En
torno a Qumrán, en unas cuevas, aparecieron una serie de textos con más
de dos mil años de antigüedad. Forman la parte principal de los llamados
«manuscritos del mar Muerto», documentos que se han conservado gracias a
la extremada sequedad del clima de la zona. En estos manuscritos se
exponen las ideas de una comunidad de judíos, probablemente esenios, un
grupo religioso que estuvo ligado a los orígenes del cristianismo.
En este texto, llamado la Regla de la Guerra,
se cuenta la batalla final entre las tropas del bien, a los que se
llama «hijos de la luz», frente a las tropas del mal, los «hijos de las
tinieblas» liderados por Belial, el príncipe de las tinieblas:
«El
primer ataque de los hijos de la luz será lanzado contra los hijos de
las tinieblas, contra el ejército de Belial [...] que será derrotado,
siendo abatida la impiedad sin que quede un resto y no haya escapatoria
para los hijos de las tinieblas [...] y los hijos de la justicia
resplandecerán en todos los confines de la tierra, irán alumbrando hasta
el final de todos los tiempos de tinieblas; y en el tiempo de Dios su
grandeza excelsa brillará durante todos los tiempos eternos para paz y
bendición, gloria y gozo y largos días para todos los hijos de la luz.»
En
la comunidad de Qumrán se creía que el combate lo ganarían ellos, aunque
se sabe que los romanos, en el año 68 e.c., arrasaron el lugar y ningún
superviviente pudo recuperar los manuscritos escondidos. Todavía en la
actualidad hay grupos religiosos que creen que el fin del mundo está
cerca.
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