Miguel VIII Paleólogo Μιχαῆλ Η΄ Παλαιολόγος |
||
---|---|---|
Emperador de Nicea y emperador del Imperio bizantino | ||
Miguel VIII Paleólogo en una miniatura del siglo XV. |
||
Información personal | ||
Nombre secular | Miguel Paleólogo Ducas Ángelo Comneno | |
Reinado | 1259–1261 (como emperador de Nicea, con Juan IV Ducas Láscaris) 1261–1282 (con Andrónico II Paleólogo desde 1272) |
|
Nacimiento | 1223 | |
Fallecimiento | 11 de diciembre de 1282 (58 años) Pachomion, cerca de Lisimaquia1 |
|
Predecesor | Juan IV Ducas Láscaris | |
Sucesor | Andrónico II Paleólogo | |
Familia | ||
Dinastía | Paleólogo | |
Padre | Andrónico Ducas Comneno Paleólogo | |
Madre | Teodora Angelina Paleóloga | |
Consorte | Teodora Ducaina Vatatzina | |
Descendencia | Manuel Paleólogo Andrónico II Paleólogo Constantino Paleólogo Irene Paleóloga Ana Paleóloga Eudoxia Paleóloga Teodora Paleóloga Eufrosine Paleóloga María Paleóloga Teodoro Paleólogo |
|
Escudo de Miguel VIII Paleólogo Μιχαῆλ Η΄ Παλαιολόγος |
||
[editar datos en Wikidata] |
Índice
Orígenes familiares y formación
Los ancestros de Miguel VIII Paleólogo se originan a partir de tres familias imperiales bizantinas, los Ducas, los Comnenos y los Ángeles, mientras que sus padres pertenecían a la familia de los Paleólogos. Nació en 1223 como hijo del megas domestikos Andrónico Paleólogo y Teodora Paleóloga, la hija del déspota Alejo Paleólogo e Irene Angelina (la hija del emperador Alejo III Ángelo).Después de la exitosa campaña del emperador Juan III Ducas Vatatzes, cuyas tropas capturaron muchas ciudades macedonias en 1246, Andrónico Paleólogo fue nombrado comandante en el Occidente, con su capital en Tesalónica, mientras que su hijo Miguel recibió el mando de las ciudades de Melnik y Serres. Así comenzó la carrera del joven oficial, quien permaneció en ese cargo durante seis o siete años (1246/7-1253).
A la muerte de Juan III Vatatzés Miguel Paleólogo tenía el rango de gran konostaulos, comandando los mercenarios extranjeros en el ejército de Nicea. Permaneció en este puesto probablemente hasta 1257-1258. Sus ambiciones, sin embargo, causaron sospechas en el nuevo emperador Teodoro II Láscaris. Temeroso del emperador, pero también con el fin de promover su pretensión al trono, en 1256 Miguel Paleólogo, mientras era comandante de Bitinia huyó al Sultanato de Rüm y se alió con los selyúcidas. Sin embargo, cuando la amenaza mongola obligó a los selyúcidas a buscar ayuda de los bizantinos, Miguel tuvo que regresar al imperio y normalizar sus relaciones con Teodoro II.
Usurpación
La situación de Miguel cambió en agosto de 1258 con la muerte de Teodoro II. Juan IV Láscaris, un menor de edad, quedó heredero del trono, mientras la regencia fue asumida por Jorge Muzalon, quien fue particularmente odioso para la aristocracia, y poco después fue asesinado, junto con su hermano, durante una ceremonia en memoria de Teodoro II en el monasterio de Sosandra. Miguel, que había participado en la conspiración contra él, ahora asumía el cargo de regente. Después de haber adquirido fama como un excelente general y procedía de una de las más ilustres familias, fue particularmente popular entre el ejército y en esa época fue definitivamente la personalidad más destacada en el imperio. Su esposa Teodora descendiente del emperador Juan III Vatatzés también desempeñó un papel importante.La asunción del cargo de regente abrió para Miguel el camino al poder. En septiembre de 1258, fue nombrado megaduque, dos meses después, el 13 de noviembre, déspota y el 1 de enero de 1259 fue proclamado coemperador con el joven Juan IV.2 De este modo asumió el poder del imperio, que en ese momento estaba en una situación muy difícil, frente a graves amenazas externas.
Reconquista
Lucha contra los francos y el Despotado de Epiro
El rápido ascenso de Miguel VIII al poder se debió no sólo a sus habilidades, que eran indudables, sino también a los acontecimientos políticos y diplomáticos. Una poderosa coalición anti-bizantina se había formado en el Occidente, compuesta por Manfredo, rey de Sicilia, Miguel II, déspota de Epiro, y Guillermo II de Villehardouin, príncipe de Acaya, apoyado por el rey serbio Esteban Uroš I. Ya en 1258 Manfredo había tomado Corfú y Dirraquio (Durazzo) en la costa de Epiro, una ciudad recientemente capturada por Teodoro II Láscaris, mientras que los serbios habían tomado Skopie, Prilep y Kitsevo. La amenaza contra el Imperio de Nicea era inminente.La guerra contra esta alianza fue la primera gran prueba del reinado de Miguel VIII, por otro lado, su resultado favorable reforzaría significativamente su autoridad. En el otoño de 1259 el ejército niceno, al mando de Juan Paleólogo, hermano de Miguel, derrotó al heterogéneo ejército de la coalición opositora en Pelagonia. Ahora no había poder en la tierra que pudiera impedir la restauración de Bizancio.
La recuperación de Constantinopla
La única amenaza externa posible contra la política de Miguel era Venecia, que había cosechado la mayoría de los beneficios de la conquista de Constantinopla en 1204 por los cruzados y era una poderosa potencia marítima. Por esta razón, Miguel se alió con Génova, rival de Venecia. La alianza se firmó en marzo de 1261 en Ninfeo y obligó a Génova a proporcionar ayuda militar contra los venecianos, a cambio de la exención de todo impuesto dentro del territorio imperial y la creación de sus propios establecimientos en todos los puertos importantes.El gran acontecimiento, la reconquista de Constantinopla, un objetivo fijo de la política nicena, surgió repentinamente en el verano de 1261, cuando el general Alejo Estrategopoulos entró en la desprotegida capital a la cabeza de un pequeño número de tropas. Miguel VIII hizo una formal entrada procesional en la ciudad el 15 de agosto, ante las entusiastas aclamaciones del pueblo reunido. En septiembre de 1261 el patriarca coronó a Miguel VIII y su esposa Teodora en la iglesia de Santa Sofía. Su hijo Andrónico, como heredero al trono, fue proclamado coemperador. El legítimo emperador Juan IV unos meses después había sido cegado y desterrado por orden de Miguel.
La restauración del imperio, sin embargo, describió nuevos peligros y dificultades, manteniendo este una posición exigente con más tropas y medios de los que ya contaba de las "provincias" del imperio de Nicea. El imperio estaba rodeado por muchos enemigos y un ataque desde Occidente por las fuerzas que querían restituir el Imperio Latino, se preveía en cualquier momento. Miguel volvió a caer en la diplomacia y demostró ser astuto y eficiente de maravilla.
Al acceder al trono, Miguel abolió todas las costumbres latinas y restauró muchas de las ceremonias e instituciones bizantinas que habían existido antes de la conquista latina. Su mayor ambición era reconstruir el Imperio griego como una fuerza a tener en cuenta en la política internacional. Pero era consciente del peligro que suponía el Occidente latino, en especial que sus vecinos de Italia (Carlos de Anjou, el Papa Martín IV y los venecianos) se aliasen en su contra; por ello procuró evitar los errores de Manuel I Comneno.
En 1263 y 1264 respectivamente, Miguel, con el apoyo del Papa Urbano IV, firmó las paces con Guillermo II Villehardouin, príncipe de Acaya, y con Miguel, déspota de Epiro, que habían sido incitados a atacarle por el Papa, pero que fueron derrotados en la batalla de Pelagonia en Tesalia (1259). Villehardouin se vio obligado a ceder Mistra, Monemvasia y Maina, en Morea. Posteriormente, Miguel también luchó contra los genoveses y venecianos, cuya influencia en Constantinopla quería reducir, manteniendo el equilibrio de fuerzas entre ambos grupos de italianos.
Con el fin de aproximarse al Papado, y separarlo de sus otros enemigos, Miguel decidió unificar la Iglesia bizantina con la católica: para ello, se firmó una débil unión entre ambas iglesias en el Segundo Concilio de Lyon en 1274. Tomó esta decisión con grandes perjuicios en su Imperio, pues sus prisiones se llenaron con muchas personas fieles a la fe ortodoxa. Durante cierto tiempo pareció que la medida había funcionado, pero finalmente, el Papa Martín IV (que en parte seguía las órdenes de Carlos de Anjou) le excomulgó. Ahora necesitaba una nueva táctica e hizo uso de la diplomacia bizantina para conseguir que los aragoneses de Pedro III de Aragón atacasen Sicilia, en las famosas Vísperas sicilianas, partiendo así en dos el reino de Carlos de Anjou.
Al reconstruir el Imperio bizantino, Miguel recuperó la antigua administración sin preocuparse de corregir sus abusos. Así, redujo la ley de las monedas, lo que condujo a la decadencia del comercio bizantino. Murió en Tracia en diciembre de 1282, pero su dinastía se prolongó durante casi dos siglos, un período más largo que el de cualquier otra de la historia romana.
Matrimonio y descendencia
- Manuel (h. 1254 – 1259)
- Andrónico II Paleólogo (1259 – 1332)
- Constantino (1261 – 1306)
- Irene Paleóloga, casada con el zar Iván Asen III de Bulgaria.
- Ana Paleóloga, casada con Demetrio Ángelo.
- Eudoxia Paleóloga, casada con el emperador Juan II de Trebisonda.
- Teodora Paleóloga, casada con el rey David VI Narin de Georgia e Imereti.
- Eufrósine Paleóloga, casada con Nogai Kan.
- María Paleóloga, casada con Abaqa Kan.
Ancestros
Fuentes
- Nicol, Donald. The Last Centuries of Byzantium, 1261-1453, 1993
- Vannier, J-F. Les premiers Paléologues (Etudes prosopographiques), 1989
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Miguel VIII Paleólogo.
Referencias
- Finlay, George, History of the Byzantine and Greek Empires, Vol 2, p. 463
- Geanakoplos, Deno J., Emperor Michael Palaeologus and the West, p.39-46 (Harvard University Press, 1959)
Predecesor: Juan IV Ducas Láscaris |
Emperador del Imperio Bizantino 1259 – 1282 |
Sucesor: Andrónico II Paleólogo |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.