Se dice de la persona que cambia de opinión o de partido por pura conveniencia.
A esta forma de actuar también se la conoce como cambiar de chaqueta o de camisa, expresión que antaño rezaba cambiar o volver la casaca.
De esta se deduce que su origen es militar, pues la casaca era la prenda que los soldados llevaban para distinguirse de sus adversarios.
Cuenta la historia que durante el siglo XVI, en tiempos de la Reforma protestante y sus guerras de religión, las casacas que vestían católicos y luteranos de colores diferentes presentaban la peculiaridad de que el forro interior coincidía con la tonalidad del uniforme de la facción contraria.
Así, en determinadas ocasiones, ya fuera para atravesar las líneas enemigas, para desorientar a los rivales o, sencillamente, para pasarse al otro bando, los unos y los otros volvían las casacas del revés.
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