(Griego eulogia, "una bendición").
En el uso eclesiástico el término eulogia se ha aplicado al objeto bendecido. En los primeros tiempos se utiliza en ocasiones para denotar la Sagrada Eucaristía, y en este sentido es especialmente frecuente en los escritos de San Cirilo de Alejandría. El origen de este uso se halla, sin duda, en las palabras de San Pablo (1 Cor. 10,16): to poterion tes eulogias ho eulogoumen (la copa de bendición que bendecimos). Pero el uso más general es para tales objetos como pan, vino, etc., que se acostumbraba a distribuir después de la celebración de los Divinos Misterios. El pan así bendecido, sabemos por San Agustín (De pecat. Merit., II, 26), se distribuía habitualmente a su tiempo a los catecúmenos, e incluso le da el nombre de sacramentum, por haber recibido la bendición oficial de la Iglesia: "Quod acceperunt catechumeni, quamvis non sit corpus Christi, sanctum tamen est, et sanctius quam cibi quibus alimur, quoniam sacramentum est" (Lo que los catecúmenos reciben, aunque no es el Cuerpo de Cristo, es santo, ---más santo, de hecho, que nuestra alimentación habitual, ya que es un sacramentum). Para la extensión de esta costumbre en épocas posteriores, vea los artículo antidoron y uso litúrgico del pan .
La palabra eulogia tiene un uso especial en conexión con la vida monástica. En la Regla Benedictina se les prohíbe a los monjes recibir “litteras, eulogias, vel quaelibet munuscula” sin permiso del abad. Aquí la palabra se puede utilizar en el sentido de pan bendito solamente, pero parece tener un significado más amplio, y designar cualquier tipo de regalo. Era costumbre en los monasterios el distribuir en los refectorios, después de la Misa, los eulogiae de pan bendecidos en la Misa.
Fuente: Barnes, Arthur. "Eulogia." The Catholic Encyclopedia. Vol. 5. New York: Robert Appleton Company, 1909. 24 Mar. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/05603b.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina
En el uso eclesiástico el término eulogia se ha aplicado al objeto bendecido. En los primeros tiempos se utiliza en ocasiones para denotar la Sagrada Eucaristía, y en este sentido es especialmente frecuente en los escritos de San Cirilo de Alejandría. El origen de este uso se halla, sin duda, en las palabras de San Pablo (1 Cor. 10,16): to poterion tes eulogias ho eulogoumen (la copa de bendición que bendecimos). Pero el uso más general es para tales objetos como pan, vino, etc., que se acostumbraba a distribuir después de la celebración de los Divinos Misterios. El pan así bendecido, sabemos por San Agustín (De pecat. Merit., II, 26), se distribuía habitualmente a su tiempo a los catecúmenos, e incluso le da el nombre de sacramentum, por haber recibido la bendición oficial de la Iglesia: "Quod acceperunt catechumeni, quamvis non sit corpus Christi, sanctum tamen est, et sanctius quam cibi quibus alimur, quoniam sacramentum est" (Lo que los catecúmenos reciben, aunque no es el Cuerpo de Cristo, es santo, ---más santo, de hecho, que nuestra alimentación habitual, ya que es un sacramentum). Para la extensión de esta costumbre en épocas posteriores, vea los artículo antidoron y uso litúrgico del pan .
La palabra eulogia tiene un uso especial en conexión con la vida monástica. En la Regla Benedictina se les prohíbe a los monjes recibir “litteras, eulogias, vel quaelibet munuscula” sin permiso del abad. Aquí la palabra se puede utilizar en el sentido de pan bendito solamente, pero parece tener un significado más amplio, y designar cualquier tipo de regalo. Era costumbre en los monasterios el distribuir en los refectorios, después de la Misa, los eulogiae de pan bendecidos en la Misa.
Fuente: Barnes, Arthur. "Eulogia." The Catholic Encyclopedia. Vol. 5. New York: Robert Appleton Company, 1909. 24 Mar. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/05603b.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.