(Crónica Pascual).
Nombre que se le da comúnmente a una valiosa crónica del mundo bizantina escrita en el siglo VII, designada como tal porque, al igual que muchas otras crónicas de la Edad Media, sigue un sistema de cronología cristiana basada en el canon, o ciclo, pascual. A veces también se designa bajo otros títulos, como: Chronicon Alexandrinum, Antiochenum, Casaubonianum, Constantinopolitanum, o Fasti Siculi. Sin embargo, el autor anónimo que escribió la crónica la llamó: Epitome Chronon ton apo Adam tou protoplastou anthropou eos k etous tes basileias ‚ÄòErakleiou tou eusebestatou kai meta upateian etous ith kai ie etous tes basileias ‚ÄòErakleiou neou Konstantinou tou autou uiou indiktionos g. [Resumen (o epítome) de las edades desde Adán, el primer hombre, hasta el 20mo. año del reinado del augustísimo Heraclio, y el 19no. consulado (18vo de reinado) año de su hijo Constantino, la tercera indicción.] Por lo tanto, es una de las numerosas crónicas universales que imitan el método de Eusebio. Puesto que es una crónica bizantina, muestra todas las peculiaridades de esta rama de la literatura del Imperio Oriental.
Los cronistas bizantinos se dedicaban especialmente a la historia universal, comenzaban con la creación, y llevaban la narración hasta su propia época. Por lo general terminaban sus historias con el comienzo del reinado imperial en el que escribían. Estas historias estaban destinadas a ser narraciones populares; los autores introducían muchas anécdotas sin importancia, se detenían placenteramente a describir las cualidades físicas e intelectuales de los personajes principales y, a veces ejecutaban retratos cuidadosos de ellos, como las miniaturas de los antiguos manuscritos antiguos en los que el héroe de la historia se representaba elaboradamente. Los escritores disfrutaban describiendo acontecimientos extraordinarios, como terremotos y la aparición de los cometas. Consideraban la mayoría de los acontecimientos desde el punto de vista de la historia eclesiástica, con la que se hacía concordar el plan cronológico de la Biblia. Se usa el lenguaje de la vida común, poco pulido, pero adornado afectadamente. Así, estas producciones se destinaban a la masa del pueblo, y sobre todo para los incontables monjes del Imperio de Oriente, deseosos de aprender los sucesos ordinarios y extraordinarios de la historia del mundo. Sempronio de Aselio señala esta diferencia en el público al que se apelaba y en el estilo de composición que distinguía a los cronistas (Annales) de los historiadores (Historia) de Bizancio.
El "Chronicon Paschale", un ejemplo de este tipo de composición, tiene como base una lista cronológica de los acontecimientos que se extienden desde la creación de Adán hasta el año 629 d.C. Al menos este es el terreno que cubre en el manuscrito principal, el Códice Vaticano griego 1941 del siglo X; este códice está dañado en el comienzo y el final y se detiene en 627 d.C. La crónica propiamente dicha es precedida por una introducción que contiene algunas reflexiones sobre la cronología cristiana y sobre el cálculo del ciclo pascual. El autor fue un contemporáneo del emperador Heraclio (610-41), y fue probablemente un clérigo ligado al séquito del patriarca ecuménico Sergio. Probablemente la obra se escribió durante los últimos diez años del reinado de Heraclio. Antes se afirmaba que originalmente se había comenzado en la época de Constantino el Grande, luego traída hasta 354, y, finalmente, revisada bajo el gobierno de Heraclio. Esta opinión ha sido sólidamente refutada por Gelzer en su obra sobre Julio Africano.
El Cronicón Pascual es una compilación enorme. Para la primera parte de su historia el autor sigue la cronología antediluviana de la obra de Julio Africano. En su genealogía hace uso de la Biblia, cita pasajes de ella, y también emplea otra fuente desconocida. Después de llegar a la historia de Abraham sigue la “Crónica de Eusebio” (siempre teniendo en cuenta su propósito eclesiástico) y otra autoridad que probablemente estuvo de acuerdo con la antigua crónica bizantina de Panodoro (395-408) o Ananio (412). También utilizó la "Chronografía" (Chronographia) de Malalas (537) en su texto más completo. Cuando llega a la historia de la República Romana depende para sus autoridades en los Fasti consulares (registro de eventos, cuyas fechas se indican por los respectivos cónsules) y en los llamados Anales consulares. Aquí el autor da en griego la versión del Fasti que las crónicas de Hidacio dan en latín. Pero, como ha señalado Frick, la Crónica Pascual combina lo que tomó prestado de Fasti, o de su fuente, con extractos de Eusebio y especialmente de Malalas. Para ciertas anotaciones cronológicas que el escritor pudo haber hecho uso de las tablas de Pascua de la Diócesis de Alejandría y Antioquía. Al narrar los acontecimientos de la historia eclesiástica las principales fuentes utilizadas por el escritor son la "Crónica" y la "Historia Eclesiástica" de Eusebio y la "Cronografía" de Malalas. También utilizó las Actas de los Mártires y el Perìmétron kaì stathmôn (Sobre las medidas y pesos), de Epifanio de Chipre (muerto en 403). Desde 532 hasta aproximadamente el final del reinado del emperador Mauricio (582-602) la Crónica da poca información y no contiene nada más que los Fasti consulares. Por otra parte, de 600 a 627, es decir, en los últimos años del emperador Mauricio, el reinado de Focas, y los primeros diecisiete años del reinado de Heraclio, el autor es un historiador contemporáneo, y su narración es muy interesante en todos los sentidos.
La cronología del escritor se basa en los números de la Biblia y comienza con el 21 de marzo de 5507. Es el primer intento de cronología de la llamada era bizantina o romana, seguida por la Iglesia Griega hasta los tiempos modernos. Debido a su influencia en la cronología cristiana griega, también, y debido a su amplio alcance, el Cronicón Pascual toma su lugar junto a Eusebio, y a la crónica del monje Jorge Sincelo que fue tan importante en la Edad Media; pero en el respeto a la forma es muy inferior a estas obras.
Donde la crónica trata de Julio César una mano posterior insertó una lista de los emperadores romanos y bizantinos, la última de las cuales termina con Constantino Monómaco (1042). En la edición de Bonn de los historiadores bizantinos (Corpus Scriptorum Historiaæ Byzantiæ, Bonn, 1828-78, II, 90) esta adición es rechazada correctamente y puesta como apéndice.
Bibliografía: La mejor edición es la de DINDORF, tomada del Códice Vaticano, en el segundo volumen del Corpus Script. Historiæ Byzantiæ (2 vols., Berlín, 1832), y reproducido en P.G., XCII, 1-1158. La obra más importante sobre el tema es GELZER, Sextus Julius Africanus und die byzantinische Chronographie (Leipzig, 1885), II, 138-176. Cf. IDELER, Handbuch der mathematischen und technischen Chronologie (Berlín, 1826), II, 350, 459-465; VON GUTSCHMID, Zur Kritik des Diamerismós tês gês in Rheinisches Museum für Philologie (1858), nueva serie, XIII, 377-408; DELAURIER, Recherches sur la chronologie arménienne (París, 1859), p. VII, y 167 ss.; MOMMSEN, Römische Chronologie (2da. ed., Berlín, 1859), 113; HOLDER-EGGER, Untersuchungen über einige analistischen Quellen des V. und VI. Jahrhunderts, en Neues Archiv (1877), II, 59-80; MOMMSEN, en Mon. Germ. Hist.: Auc. Antiq. (1891-92), IX, pt. I, 119-247, 272-301; FRICK, Die Fasti Idatiani und das Chronicon paschale, in Byzantinische Zeitschrift, (1892), I, 283-292; IDEM, Chronica minora (Leipzig, 1893), I, p. xc ss.; WACHSMUTH, Einleitung in das Studium der alten Geschichte (Leipzig, 1895), 195 ss.; KRUMBACHER, Gesch. der byzantinischen Literatur von Justinian bis zum Ende des oströmischen Reiches, 527-1453 (2da. ed., Munich, 1897), 337-39. Para las ediciones y los manuscritos cf. KRUMBACHER, op. cit., 339; POTTHAST, Bibliotheca historica medii ævi (2da. ed., Berlín, 1896), 282; BARRY, History of the Later Roman Empire (Londres, 1900).
Fuente: Van der Essen, Léon. "Chronicon Paschale." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/03730b.htm>.
Nombre que se le da comúnmente a una valiosa crónica del mundo bizantina escrita en el siglo VII, designada como tal porque, al igual que muchas otras crónicas de la Edad Media, sigue un sistema de cronología cristiana basada en el canon, o ciclo, pascual. A veces también se designa bajo otros títulos, como: Chronicon Alexandrinum, Antiochenum, Casaubonianum, Constantinopolitanum, o Fasti Siculi. Sin embargo, el autor anónimo que escribió la crónica la llamó: Epitome Chronon ton apo Adam tou protoplastou anthropou eos k etous tes basileias ‚ÄòErakleiou tou eusebestatou kai meta upateian etous ith kai ie etous tes basileias ‚ÄòErakleiou neou Konstantinou tou autou uiou indiktionos g. [Resumen (o epítome) de las edades desde Adán, el primer hombre, hasta el 20mo. año del reinado del augustísimo Heraclio, y el 19no. consulado (18vo de reinado) año de su hijo Constantino, la tercera indicción.] Por lo tanto, es una de las numerosas crónicas universales que imitan el método de Eusebio. Puesto que es una crónica bizantina, muestra todas las peculiaridades de esta rama de la literatura del Imperio Oriental.
Los cronistas bizantinos se dedicaban especialmente a la historia universal, comenzaban con la creación, y llevaban la narración hasta su propia época. Por lo general terminaban sus historias con el comienzo del reinado imperial en el que escribían. Estas historias estaban destinadas a ser narraciones populares; los autores introducían muchas anécdotas sin importancia, se detenían placenteramente a describir las cualidades físicas e intelectuales de los personajes principales y, a veces ejecutaban retratos cuidadosos de ellos, como las miniaturas de los antiguos manuscritos antiguos en los que el héroe de la historia se representaba elaboradamente. Los escritores disfrutaban describiendo acontecimientos extraordinarios, como terremotos y la aparición de los cometas. Consideraban la mayoría de los acontecimientos desde el punto de vista de la historia eclesiástica, con la que se hacía concordar el plan cronológico de la Biblia. Se usa el lenguaje de la vida común, poco pulido, pero adornado afectadamente. Así, estas producciones se destinaban a la masa del pueblo, y sobre todo para los incontables monjes del Imperio de Oriente, deseosos de aprender los sucesos ordinarios y extraordinarios de la historia del mundo. Sempronio de Aselio señala esta diferencia en el público al que se apelaba y en el estilo de composición que distinguía a los cronistas (Annales) de los historiadores (Historia) de Bizancio.
El "Chronicon Paschale", un ejemplo de este tipo de composición, tiene como base una lista cronológica de los acontecimientos que se extienden desde la creación de Adán hasta el año 629 d.C. Al menos este es el terreno que cubre en el manuscrito principal, el Códice Vaticano griego 1941 del siglo X; este códice está dañado en el comienzo y el final y se detiene en 627 d.C. La crónica propiamente dicha es precedida por una introducción que contiene algunas reflexiones sobre la cronología cristiana y sobre el cálculo del ciclo pascual. El autor fue un contemporáneo del emperador Heraclio (610-41), y fue probablemente un clérigo ligado al séquito del patriarca ecuménico Sergio. Probablemente la obra se escribió durante los últimos diez años del reinado de Heraclio. Antes se afirmaba que originalmente se había comenzado en la época de Constantino el Grande, luego traída hasta 354, y, finalmente, revisada bajo el gobierno de Heraclio. Esta opinión ha sido sólidamente refutada por Gelzer en su obra sobre Julio Africano.
El Cronicón Pascual es una compilación enorme. Para la primera parte de su historia el autor sigue la cronología antediluviana de la obra de Julio Africano. En su genealogía hace uso de la Biblia, cita pasajes de ella, y también emplea otra fuente desconocida. Después de llegar a la historia de Abraham sigue la “Crónica de Eusebio” (siempre teniendo en cuenta su propósito eclesiástico) y otra autoridad que probablemente estuvo de acuerdo con la antigua crónica bizantina de Panodoro (395-408) o Ananio (412). También utilizó la "Chronografía" (Chronographia) de Malalas (537) en su texto más completo. Cuando llega a la historia de la República Romana depende para sus autoridades en los Fasti consulares (registro de eventos, cuyas fechas se indican por los respectivos cónsules) y en los llamados Anales consulares. Aquí el autor da en griego la versión del Fasti que las crónicas de Hidacio dan en latín. Pero, como ha señalado Frick, la Crónica Pascual combina lo que tomó prestado de Fasti, o de su fuente, con extractos de Eusebio y especialmente de Malalas. Para ciertas anotaciones cronológicas que el escritor pudo haber hecho uso de las tablas de Pascua de la Diócesis de Alejandría y Antioquía. Al narrar los acontecimientos de la historia eclesiástica las principales fuentes utilizadas por el escritor son la "Crónica" y la "Historia Eclesiástica" de Eusebio y la "Cronografía" de Malalas. También utilizó las Actas de los Mártires y el Perìmétron kaì stathmôn (Sobre las medidas y pesos), de Epifanio de Chipre (muerto en 403). Desde 532 hasta aproximadamente el final del reinado del emperador Mauricio (582-602) la Crónica da poca información y no contiene nada más que los Fasti consulares. Por otra parte, de 600 a 627, es decir, en los últimos años del emperador Mauricio, el reinado de Focas, y los primeros diecisiete años del reinado de Heraclio, el autor es un historiador contemporáneo, y su narración es muy interesante en todos los sentidos.
La cronología del escritor se basa en los números de la Biblia y comienza con el 21 de marzo de 5507. Es el primer intento de cronología de la llamada era bizantina o romana, seguida por la Iglesia Griega hasta los tiempos modernos. Debido a su influencia en la cronología cristiana griega, también, y debido a su amplio alcance, el Cronicón Pascual toma su lugar junto a Eusebio, y a la crónica del monje Jorge Sincelo que fue tan importante en la Edad Media; pero en el respeto a la forma es muy inferior a estas obras.
Donde la crónica trata de Julio César una mano posterior insertó una lista de los emperadores romanos y bizantinos, la última de las cuales termina con Constantino Monómaco (1042). En la edición de Bonn de los historiadores bizantinos (Corpus Scriptorum Historiaæ Byzantiæ, Bonn, 1828-78, II, 90) esta adición es rechazada correctamente y puesta como apéndice.
Bibliografía: La mejor edición es la de DINDORF, tomada del Códice Vaticano, en el segundo volumen del Corpus Script. Historiæ Byzantiæ (2 vols., Berlín, 1832), y reproducido en P.G., XCII, 1-1158. La obra más importante sobre el tema es GELZER, Sextus Julius Africanus und die byzantinische Chronographie (Leipzig, 1885), II, 138-176. Cf. IDELER, Handbuch der mathematischen und technischen Chronologie (Berlín, 1826), II, 350, 459-465; VON GUTSCHMID, Zur Kritik des Diamerismós tês gês in Rheinisches Museum für Philologie (1858), nueva serie, XIII, 377-408; DELAURIER, Recherches sur la chronologie arménienne (París, 1859), p. VII, y 167 ss.; MOMMSEN, Römische Chronologie (2da. ed., Berlín, 1859), 113; HOLDER-EGGER, Untersuchungen über einige analistischen Quellen des V. und VI. Jahrhunderts, en Neues Archiv (1877), II, 59-80; MOMMSEN, en Mon. Germ. Hist.: Auc. Antiq. (1891-92), IX, pt. I, 119-247, 272-301; FRICK, Die Fasti Idatiani und das Chronicon paschale, in Byzantinische Zeitschrift, (1892), I, 283-292; IDEM, Chronica minora (Leipzig, 1893), I, p. xc ss.; WACHSMUTH, Einleitung in das Studium der alten Geschichte (Leipzig, 1895), 195 ss.; KRUMBACHER, Gesch. der byzantinischen Literatur von Justinian bis zum Ende des oströmischen Reiches, 527-1453 (2da. ed., Munich, 1897), 337-39. Para las ediciones y los manuscritos cf. KRUMBACHER, op. cit., 339; POTTHAST, Bibliotheca historica medii ævi (2da. ed., Berlín, 1896), 282; BARRY, History of the Later Roman Empire (Londres, 1900).
Fuente: Van der Essen, Léon. "Chronicon Paschale." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/03730b.htm>.
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