara fue Teresa Alfonso de Molina, hija del infante Alfonso de Molina.
- Sancha Alfonso de León (m. 1270). Contrajo matrimonio con Simón Ruiz de los Cameros, señor de los Cameros23 e hijo de Rodrigo Díaz de los Cameros y de Aldonza Díaz de Haro. Posteriormente profesó como religiosa en el convento de Santa Eufemia de Cozuelos de Ojeda que había fundado.23
- María Alfonso de León (m. después de julio 1275).f Contrajo un primer matrimonio con Álvaro Fernández de Lara. Fue concubina de su sobrino el rey Alfonso X de Castilla y, según el conde de Barcelos, contrajo un segundo matrimonio con Suero Arias de Valladares.23
- Martín Alfonso de León (m. 1268/1272), esposo de María Méndez de Sousa, fundadores del monasterio de Sancti Spiritus en Salamanca. No hubo descendencia de este matrimonio.24
- Urraca Alfonso de León (m. después de 1252). Contrajo un primer matrimonio con García Romeu,23 señor de Tormos, Pradilla y El Frago, y posteriormente con Pedro Núñez de Guzmán,23 señor de Guzmán.
- La titulación completa era Rex Legionis et Gallecie (rey de León y Galicia). En alguna ocasión también usó los títulos de Rex Badalloi (rey de Badajoz) y Rex Asturianum (rey de Asturias).
- Según la numeración cronológica real del Reino de León, debería haber sido conocido como Alfonso VIII, pero, históricamente se le asignó el ordinal IX, como forma de entroncar las cronologías de León y de Castilla —en Castilla reinaba por aquel entonces Alfonso VIII—. Sin embargo, en las Siete Partidas de su nieto Alfonso X, este afirmaba ser Afonso IX
- Es posible que, aparte de Fernando Alfonso, fuesen padres de otro hijo llamado Juan Alfonso quien aparece en algunos documentos con los hijos de Estefanía habidos de su matrimonio con Rodrigo Suárez.12
- Aldonza y su esposo Pedro aparecen juntos por primera vez el 10 de junio de 1230 cuando ambos donaron al monasterio de Nogales la mitad de la iglesia de San Pelayo de Pobladura de la Valdería.17
- «Otra hija bastarda de Alfonso IX fue Teresa Alfonso, que casó con el conde Nuño González de Lara. Yacía con este en la capilla mayor del convento de dominicos de San Pablo de Palencia.»19
- El 4 de julio de 1275, María donó al monasterio de Santa María de Melón la cuarta parte del coto de Lougares. Véase documento publicado por la Real Academia Gallega.
- «...para Rades, en el espacio de tiempo que corresponde al gobierno de Fernando Pérez Chacín hubo en realidad dos maestres: él mismo, muerto o dimitido un año después de su elección, y Pedro Alonso, elegido en 1225 y fallecido apenas un año después. Para Lomax, en cambio, sólo se puede hablar de un único maestre en periodo tan reducido: Fernando Pérez Chacín. En realidad, la documentación de la razón al historiador y no al cronista, que gratuitamente se hizo eco de un inexistente maestre, Pedro Alonso, presunto hijo ilegítimo de Alfonso IX».25
- González, Miguel Ángel y Chao, Ricardo, Historia de León, publicado en La Revista. Diario de León e mayo de 2006
- Rabade Obradó et al, 2005.
- Álvarez Palenzuela, 2007.
- Fernandes Marques, 2008, pp. 62 y 87.
- Fernandes Marques, 2008, pp. 89 y 140.
- Fernandes Marques, 2008, p. 140.
- Fernandes Marques, 2008, pp. 140 y 143.
- Martínez Díez, 2007, p. 47.
- Calderón Medina, 2011, p. 262.
- Calderón Medina, 2011, pp. 262–263.
- Calderón Medina, 2011, pp. 264–265.
- Calderón Medina, 2011, p. 264 n.31.
- Calderón Medina, 2011, p. 265.
- Calderón Medina, 2011, p. 266–267.
- Calderón Medina, 2011, pp. 267–268.
- Calderón Medina, 2011, pp. 268–270.
- Cavero Domínguez, 2001, pp. 88–89, doc. 51.
- Calderón Medina, 2011, p. 269.
- Arco y Garay, 1954, pp. 181–192.
- Calderón Medina, 2011, p. 275.
- Calderón Medina, 2011, p. 270.
- Calderón Medina, 2011, pp. 268, 270 y 275.
- Calderón Medina, 2011, p. 276.
- Calderón Medina, 2011, pp. 275–276.
- Ayala Martínez, 1997, p. 245 n.14.
- Arco y Garay, 1954, pp. 183-184.
- Elorza et al, 1990, p. 57.
- Álvarez Palenzuela, Vicente Ángel (2007). Historia de España de la Edad Media. Barcelona: Ed. Ariel. ISBN 84-34466-68-6.
- Arco y Garay, Ricardo (1954). Sepulcros de la Casa Real de Castilla. Instituto Jerónimo Zurita. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. OCLC 11366237.
- Ayala Martínez, Carlos de (1997). «Las órdenes militares en el siglo XII castellano. La consolidación de los maestrazgos». Anuario de Estudios Medievales (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC: Institución Milá y Fontanals) (27). ISSN 0066-5061. Consultado el 19 de marzo de 2016.
- Calderón Medina, Inés (2011). «Las otras mujeres del rey: El concubinato regio en el reino de León (1157- 1230)». Seminário Medieval 2009-2011. Coordinadores:Ferreira, María do Rosário; Laranjinha, Ana Sofia; Ribeiro Miranda, José Carlos. Oporto: Instituto de Filosofía da Faculdade de Letras da Universidade do Porto. pp. 255-289. ISBN 9789898459145.
- Carriedo Tejedo, Manuel; Estepa Díez, Carlos (1997). Historia de León, Volumen II; El Reino de León en la Edad Media. La Crónica de León. ISBN 84-920557-8-2.
- Cavero Domínguez, Gregoria (2001). Colección documental del Monasterio de San Esteban de Nogales (1149–1498). León: Centro de Estudios e investigación «San Isidoro». ISBN 84-87667-48-1.
- Cuevas Aller, Joaquín (2007). Historia de Asturias y León. El nacimiento de España. León: Trobajo del Camino. ISBN 978-84-612-0822-7.
- Elorza, Juan C.; Vaquero,Lourdes; Castilla, Belén; Negro, Marta (1990). Junta de Castilla y León. Consejería de Cultura y Bienestar Social, ed. El Panteón Real de las Huelgas de Burgos. Los enterramientos de los reyes de León y de Castilla (2ª edición). Editorial Evergráficas S.A. ISBN 84-241-9999-5.
- Fernandes Marques, Maria Alegría (2008). Estudos sobre a Ordem de Cister em Portugal (en portugués). Coímbra: Estudos da Faculdade de Letras da Universidade de Coimbra. ISBN 972-772-019-6.
- Martínez Díez, Gonzalo (2007). Alfonso VIII, rey de Castilla y Toledo (1158-1214). Gijón: Ediciones Trea, S.L. ISBN 978-84-9704-327-4.
- Rábade Obradó, María del Pilar; Ramírez Vaquero, Eloísa; Utrilla Utrilla, Juan F. (2005). La dinámica política. Historia de España. Vol. 7. Ediciones AKAL.
- Rodrigues Oliveira, Ana (2010). Rainhas medievais de Portugal. Dezassete mulheres, duas dinastias, quatro séculos de História (en portugués). Lisboa: A esfera dos livros. ISBN 978-989-626-261-7.
- Serrano, Secundino (1991). Enciclopedia de León Volumen I. Director del equipo. La Crónica de León. ISBN 84-920557-4-X.
- Serrano, Secundino (1991). Enciclopedia de León Volumen II. Director del equipo. La Crónica de León. ISBN 84-920557-5-8.
- VV.AA. (1996). Reyes de León. EDILESA. ISBN 84-8012-135-1.
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Alfonso IX de León.
Alfonso IX de León | ||
---|---|---|
Rey de Leóna | ||
Alfonso IX según una miniatura del Tumbo A de la Catedral de Santiago de Compostela. |
||
Información personal | ||
Reinado | Enero de 1188-24 de septiembre de 1230 | |
Coronación | Febrero de 1188 | |
Nacimiento | 15 de agosto de 1171 Zamora, Reino de León |
|
Fallecimiento | 24 de septiembre de 1230 (59 años) Sarria, Reino de León |
|
Entierro | Catedral de Santiago de Compostela | |
Predecesor | Fernando II | |
Sucesor | Fernando III | |
Familia | ||
Casa real | Borgoña | |
Padre | Fernando II de León | |
Madre | Urraca de Portugal | |
Consorte | ||
Descendencia | Véase Matrimonios y descendencia | |
Escudo de Alfonso IX de León |
||
[editar datos en Wikidata] |
Hijo de Fernando II y de Urraca de Portugal, tuvo dificultades para hacerse con el poder debido a las intrigas de su madrastra Urraca López de Haro, que aspiraba a entronizar a su propio hijo, el infante Sancho. A lo largo de su reinado tuvo numerosos conflictos y tensiones con su primo Alfonso VIII de Castilla. Debido a estos, estuvo ausente en la batalla de Las Navas de Tolosa, pese a lo cual realizó una gran actividad de reconquista, recuperando para la cristiandad las ciudades de Cáceres, Mérida y Badajoz, y en general toda la mitad oeste de la actual Extremadura.
Se casó primero con Teresa de Portugal, matrimonio que fue anulado por consanguinidad y después con Berenguela de Castilla, de quien tuvo al infante Fernando. Tras anularse también este matrimonio, Berenguela se llevó a su hijo a su tierra natal y logró convertirlo en rey de Castilla a la muerte de Enrique I en 1217. Debido a ello, padre e hijo se distanciaron y, al parecer, la animadversión de Alfonso IX hacia los castellanos le llevó a dejar el reino en manos de Sancha y Dulce, las hijas habidas con su primera esposa, Teresa de Portugal, en lugar de las de su primogénito. Sin embargo, la madre de Fernando negoció con Teresa de Portugal la entrega de una pensión vitalicia a Sancha y Dulce a cambio de sus derechos y Fernando —que había amenazado a sus hermanastras con atacar el reino si no se cumplían sus exigencias— sucedió a su padre como rey de León, uniendo ambas coronas con la llamada Concordia de Benavente.
Índice
Acceso al trono e inicio del reinado
Alfonso IX halló enormes dificultades para acceder a un trono que por derecho de nacimiento le pertenecía. Por una parte, se encontraba su madrastra Urraca, la cual quería eliminarle, pues pretendía que su hijo Sancho fuera el que heredara el reino, a pesar de haber nacido más tarde. Urraca argumentaba que Alfonso IX no tenía derecho al trono porque el matrimonio entre sus padres había sido anulado. A esto se le unía el deseo de los reinos vecinos de Portugal y Castilla de repartirse el Reino de León. No obstante, todo se resolvió a favor de Alfonso IX, debido a que Urraca no consiguió apoyo a sus fines entre los leoneses.Cortes de León
El motivo por el cual se convocó a los representantes de las ciudades fue sin duda la acuciante necesidad de solventar la grave situación económica que sufría el Reino. El hecho de que los habitantes de las ciudades gozaran de una gran prosperidad económica y de que la colaboración con la nobleza en este aspecto fuera demasiado complicada, motivó que rey llamase a los representantes de las ciudades para que asistieran a estas Cortes. Así, Alfonso IX consiguió, sin implicar a la nobleza, generar más recursos para el Reino, recursos cada vez más necesarios por el creciente gasto que ocasionaban las guerras con los vecinos; a cambio se comprometió a mejorar la administración de justicia y eliminar los abusos de poder de la nobleza.
Conflictos territoriales
Castilla
Recién coronado Alfonso IX, se reunió con su primo Alfonso VIII de Castilla en Carrión, con la intención de iniciar unas buenas relaciones con Castilla que permitieran una paz duradera. La reunión consistía en una ceremonia para investir a Alfonso IX caballero, y como era costumbre en estos casos, Alfonso IX besó la mano del rey castellano, recibiendo por parte de este la espada y el cinturón propios de un caballero. En la misma ceremonia fue armado caballero el príncipe Conrado de Suabia, hijo del emperador Federico Barbarroja del Sacro Imperio Romano Germánico. El príncipe había venido con el objetivo de desposar la infanta Berenguela, hija de Alfonso VIII, algo que no pudo hacer debido a la oposición de esta.Alfonso VIII de Castilla, más tarde, rompiendo el pacto entró con sus tropas en territorio leonés y se apoderó de varias plazas que nunca habían pertenecido a Castilla, entre ellas, Valencia de Don Juan y Valderas. Comenzaron así las hostilidades con el Reino de León, invadiendo unos territorios que marcarían la política exterior de Alfonso IX.
Portugal
Sancho I de Portugal al oeste penetró en territorio leonés con el mismo objeto que Castilla: apoderarse de las tierras del Reino de León. Así, el reino se vio cercado entre dos frentes que amenazaban con su destrucción.La boda, por los motivos citados, no agradó a algunos eclesiásticos, que tomando cartas en el asunto informaron al papa Celestino III, que había sido consagrado recientemente, el 14 de abril de 1191, siendo este uno de los primeros casos con los que inauguró el pontificado. Celestino se mostró implacable y tildó el matrimonio de incesto, pronunciando más tarde una sentencia de excomunión y entredicho. La excomunión afectaba a los reyes de León y de Portugal, mientras que el entredicho afectaba a ambos reinos.
Liga de Huesca
En un tiempo convulso, el rey de Portugal propuso a su homólogo aragonés un pacto para defenderse de Castilla. El rey de Aragón, temeroso de Castilla, propuso al rey portugués que el pacto se extendiera al Reino de Navarra y al Reino de León. El pacto entre estos cuatro reinos, llamado la «Liga de Huesca», consistía en un compromiso por el cual ninguno de los monarcas firmantes entraría en guerra sin el mutuo consentimiento. Alfonso IX, por su parte, firmó el tratado por la poca confianza que tenía en Alfonso VIII, rey de Castilla, quien a pesar del convenio de Carrión seguía sin devolverle las plazas leonesas que aún retenía.Pacto con los almohades
En 1191, Alfonso IX, temeroso del peligro que suponía el gran poder de los almohades, firmó una tregua de cinco años ante la imposibilidad de enfrentarse a un enemigo tan peligroso. El papa Celestino III no tardó en reaccionar ante este pacto. De esta manera, excomulgó al rey de León para castigarle por su pacto con los almohades. E incluso hizo más: procedió a conceder las mismas gracias a aquellos que lucharan contra el Reino de León que las que recibían los que participaban en las Cruzadas, dejando así relevados de obediencia al rey a los súbditos leoneses.Así pues, Portugal, creyendo que el final del Reino de León estaba cerca, aprovechó la oportunidad para atacar al reino, esperando, como años atrás, ampliar sus dominios a costa del Reino de León. Invadió Galicia con ayuda de varios nobles gallegos, tomando Tuy y Pontevedra, poblaciones que pasaron de nuevo al Reino de León más tarde.
Cuando Alfonso IX recibió en 1195 ayuda de los árabes en forma de dinero y tropas, decidió contraatacar a Castilla, llegando hasta Carrión. De este modo y considerando Alfonso IX que se reparaba la humillación sufrida por el acto de besar la mano del monarca castellano y para confirmar la anulación de aquello, se hizo nombrar caballero nuevamente. Alfonso VIII de Castilla hizo también un pacto con los almohades para evitar males mayores.
El legado pontificio, conocedor de las malas relaciones entre los reinos de León y de Castilla, quiso mediar en el conflicto. Así, consiguió que ambos reyes se reunieran en Tordehumos, provincia de Valladolid, firmando un tratado de paz el 20 de abril de 1194, en el cual se obligaba al rey castellano a devolver las plazas leonesas en su poder, algo que por supuesto no hizo en su totalidad, pues devolvió unas pero no otras. En el tratado, Alfonso IX se comprometió a casarse con Berenguela, hija mayor del rey de Castilla. La boda se celebró con gran esplendor en la iglesia de Santa María de Valladolid, a principios de diciembre de 1197.
La derrota de Alarcos
El peligro que corrían los reinos cristianos desde el sur era evidente, y se veía con suma inquietud cualquier movimiento que llevaran a cabo los almohades. Era una prioridad eliminar de una vez por todas esta amenaza. Así, Alfonso VIII de Castilla pidió ayuda a Alfonso IX para eliminar esta amenaza, pero sin contemplar la devolución de las plazas leonesas que aún retenía en su poder. Entonces el monarca leonés le negó tal apoyo. Así esperaba derrotar solo a los almohades y no compartir su gloria con el monarca leonés. De esta manera, los ejércitos cristiano y musulmán se encontraron el 19 de julio de 1195 en Alarcos. La batalla terminó con una estrepitosa derrota del ejército cristiano.Alfonso IX se encontraba muy cerca de la batalla cuando el rey castellano decidió atacar, pero no lo suficiente para que las tropas leonesas pudieran intervenir en el combate y hacer algo por derrotar a los musulmanes. No obstante, una vez consumada la derrota, Alfonso IX se citó en Toledo con su primo el rey castellano para demandarle que cumpliera el acuerdo y le devolviera las plazas leonesas en su poder. Alfonso VIII se negó, y el rey leonés abandonó la reunión indignado.
La iniciativa pasaba, pues, al Reino de Castilla. El monarca castellano, que había sufrido la grave derrota de Alarcos, sabía que necesitaba la colaboración de los otros reinos cristianos de la península si quería salir victorioso en esta empresa. De esta forma, mientras Alfonso VIII se encontraba en Madrid preparando la batalla junto a su hijo, que moriría antes de que se librara la batalla, se enviaron mensajeros a Navarra, Aragón y León.
En Castilla, se temía el poderío del Reino de León, ya que hacía poco había demostrado su poder, derrotando a los portugueses en batalla. Y además, en la conciencia del rey castellano preocupaba el hecho de lo que haría el rey leonés para recuperar los territorios leoneses, que pese a todos los pactos, mantenía todavía en su poder. Temía que Alfonso IX pusiera como condición para participar en la batalla la devolución de todos los territorios usurpados, o que, en el caso de que el rey leonés no acudiera a la batalla, aprovecharía su ausencia para recuperarlos.
Por ello, Alfonso VIII pidió la mediación del papa, para evitar cualquier ataque leonés. Inocencio III accedió y amenazó con la excomunión a todo aquel que se atreviera a violar la paz mientras los castellanos luchaban contra los musulmanes. Este hecho contrasta con lo sucedido años atrás, cuando el mismo papa había obligado al monarca castellano, sin éxito, a devolver esos castillos a Alfonso IX. El rey de León, que ansiaba acudir a la batalla, convocó una Curia Regia que le recomendó que exigiera condiciones para participar en la campaña, y así, Alfonso IX respondió a su homólogo castellano que acudiría gustoso en cuanto se le devolvieran los territorios que le pertenecían.
Entretanto, Alfonso VIII de Castilla fijó en Toledo la reunión de las tropas como punto de partida. A las tropas castellanas se les unieron las de Aragón y Navarra, así como un gran número de caballeros franceses, italianos y de otros países europeos. A la batalla no acudieron los reyes de León ni de Portugal, pero permitieron que sus vasallos se incorporaran a la batalla. De este modo, muchos leoneses, asturianos y gallegos participaron en la batalla.
Tal como había temido Alfonso VIII, el rey leonés procedió a recuperar lo que era suyo. Para no violar el edicto del papa y evitar la excomunión, se dedicó a recuperar solo aquellas plazas que estaban dentro de las fronteras de León, evitando así el enfrentamiento en tierras castellanas. Cuando Alfonso VIII volvió de la batalla y se encontró con los hechos consumados, no pudo hacer nada. Es más, invitó a los reyes de León y de Portugal a firmar un tratado de paz, el cual se firmó en Coímbra. Hubo incluso un nuevo pacto en el cual Alfonso VIII devolvió las plazas leonesas de Peñafiel y Almanza a Alfonso IX.
Reconquista
En una segunda incursión a tierras musulmanas, Alfonso IX se encontró con un nuevo enemigo, el cual no era otro que Portugal, que ansiaba las mismas tierras que el monarca leonés quería para su reino. De esta manera, los portugueses atacaron a las tropas leonesas en Braga y Guimarães y fueron derrotadas en ambas ocasiones. El 13 de junio de 1219, ambos reinos firmaron un nuevo tratado de paz para poner fin a las hostilidades. Después de estas victorias contra los portugueses, Alfonso IX realizó una incursión por tierras musulmanas hasta Sevilla, donde derrotó a los musulmanes y recogió un gran botín.
En 1221 los caballeros de la Orden de Alcántara lograron rendir la ciudad de Valencia de Alcántara, lo que daría un nuevo impulso a la reconquista leonesa.3 Al año siguiente, se volvió a intentar la toma de Cáceres, fracasando nuevamente. El rey volvió a asediar la ciudad en 1223, 1225 y 1226 (año en el que también se intentaría rendir Badajoz sin éxito), hasta que, finalmente, Cáceres cayó en 1229.3
La ciudad de Cáceres era la pieza clave en el frente musulmán. Esto, unido a la grave derrota infligida en 1230 al ejército de Ibn Hud que se dirigía a socorrer Mérida, tuvo como consecuencia la caída muchas ciudades extremeñas y el abandono de otras por parte de sus defensores andalusíes.3 Así, en 1230 serían conquistadas Mérida, Badajoz y Baldala (actual Talavera la Real). Ese mismo año Montánchez fue ocupada por la Orden de Santiago y Elvas (abandonada por sus defensores) por un ejército portugués.
Después de esta campaña, Alfonso IX se dirigió a Santiago de Compostela a visitar al Apóstol Santiago, por el cual sentía gran devoción, para agradecerle su protección y ayuda en la reconquista. En el camino, enfermó gravemente en Villanueva de Sarria y falleció poco después, el 24 de septiembre de 1230. Fue enterrado en la catedral de Santiago, al lado de su padre, según se recogía en su testamento.
Gestión del Reino de León durante su reinado
Repoblación
Alfonso IX aplicó una política de repoblación basada en el conocimiento de las actuaciones que sus predecesores habían hecho, eligiendo así la que había resultado más conveniente. Aplicó sobre todo técnicas parecidas a las que en su día siguieron Alfonso III y Ramiro II. No solo se dedicó a repoblar zonas nuevas, sino que también potenció las ya pobladas mediante Fueros para mejorar el gobierno y el desarrollo de las villas y ciudades del Reino de León.Concedió así fueros a Tuy, Lobera y Puentecaldelas y repobló Mellid, Monforte de Lemos y Villanueva de Sarria en Galicia. En Asturias concedió fueros a Llanes después de repoblarla y eximió del pago del portazgo a Oviedo desde Oviedo a León, además repobló Tineo. Por último, en León concedió fueros a Carracedelo, Villafranca del Bierzo, Bembibre y a Puebla de Sanabria y repobló Villalpando.
Recursos económicos
La base de la economía del Reino se basaba en la agricultura y la ganadería, y conocedor de esto, Alfonso IX promulgó varias leyes en el principio de su reinado para favorecer la actividad vitivinícola y la maderera, así como las vacas y otros animales de labor, con el fin de impulsar las actividades existentes y diversificar en cierto modo la economía del Reino. Durante su reinado, en la zonas húmedas del reino, como Asturias y Galicia, floreció la ganadería, mientras que en la zona del Duero hizo lo propio la agricultura.La producción de cereal, bastante abundante en la zona del Duero, era insignificante en Asturias y Galicia, teniendo problemas estos territorios incluso para abastecer de trigo a las iglesias, las cuales lo necesitaban para hacer la consagración religiosa. Ante esta escasez, no es de extrañar que se considerara un gran lujo comer pan de trigo en dichos territorios, especialmente en las ciudades. La producción de cereales en todo el reino se ceñía sobre todo a trigo y centeno, aunque también se producían otros productos como hortalizas, lino y legumbres. Los animales empleados en la agricultura eran vacas y bueyes, sustituyéndose en las llanuras de Tierra de Campos por mulas, conocidas como bestias por los lugareños.
El vino se producía en todo el Reino; aun así, destacan algunos puntos de producción: la Comarca de Ribadavia en Orense, Villafranca en León, Toro en la provincia de Zamora y la Ribera de Duero y Tierra de Campos. La pesca también era un recurso importante en todo el reino, pues mucha gente se dedicaba a la pesca tanto de mar como de río.
En Asturias, la producción de manzana era enorme, y como normalmente había un gran excedente, este era usado para producir sidra. Alfonso IX llegó a sorprenderse cuando le comunicaron que varias comunidades monásticas asturianas cosechaban las manzanas para después elaborar sidra para todo el año.
Uno de los grandes logros de la gestión de Alfonso IX fue el acusado descenso del poder que ostentaban los nobles respecto a épocas anteriores y a otros Reinos, debido a la política seguida por el monarca leonés.
La Universidad de Salamanca
En 1208, el obispo Tello Téllez de Meneses había creado un Estudio general en Palencia (que acabó convirtiéndose en Universidad en 1263, cuando estaba a punto de desaparecer), un estudio donde los leoneses tenían difícil acudir debido a los continuos choques entre León y Castilla. Por eso, Alfonso IX decidió, en 1218, crear otro Estudio General en Salamanca. Años más tarde, Fernando III le daría un gran impulso y Alfonso X de Castilla finalmente la convertiría en la primera universidad que, en Europa, ostentaba ese título, el 6 de mayo de 1254.
El problema de la sucesión
La temprana muerte del infante Fernando, hijo de Alfonso IX con la reina Teresa, trastocó los planes del monarca leonés. Alfonso IX, que se había casado dos veces, tuvo dos hijos varones. Muerto el primero, quedaba otro, llamado también Fernando, que había tenido con la reina Berenguela. Su nombramiento como rey de Castilla cambió las cosas de nuevo.Después de ello, Alfonso IX pensó en sus hijas, las infantas Sancha y Dulce, habidas de su primer matrimonio con la reina Teresa. Así pues, se hacía depositarias a su viuda y a sus hijas Sancha y Dulce de los derechos del reino. Actuaría como garante del testamento la Orden de Santiago, creada por los monarcas leoneses. Sin embargo, Fernando III reclamó los derechos que decía tener por su condición de hijo del anterior matrimonio. Amenazó con invadir el Reino de Léon y pactó una cuantiosa suma con las herederas legales para que renunciasen a sus derechos. Es la llamada «Concordia de Benavente» (1230).
Matrimonios y descendencia
Contrajo matrimonio por primera vez en 1191 con la infanta Teresa de Portugal, hija del rey Sancho I de Portugal y de la reina Dulce de Aragón.4 Entre 1191 y 1196, año en que el matrimonio fue disuelto por razones de parentesco, nacieron tres hijos:El 17 de noviembre de 1197 se casó con la infanta Berenguela de Castilla, hija del rey Alfonso VIII y de la reina Leonor Plantagenet. De este matrimonio nacieron cinco hijos:
Alfonso IX y Estefanía fueron padres de:c
Muerte y sepultura
Fue sepultado en la catedral de Santiago de Compostela, donde había sido enterrado su padre, el rey Fernando II. El sepulcro del rey Alfonso se encuentra colocado en la Capilla de las Reliquias de la catedral, donde se halla el Panteón Real de la seo compostelana. Sobre un sepulcro de piedra liso se halla colocada la estatua yacente que representa al difunto rey, que aparece ataviado con túnica y manto, ceñida la frente con corona real, y su cabeza aparece representada con cabello rizado y con barba, hallándose el brazo derecho del soberano levantado y colocado a la altura de su cabeza, mientras que su mano izquierda reposa sobre su pecho.27 La estatua yacente del rey es similar a la de su padre, el rey Fernando II de León, lo que ha llevado a numerosos historiadores a dudar sobre cuál de los dos sepulcros asignar a cada uno de los dos monarcas.
Genealogía
Predecesor: Fernando II |
Rey de León 1188 - 1230 |
Sucesor: Fernando III |
Véase también
Véase también: Tabla cronológica de reinos de España
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.